Póker de ases en el cielo intelectual

El 19 de abril falleció Daniel Dennett, uno de los grandes filósofos de nuestra época, agudo y polémico como el que más. Tres días antes, el 16 de abril, había muerto Newton da Costa, lógico matemático latinoamericano de talla mundial que revolucionó su campo de estudio. Este par de hechos luctuosos me hizo caer en la cuenta de que en las últimas semanas han muerto cuatro pensadores de primera línea, pues además de los mencionados, en el mes de marzo el turno con la parca fue para el primatólogo Frans de Waal (murió el 14 de marzo) y el psicólogo Daniel Kahneman (27 de marzo), famoso por haber ganado el premio Nobel de Economía en 2002 (compartido con Vernon Smith).

Este póker de ases de la ciencia y la filosofía ahora hace parte del cielo intelectual, ese imaginario panteón donde reposan las figuras más conspicuas que aportaron al despliegue de las ideas que han nutrido el pensamiento humano a lo largo de la historia. En el caso de ellos, sus contribuciones fueron en la segunda mitad del siglo XX y complementariamente en lo transcurrido del siglo XXI.

Concurrieron en su despedida final, pero nacieron en fechas y lugares muy diferentes. Da Costa nació en 1929 en Curitiba, Brasil; Kahneman, hijo de judíos lituanos, vio la luz en 1934 en Tel Aviv, en la Palestina que estaba bajo el mandato británico de facto; Dennett nació en 1942, en Boston, Massachusett, en el este de Estados Unidos; De Waal nació en 1948 en los Países Bajos.

Una característica de los cuatro es que fueron a la vez investigadores científicos y pensadores filosóficos, signo típico de las grandes mentes, de tal manera que contribuyeron a la cosmovisión científica que se ha venido elaborando en los últimos 70 años. Dennett y Da Costa, por ejemplo, incursionaron en la filosofía de la ciencia.

Kahneman, De Waal y Dennett aportaron al entendimiento del ser humano desde diferentes territorios de la psicología y siempre con fundamento en la biología evolutiva y una visión naturalista, lejos de cualquier especulación metafísica o tradición idealista. De Waal utilizó la primatología y el análisis comparativo entre el Homo Sapiens y otros primates como los chimpancés y bonobos para explorar el origen de la moral y el comportamiento humano. Kahneman lo hizo, con su llave Amos Tversky, desde la psicología experimental, mostrando los sesgos que predominan en el animal humano a la hora de hacer juicios y tomar decisiones, especialmente en el terreno económico. Dennettt desarrolló una filosofía de la mente científicamente informada para tratar de explicar la conciencia, el libre albedrío y la evolución cultural. Los tres convergen en la investigación biopsicológica sobre la naturaleza humana que termina impactando en la comprensión de la compleja vida social actual.

El caso de Newton da Costa es un tanto diferente, pues desde el siglo XIX la lógica se separó de la psicología al formalizarse con lenguajes simbólicos artificiales. A este brasileño destacado a escala global se le conoce como uno de los padres de la lógica paraconsistente (término acuñado por Francisco Miró Quesada), una variante de la lógica donde la contradicción no es rechazada, como sucede en la lógica tradicional desde los tiempos de Aristóteles. No está exenta de debate, desde luego. Las ciencias formales, que son independientes de la realidad, pueden tener aplicaciones en el mundo real a través de interpretaciones semánticas. Resulta sorprendente cómo la lógica paraconsistente ha sido útil en diferentes campos de la vida social. Por ejemplo, en Colombia, Guillermo Páramo la ha utilizado en antropología.

La producción intelectual de estos cuatro gigantes es vasta, ya sea en forma de libros o de artículos científicos. También en formato audiovisual. Por ejemplo, hace poco Daniel Dennett tuvo un espectacular debate con Robert Sapolsky sobre el libre albedrío que ya se acerca a las 200.000 vistas en Youtube.

Algunos libros traducidos de estos autores que me permito recomendar son los siguientes: Primates y filósofos de Frans de Waal (2007) que lleva el subtítulo: La evolución moral del simio al hombre; Pensar rápido, pensar lento de Daniel Kahneman (2011); Romper el hechizo de Daniel Dennett (2006), cuyo subtítulo es La religión como un fenómeno natural. El libro más importante de Dennett es, quizás, La conciencia explicada, un clásico de 1991. Y en el tema clave del pensamiento crítico recomiendo Bombas de intuición y otras herramientas de pensamiento (2013).

De Da Costa -cuya obra es bastante técnica- no he leído libros, pero sí del chileno Andrés Bobenrieth, abogado y filósofo nacido en Chuquicamata, quien también trabaja la “paraconsistencia”. Precisamente, el libro Inconsistencias, ¿por qué no?, subtitulado Un estudio filosófico sobre la lógica paraconsistente, ganó el premio nacional de cultura de 1996 en Colombia.

@JorgeSeniorUac

Sobre el autor o autora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial