Covid: vacuna rusa y alcohol, “mezcla maldita”

La semana pasada Rusia comenzó la campaña de inmunización contra el covid-19. Trabajadores moscovitas en condición de riesgo recibieron la primera aplicación del Sputnik V, como fue llamada la vacuna en ese país. Sin embargo, han comenzado a aparecer informaciones serias en redes sociales y en medios rusos que aseguran que la efectividad de la vacuna está ligada a la abstinencia de bebidas alcohólicas. Así lo publicó la página AFP Factual.

La viceprimera ministra rusa encargada de la salud, Tatiana Golikova, detalló que la vacuna Sputnik V se administra en dos dosis, con 21 días de intervalo. Después de la segunda dosis, la vacuna precisa otros 21 días para alcanzar su máximo potencial inmunológico.

Golikova señaló que “en ese período de 42 días es obligatorio cumplir con las siguientes reglas de seguridad: abstenerse de visitar lugares donde haya un gran número de personas, cumplir con el régimen de [uso de] mascarillas y de higiene, reducir al mínimo los contactos [con otras personas], mantener el distanciamiento social y limitar el consumo de alcohol y de medicamentos que inhiben el sistema inmunitario”.

Rusia es uno de los países con mayor consumo de alcohol, con patrones de ingesta catalogados como “peligrosos” por la OMS. Foto tomada de Clarín.

Para complementar el anuncio de la abstinencia, Ana Popova, la directora de la agencia federal rusa de vigilancia de la protección de los derechos del consumidor y el bienestar humano, añadió en entrevista radial que se debía dejar de tomar alcohol “al menos dos semanas antes” de recibir la vacuna. En sus propias palabras, podría tratarse de una “mezcla maldita”.

El anuncio ha sido recibido como un verdadero shock por muchos rusos, más en vísperas de las fiestas de Año Nuevo, tradicionalmente bañadas con vodka y champán. Y a esto hay que agregar que las autoridades rusas han recomendado a la población no salir de casa en diciembre, para no propagar el coronavirus.

Solo cuatro días después, Alexander Gintsburg, director del Instituto de Investigación en Epidemiología y Microbiología Gamaleya, que desarrolló la vacuna Sputnik V, aclaró que: “No estamos hablando de una prohibición completa del alcohol durante la vacunación. Es solo una limitación razonable del consumo hasta que el cuerpo haya formado su respuesta inmune a la infección por coronavirus. Y esto es cierto no solo para la Sputnik V, sino también para cualquier otra vacuna. Sin embargo, recomendamos encarecidamente que se abstenga de consumir alcohol durante tres días después de cada inyección”.

Además Gintsburg explicó que el consumo excesivo de alcohol durante el período de vacunación puede reducir significativamente la inmunidad y, por lo tanto, disminuir la efectividad de la vacuna o incluso hacer que carezca de utilidad.

En todo caso, esta recomendación choca con la creencia tradicional de una mayoría de rusos,  sobre que el consumo de alcohol en general y de vodka en particular refuerza el sistema inmunológico.

Muchos consideran un Misión Imposible cumplir con la recomendación, y se preguntan si los únicos segmentos de la población que recibirán la vacuna son los niños y los ancianos, o sea los que menos beben.

Sin embargo Ginstburg advirtió: No hay que emborracharse en ningún caso, incluido durante el proceso de vacunación, ya que el alcohol influye negativamente no sólo en el comportamiento de la persona, sino también en el funcionamiento del sistema inmunológico, pero una copa de champán no hace daño a nadie”.

No ocurre lo mismo con la bebida nacional. “Pero un vaso de vodka será (…) justo el 1%” de alcohol en el organismo que repercute “muy negativamente” en la eficacia de la vacuna, apuntó.

Rusia estaba considerado uno de los países de mayor consumo de alcohol en el mundo, con patrones de ingesta catalogados como “peligrosos” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y asociados con muy altos niveles de muertes relacionadas con la bebida.

El peor período en los últimos tiempos se produjo durante los años 1990 y 2000, donde la gravedad de la situación fue tal que la agencia de la ONU llegó a describirla como una “crisis de mortandad”. En aquella década, uno de cada dos hombres en edad laboral moría prematuramente debido al abuso de alcohol.

Ahora, un nuevo estudio de la OMS vincula el descenso en el consumo de alcohol en Rusia con el aumento de la esperanza de vida.

El estudio mostró que el consumo total per cápita ha ido disminuyendo desde 2003 y se redujo hasta un 43% el año 2016. 

La disminución del consumo de alcohol, tanto el que está al alcance del consumidor como el producido al margen del control gubernamental, provocó que entre 2003 y 2018 se registrara una disminución de la mortalidad de un 39% en los hombres y de un 36% en las mujeres.

Entre las medidas adoptadas por el Gobierno ruso, se encuentran el aumento de los impuestos especiales sobre el alcohol y la introducción de un sistema de seguimiento en tiempo real de la producción y venta de bebidas alcohólicas.

Según un comunicado publicado por los desarrolladores de la vacuna rusa Sputnik V, los resultados preliminares de la última fase de pruebas clínicas de la misma sugieren que tiene una efectividad del 92%. Vale recordar que Nicolás Maduro dijo que esta misma vacuna será aplicada en Venezuela a partir de abril.

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