Sin clases presenciales se ahonda la inequidad

Por HUMBERTO TOBÓN

Hay un debate encendido en Europa y Estados Unidos sobre la conveniencia y oportunidad de enviar a los niños, adolescentes y jóvenes, de regreso a las clases presenciales o con alternancia. La teoría médica afirma que no es el momento de abrir escuelas y colegios, por los altísimos riesgos de infección y aceleración social del contagio.

Para el médico intensivista Álvaro Ardila Otero “los indicadores de la pandemia muestran que éste no es el instante más indicado para el retorno de los estudiantes a las clases presenciales, porque aún no hay el consenso requerido entre instituciones, profesores, gobierno y padres de familia alrededor de las garantías de bioseguridad para todos los miembros de la comunidad educativa”.

En Colombia el debate sobre el reinicio presencial de clases se ha encontrado con una mayoría de padres que se niegan a exponer a sus hijos al contagio. Esto acontece por igual en colegios privados y públicos. En los establecimientos oficiales la gran preocupación radica en el hecho de que no tienen los recursos suficientes para adaptar sus instalaciones a la bioseguridad.

Lo que ocurrirá, entonces, es que los estudiantes seguramente concluirán 2020 con clases a distancia. Los únicos que podrán tener plenos beneficios de esta modalidad educativa son quienes cursan sus estudios en colegios privados, porque cuentan con los recursos técnicos y económicos para ofertar clases continuas, durante toda la jornada diaria y con adecuados niveles de calidad, 

Volver a la escuela y al colegio, de momento, no es la alternativa. Foto tomada de Semana.com

Al contrario, los estudiantes del sector público tendrán clases recortadas, muy pocos podrán acceder a plataformas virtuales y la mayoría recibirá información a través de la radio o la televisión, sin ninguna posibilidad de interacción. Un alto porcentaje de estudiantes de escuelas y colegios oficiales no tiene computador ni conexión a internet y la situación es más grave cuando viven en áreas rurales.

“Esto es el resultado de la pobre inversión en educación antes de la pandemia. Es una lástima, porque la  educación representa la base del desarrollo económico, social y ambiental de la nación. Y lo que nos va a dejar esta pandemia son mayores brechas y más inequidad”, manifiesta el médico Ardila Otero, quien ha pasado más de la mitad de su vida al interior de unidades de cuidados intensivos, ayudando a salvar vidas, y fue el promotor a finales de los años 90 de crear la UCI del Hospital San Jorge, algo exótico en esa la época en regiones distintas a Bogotá.

“Hoy más que nunca es necesario adoptar una política pública de cultura ciudadana como respuesta a la coyuntura que nos ha puesto la Covid 19”, dice Álvaro Ardila, luego de que entrara en operación el modelo de autocuidado y autoprevención planteado desde comienzos de septiembre por parte del Gobierno nacional.

Para este médico “la evidente ausencia de programas de prevención y la reducida continuidad en la atención a la incidencia y prevalencia de las enfermedades crónicas, infecciosas,  mentales y adicciones, tendrá un efecto incalculable en la enfermedad y la mortalidad en el futuro cercano. Por eso, las estrategias de prevención son las únicas alternativas eficaces”

Y una de esas formas de prevención es mantener a los niños y jóvenes alejados de los colegios. “Debemos enfocarnos, comenzando por los estudiantes, en poner en marcha una agenda de cultura ciudadana que nos ayude a modificar conductas, fortalecer valores y revisar actitudes y percepciones. Si hacemos todo bien, nos puede ir mejor en cuanto a cifras de infectados y muertes por Covid 19”.

Volver a la escuela y al colegio, de momento, no es la alternativa. Lo que sí es esencial, es que los responsables del sistema educativo, comenzando por el ministerio de Educación, definan un plan de choque de corto y mediano plazo para garantizar que la formación pública no siga siendo la cenicienta en materia de calidad e infraestructura; y que los estudiantes no encuentren en la educación un obstáculo para su desarrollo personal y una trampa para quedar atrapados en la pobreza, debido a la inadecuada instrucción.

@humbertotobon

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