Los tres estados del patriarcado

Por SANDRA GARCÍA

A pocos días del 8 de marzo, fecha en la cual hombres y marcas comerciales “celebraron” el día de la mujer repleto de mansplaining, flores y clichés, sucedió un nuevo caso de feminicidio. El 15 de marzo en un centro comercial de Sabaneta (Antioquia) una mujer fue asesinada por su expareja sentimental usando un químico letal. La víctima, Máryori Muñoz Sánchez, había denunciado dos veces a su agresor por violencia intrafamiliar y acoso, lo cual no impidió que le quitaran la vida.

El filósofo Jiddu Krishnamurti decía:” Conoceremos el estado del amor solo cuando los celos, la envidia, la posesión y el dominio terminen. Mientras haya posesividad, no hay amor”. El amor y la mujer se convirtieron en objetos de posesión dentro de una cadena opresora, patriarcal y capitalista, que le ha otorgado al hombre el poder de consumir hasta nuestras vidas.

La palabra patriarcado, utilizada por las y los feministas para referirse a la opresión masculina, ha molestado a muchas personas que no entienden su significado, cómo se desarrolla y ni cómo ha naturalizado el machismo durante siglos.

El patriarcado es amigo de la propiedad privada y el capitalismo, desciende desde las cúspides del poder hasta el hombre proletario, educado social y culturalmente para poseer a la mujer como método de compensación de una vida miserable, que no le permite cuestionar la desigualdad y le brinde una sensación de “privilegio” dentro del sistema en el que está sometido.

Para hablar sobre este tema de una manera un poco más profunda, he creado una escala y dividido el patriarcado en tres estados de patriarcado: Primario, social y de poder.

Patriarcado primario: Es el que hereda el primer poder y está en relación directa con la mujer desde su nacimiento y durante toda su vida: papás, tíos, primos, hermanos, sobrinos, hijos, parejas sentimentales, etc. En el estado primario ocurren a diario centenares de abusos sexuales desde temprana edad, sumado a violencia intrafamiliar, violencia psicológica y feminicidios.

Patriarcado social: Protegido y alimentado por el patriarcado de poder, el patriarcado social tiene su columna vertebral en la educación y la comunicación masiva, la presión grupal de las comunidades creyentes y los estereotipos heteronormativos impuestos desde la infancia.

Reproduce el señalamiento y el castigo social por incumplir los estándares patriarcales, justificando violencias, violaciones y hasta el asesinato de la mujer por cualquier motivo y bajo cualquier circunstancia. Practica que vemos constantemente en noticias sobre feminicidios, con comentarios revictimizantes y burlas con un alto grado de sociopatía sobre la víctima, abusos sexuales y acosos en todos los ámbitos públicos, educativos y laborales.

El patriarcado social es el canal de comunicación y al mismo tiempo de presión entre el patriarcado de poder y el primario, un canal que no solo tergiversa la información, también trata de deslegitimizar el feminismo.

La figura machista como eje del hogar es alimentada por este patriarcado, protegida por el patriarcado de poder y reproducida en la crianza por mujeres y hombres que han naturalizado el machismo como educación y tradición. El patriarcado primario ocupa el último escalón de la cadena patriarcal, siendo entonces oprimido y opresor al mismo tiempo.

Patriarcado de poder: Comprende la cúspide del poder establecido, cabezas de la economía mundial, la política y la religión, dueños de imperios, organizaciones y templos, dictan y dirigen el mundo a su antojo. Utilizan el machismo, el patriotismo, la fe religiosa y la ambición como métodos de sometimiento sobre la voluntad de las masas.

Mientras los grupos de poder se reparten un jugoso botín después de cada guerra, miles de mujeres y niñas son el botín de los soldados, son ultrajadas, violadas y sometidas tanto por grupos militares, como políticos y religiosos.

En un mundo históricamente machista y misógino, no me cansaré de repetir que el primer territorio que toda mujer debe conquistar es su propio hogar, una relación de igualdad, libertad y respeto, que garantice una crianza por el bien de las futuras generaciones. Una revolución desde la base misma de la explotación que nos permita modificar cada uno de estos pilares.

Post Scriptum: El machismo en ningún momento de la historia ha hecho honor a la palabra fortaleza, pero sí a las palabras dominio, miedo y destrucción. Fortaleza es una mujer en el preciso instante de parir y dar vida.

@ladytron26

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