Por GERMÁN AYALA OSORIO
Tan espectral fue su vida delictiva para las autoridades, como su captura para la opinión pública. Hablo de Guillermo León Acevedo, conocido con el remoquete de “Memo Fantasma”, detenido el 25 de junio de 2021 por miembros de la Policía de Bogotá.
Por el perfil del señalado narco paramilitar, se esperaba que el Fiscal General, el propio Presidente y la cúpula de la Policía Nacional salieran a exhibir el trofeo, como lo han hecho con otros personajes, quizás con menor importancia en el mundo del crimen que el escurridizo León Acevedo.
Llama entonces la atención la nula celebración del gobierno por la captura de “Memo Fantasma”, así como el silencio de los medios masivos, proclives al registro noticioso de golpes como este, en función de aportar a que el régimen gane en legitimidad. De igual manera, no hay registro periodístico del lugar al que fue trasladado.
Como estamos en Colombia, país en el que los límites entre lo legal y lo ilegal se tornan borrosos por los escandalosos niveles de corrupción pública y privada, el silencio de las autoridades genera toda suerte de suspicacias frente al asunto.
Aventuro la siguiente hipótesis, pero antes una breve disquisición si se quiere de carácter institucional. El Estado no es monolítico, lo que operativamente puede significar que no todas las decisiones de los funcionarios, civiles, policiales y militares, se compartan y sobre todo, se conozcan. En virtud de lo anterior, la captura de Guillermo León Acevedo se habría producido sin que el operativo hubiese contado con el aval de la Fiscalía General de la Nación, incluso del alto gobierno. Esa circunstancia podría explicar la no celebración y el no haber exhibido al fantasmagórico personaje en rueda de prensa.
Asociado a esa circunstancia, que responde más a un acto político que policivo, está el hecho de las relaciones sociales y comerciales que habría tenido “Memo Fantasma” con la vicepresidenta y canciller Martha Lucía Ramírez y su esposo, Álvaro Rincón, según investigación publicada por el periodista Jeremy McDermot, quien hace parte de la organización InSight Crime. Por ese camino el actual gobierno podría estar pensando en evitarle otro mal rato a la señora Ramírez, por la trascendencia misma del espinoso asunto.
A lo anterior se suma el extraño silencio del alto gobierno, al ocultar detalles del operativo y el destino final de León Acevedo. Así se evita que el periodismo salga triunfador por cuenta de las denuncias que en su contra hizo McDermot.
Lo curioso es que, según InSight Crime, la policía les informó de la captura del narco-paramilitar. “La Policía Nacional de Colombia informó a InSight Crime sobre la captura del presunto narcotraficante y de otras tres personas, dos de las cuales están emparentadas con Acevedo, en operativos realizados en la capital, Bogotá, y en los departamentos de Antioquia y Córdoba, noroeste del país. La policía también informó que Acevedo, quien fue aprehendido en Bogotá, enfrentará cargos de lavado de activos, concierto para delinquir agravado y enriquecimiento ilícito”.
El silencio oficial, por demás sospechoso, en torno a la captura y al paradero final de Guillermo León Acevedo aporta a la creciente mala imagen nacional e internacional del gobierno de Duque, que incluye el hecho de que la campaña Duque Presidente fue financiada con gruesas sumas de dinero dineros del señalado narcotraficante Ñeñe Hernández.
No sería extraño entonces que el narco recién capturado esté deambulando por el espectral mundo en el que suelen moverse los espíritus, por cuenta de agentes de poder a lo que les conviene que siga errando en esas sombrías pero libres circunstancias. Si es así, indicaría de un lado que el Estado no es uno solo, que no es monolítico en su operación; y del otro lado, que Memo ‘Fantasma’ solo hay uno.