Los mitos sobre el subsidio a la gasolina

Por DIEGO OTERO PRADA

El tema de los precios de la gasolina y el ACPM vuelve a ser objeto de discusión, debido a la idea equivocada de aumentarlos con argumentos que vienen de economistas conservadores y neoliberales.

El primer mito es el de comparar precios de países petroleros con precios de importadores de petróleo o derivados: no se puede comparar los precios en Colombia con los de Centro América, Chile, Uruguay, Paraguay, el Caribe, Argentina, Europa, Japón, Corea del Sur, Pakistán, Taiwán, Malasia, Singapur, …

Hoy, a septiembre 2022, el precio internacional de la gasolina de Colombia está entre los más bajos del mundo, acompañado de los países petroleros. Pero hay que tener en cuenta cómo se hace la comparación, si en dólares corrientes o en dólares de paridad de poder de compra (PPP), pues cambia por completo la situación.  Si el cálculo es por el PPP, Colombia parece más arriba. Otro efecto sobre el precio en dólares corrientes es la tasa de devaluación, que ha sido acelerada en Colombia desde 2021.

Un nuevo elemento para considerar es que en ningún otro país existe un Fondo Estabilización de Combustibles. Esto es una invención de los neoliberales colombianos. Lo que existen son Fondos Petroleros para guardar recursos e invertirlos.

En Colombia, por influencia de los neoliberales, del Banco Mundial y el FMI se impuso la idea de costos de oportunidad, pero lo grave es que se creó un monstruo, el Fondo de Estabilización de los Combustibles, un instrumento para obligar a decretar aumentos de precios constantes, cuando deberían si acaso tenerse los llamados costos de oportunidad como una referencia, no como algo obligatorio.

Se presenta así una contradicción flagrante: da lo mismo ser país importador que productor autosuficiente de combustibles. La diferencia sería únicamente el costo de transporte.  Entonces, tener petróleo no da una ventaja de competitividad, al poder tener precios internos más bajos, vinculados con los costos internos, no, como ahora, vinculados a los precios internacionales.

De ahí que el famoso subsidio a la gasolina es un mito peligroso al hacer comparación con los precios internacionales. Así, para agosto de 2022 el precio de la gasolina en Bogotá era de 9573 pesos el galón y en la Costa del Golfo de los Estados Unidos a la salida de la refinería era de 2,79 dólares, que, excluyendo los costos de transporte, se tendría 11 000 pesos como ingreso al productor Ecopetrol. Por supuesto, al comparar en esta forma parece que hay un subsidio porque no se le paga al productor este valor, sino 4728 pesos por galón.

Ahora, hay que tener en cuenta que los precios internacionales varían todos los días. Así, para agosto están por debajo de los de junio (3,283) y julio (4,4049). Otra variable para considerar es la tasa de cambio que también varía todos los días.

Es decir, para los partidarios de los costos internacionales, la comparación hay que efectuarla con el ingreso al productor, que en agosto era de 4728 pesos por galón, por lo cual el desfase era de 6272 pesos el galón, o sea, 1,32 veces más, según los precios en agosto 2022.

Pero si se cobrara según los costos internos, el ingreso al productor sería en agosto de 2022 de 4516 pesos el galón y el precio final sería menos que lo que hoy se paga.

El desfase con los precios internacionales es enorme, por supuesto, y habría que hacer aumentos que en otros países han tumbado a gobiernos.

Este análisis se aplica igualmente con el ACPM, con una diferencia mayor dado que el diésel internacionalmente tiene un precio más alto que la gasolina regular y en Colombia es al revés. O sea, la situación es más complicada.

Como esto no puede hacerse, sino realizar incrementos pequeños, es difícil llegar pronto a los precios internacionales, y el déficit del Fondo de Estabilización crecería y crecería.

Este nudo gordiano hay que romperlo. Primero, acabar con el Fondo de Estabilización, que es lo más urgente. Y segundo, cambiar la formula, desvincular los precios internos de los precios internacionales.

Resumo, si se sigue con la actual formulación, habría que incrementar los precios de la gasolina 136% y el ACPM en un porcentaje mayor, pero sigue la deuda con el Fondo de Estabilización.

Va a darse un alivio en los precios internacionales porque la economía mundial está entrando en una etapa de decrecimiento económico. Sin embargo, los precios dependen mucho de la geopolítica mundial que está muy tensa, que es impredecible y pueden darse situaciones que lleven a incrementos muy fuertes en el precio del petróleo por encima de 150 dólares el barril.

De cualquier forma, hay que darle muerte a este monstruo del Fondo de Estabilización de los Combustibles. Como se dice comúnmente, lo que se crea por ley, decreto o resolución no es eterno y se puede cambiar. Es una camisa de once varas, de creación neoliberal, que un gobierno progresista debe borrarlo de la faz de la tierra.

No se votó por una alternativa supuestamente neoliberal, para que en un gobierno progresista se mantengan los instrumentos neoliberales.

En conclusión:

  1. Nada de incrementos de precios por ahora.
  2. Acabar con el Fondo de Estabilización de Combustibles.
  3. Cambiar la fórmula de precios de los combustibles y vincularlos más a los costos internos.

@DiegoOteroP

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