Arturo Char, sin escape: la Corte ordenó echarle mano

Por GERMÁN AYALA OSORIO

La orden de captura internacional proferida por la Corte Suprema de Justicia contra el exsenador Arturo Char debería de ser el principio del fin del famoso clan político que, a manera de familia feudal, exhibe el dominio sobre la ciudad de Barranquilla, convertida de tiempo atrás en un feudo de unos 154 km2.

El sistema señorial montado por la familia Char en la capital del Atlántico convierte la democracia en una pantomima donde los sufragantes van a las urnas  a sabiendas de que el ganador se conoce a ojo cerrado. La última encuesta Invamer da como ganador a Alex Char con un 80 por ciento de la intención de voto. Llama la atención que en afiches y vallas sus asesores decidieron presentarlo como Alex, sin su apellido, porque saben que se asocia a corrupción. Y ahora, la orden de captura contra su hermano, con mayor razón.

Sobre varios miembros del poderoso clan Char recaen variadas investigaciones, engavetadas por igual en Procuraduría y Fiscalía. Señalamientos que van desde narcotráfico (tráfico de marihuana y cocaína en los años 90) y delitos electorales que ya fueron imputados a Arturo Char, quien al huir a Estados Unidos se mofaba de la misma Corte que hoy ordenó a Interpol su captura.  A este se le requiere por denuncias de la procesada excongresista Aída Merlano, por compra de votos. Los delitos formales en los que el alto tribunal soporta la orden de captura son concierto para delinquir y corrupción de sufragante agravados.

¿Qué tanto se verá afectada la aspiración de «Alex» por el escándalo político y social que supone la captura de su hermano? Es posible que los efectos negativos no alcancen a poner en riesgo su nueva llegada a la alcaldía, hoy en manos de un burgomaestre puesto por el propio clan Char.

En términos mediáticos, la orden de captura será minimizada por los periodistas y medios afectos a dicho emporio, por motivos de fidelidad política, relaciones de consanguinidad e incluso, por asuntos asociados a la pauta publicitaria proveniente de tiendas Olímpica, cadena de tiendas pertenecientes a la poderosa familia barranquillera.

Noticias Caracol en su emisión del medio día de este 6 de septiembre, cuando se conoció la expedición de la orden de captura internacional contra Arturo Char, apenas si tocó el asunto, pues anda desde el domingo pasado en un cubrimiento espectacular, tipo publirreportaje, de las obras de infraestructura hechas en la capital del Atlántico, que la opinión pública asocia a la gestión de la familia Char. La dirección del noticiero lo hizo bajo el pretexto de cubrir el primer partido (contra Venezuela) por la eliminatoria al Mundial de Fútbol (masculino) 2026.

En la radio pasó algo similar con La FM, cuyo director Luis Carlos Vélez está emparentado con el Clan Char. Ninguno de estos medios informará sobre la investigación de los magistrados de la Corte que investigan al exsenador, mucho menos harán referencia a lo que un medio internacional como El País de España revela: que «un documento judicial vincula a la familia Char con el narcotráfico en Colombia. El expediente sostiene que la familia de uno de los candidatos a presidir el país traficaba en los noventa con marihuana y cocaína en Barranquilla, según revela una investigación periodística”. Como tampoco creo que se tomen la molestia de comentar apartes del libro que la editorial Planeta censuró a la periodista Laura Ardila, titulado La Costa Nostra, la historia no autorizada de los Char, el clan político más poderoso de Colombia, publicado por Rey Naranjo Editores.

Bien por la Corte Suprema de Justicia que adopta la decisión no solo por las contundentes pruebas que Aída Merlano entregó, sino por la actitud burlona que asumió el exsenador Char. Al eCHARle mano al excongresista, el mito de que los miembros de esa familia feudal son intocables empieza a minarse, lo que sin duda es un triunfo para la justicia y para quienes esperamos que el país avance en sus procesos civilizatorios, se instale por fin en la modernidad y supere la confusión moral en la que deviene el conjunto de la sociedad colombiana.

@germanayalaosor

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