Reflexiones de Semana Santa sobre lo que nos aguarda

Por HUMBERTO TOBÓN

Es preciso reflexionar sobre lo que puede esperar Risaralda en términos de desarrollo, si el 90% de los estudiantes de colegios privados, que son los mejor preparados y con conocimiento de un segundo idioma, una vez culminan su formación media, se marchan para estudiar en otras ciudades o países, con el agravante de que la casi totalidad no regresarán a vivir en su territorio de origen.

Y en este mismo sentido, analizar el futuro que le espera a Colombia, que entre 42 países ocupó el puesto 41 en los resultados de las pruebas Pisa, perdiendo con Brasil, México, Costa Rica y Chile, que ocuparon las posiciones 40 a 38, respectivamente. La mayoría de los estudiantes colombianos menores de 16 años, no tienen comprensión lectora ni saben realizar operaciones básicas de matemáticas.

También es el momento de analizar el hecho de que varios alcaldes ocultaron información sobre el estado en que se encuentran los equipos de alerta ante los riesgos de desastres, muchos de los cuales no funcionan o desaparecieron. Con la emergencia del volcán nevado del Ruiz, se supo que hay instrumentos inhabilitados en la mayoría de los 20 municipios que limitan con el volcán.

Otra reflexión, se relaciona con la seguridad que les brindan a los ciudadanos las autoridades aeronáuticas y los organismos de control y vigilancia, sobre las operaciones aéreas, el mantenimiento de las naves y la no repetición de los hechos ocurrido con Viva Air y Ultra Air. De aquí se desprende una pregunta necesaria: ¿Es posible confiar cuando las aerolíneas de bajo costo entran en crisis, y a pesar de ello, siguen vendiendo tiquetes aéreos, defraudando la confianza de los compradores, robándoles su dinero?

En esta semana de meditación, pensemos qué será del futuro de la economía de las familias, sabiendo que la inflación sigue empujando a las autoridades monetarias para que tomen medidas sobre tasas de interés de referencia, que siguen al alza. Y una de las consecuencias que se conocen, es que más familias van a seguir desistiendo de los negocios inmobiliarios, especialmente los relacionados con las viviendas de estratos medios y bajos, debido a la falta de claridad en los programas de promoción del sector y las altas tasas de interés en el mercado, que han disparado las cuotas mensuales a niveles insostenibles.

Y en este mismo sentido, con una inflación tan alta, la calidad de vida de las personas disminuirá y miles de familias no tendrán la oportunidad de tener garantizada su alimentación diaria, un aspecto que podría profundizar la pobreza, especialmente cuando se unen las predicciones de una economía cuyo crecimiento será bastante reducido en 2023.

Hay muchas cosas sobre las cuales reflexionar y ocasión precisa para preguntarnos sobre nuestro futuro.

@humbertotobon

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