Por OLGA GAYÓN/Bruselas
El Estado con los servicios de espionaje más poderosos del mundo, Israel, no pudo descubrir la gestación de los ataques de Hamás contra la población civil israelí en territorio israelí, en la que asesinaron a 1.200 israelíes y secuestraron a otros 200. Este ataque terrorista debió gestarse durante meses para poder ser tan efectivo como en realidad lo fue. Israel, que ha despojado a Palestina de gran parte de su territorio para anexionárselo, es el Estado más custodiado y vigilado del mundo. Y el tenebroso Mossad no pudo descubrir el ataque terrorista, así como tampoco lo hicieron los otros 12 servicios de espionaje israelíes. Hamás entró a Israel rompiendo la seguridad del muro más alto y fuerte construido en el mundo y pudo bañar a Israel en sangre.
Pero esos mismos ineptos y costosísimos servicios secretos, en menos de dos horas descubrieron una grabación de los “terroristas de Hamás” en la que hablaban de que los responsables de la masacre eran los de la Yihad Islámica Palestina, que habían cometido un error al lanzar un misil contra Israel, y que por aquello de la “mala suerte” cayó encima de un hospital en Gaza, asesinado a casi 500 personas.
Israel es el Estado que más crímenes de guerra ha cometido fuera de su territorio en la última década, seguido por Rusia. Netanyahu y Putin se pelean el primer puesto en el mundo como Jefes de Gobierno y grandes criminales de guerra. Israel lleva masacrando a la población civil palestina más de 70 años. Hace dos noches asesinó a casi 500 civiles palestinos, y como expertos en manipulación informativa, están culpando a los palestinos de haber cometido la masacre.
Pero no cuela. Los miles de millones de seres humanos del mundo no creemos en las declaraciones de un Estado que ejerce el terrorismo, que deja sin alimentos, medicina, luz, agua gas y electricidad a millones de personas y además les advierte de que tienen 24 horas para dejar sus casas y su territorio o si no serán ‘aniquilados’.
Israel cree que el resto de la humanidad somos tontos. Primero lanza bombas sobre un hospital y después lanza la responsabilidad de este crimen sobre las víctimas. Ese viejo truco ya lo hizo Putin hace un año en Mariúpol cuando bombardeó una maternidad y culpó a los ucranianos. Y en el mundo no le creímos. Biden declaró a Putin como criminal de guerra por ese bombardeo, y yo agradecí que así fuera. Hoy, este mismo presidente de Estados Unidos ante un crimen tan atroz como el de asesinar a casi 500 civiles al lado de un hospital en la Franja de Gaza, le dice al mundo que cree la versión de Israel que asegura que el crimen fue cometido por las víctimas de Gaza. ¡Qué vergüenza internacional y qué falta de respeto hacia las víctimas! Estados Unidos ha sido y es, el mayor cómplice mundial de los crímenes de guerra del Estado de Israel contra la población palestina.
Estados Unidos, al igual que la dictadura de Irán, parece que deseara que Oriente Próximo se encendiera. No puede interpretarse de otra manera el apoyo irrestricto a los crímenes que comete Israel contra el indefenso pueblo palestino. Si Biden de verdad buscase la paz en la zona y que el conflicto no escalase, debió apartarse de la falsa información lanzada por Israel sobre el crimen atroz que cometió el ejército de este último país en el que acabó con la vida de cientos de personas en un hospital de la Franja de Gaza.
Estados Unidos ha perdido toda credibilidad desde que engañó al mundo con las mentiras de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, como pretexto para invadir y destrozar ese país. Hoy, dándole valor a la palabra de los ineptos cuerpos de seguridad de Israel que no pudieron prever el ataque de Hamás del 7 de octubre pasado sobre su territorio, y que en menos de dos horas ‘descubren’ que el bombardeo sobre el hospital de Gaza ha sido propiciado por un error de la Yihad Islámica, la potencia mundial norteamericana, ha quedado como la comparsa internacional de los criminales de guerra del ejército israelí.