En desarrollo de la asamblea general de Naciones Unidas el presidente Gustavo Petro pronunció un discurso que redactó él mismo durante su vuelo a la Gran Manzana y que recibió por igual los más cálidos elogios como las más encendidas críticas por parte de la oposición.
Su discurso se centró en cinco puntos básicos:
1-) Vengo de uno de los tres países más variados del mundo. Se refería al tercer país con la flora y fauna más numerosa, según la revista Forbes. Belleza ensangrentada, dijo en su alocución.
2-) El fracaso de la guerra contra las drogas. Al hablarles a las grandes potencias de Occidente, les recordó el millón de muertos que han puesto México y Colombia. ¿Para qué? Para nada. Para que cada día haya más consumo, más producción, más cultivos.
3-) Un llamado al mundo entero para resolver el cambio climático. “Nos están empujado a la debacle, a la extinción de la especie humana”. Y habló de algo más peligroso que la cocaína: el consumo del carbón y el petróleo, que a pasos agigantados destruye el planeta.
4-) Debemos cambiar deuda externa por el cuidado de la naturaleza. Si quieren que cuidemos las selvas y la biodiversidad, se necesitan mil millones de dólares para salvar estos recursos.
5-) Es urgente detener el calentamiento global. Si no logramos rebajarlo a por lo menos 1.5 grados de aquí a 2050, la extinción del planeta será irreversible.
Al término del discurso, medios de comunicación norteamericanos destacaban que “ha nacido un nuevo líder latinoamericano”, mientras en Colombia la alcaldesa de Bogotá decía que las palabras del jefe de Estado “fueron valientes, extraordinarias y francas”. Pero para un exalcalde de la misma ciudad, Enrique Peñalosa, Petro fue “pretencioso, arrogante, con aire de superioridad”. Y Francisco Santos llegaba al extremo de afirmar que solo había dicho “pendejadas y estupideces”.
Según un columnista de El Unicornio, “esas reacciones de políticos de la derecha sirven para comprender la pequeñez del mundo en que viven y su sumisión al coloso del Norte”.