Lo que no se ha dicho sobre RTVC

En sujeción a la ética profesional, comienzo por contar que hace muchos años trabajé en la Radiodifusora Nacional de Colombia, cuando era una dependencia del Instituto Nacional de Radio y Televisión (Inravisión) y al país lo gobernaba Julio César Turbay Ayala. Yo producía noticias culturales. Un gran inconveniente de la emisora consistía en que su programación era interrumpida con frecuencia, cada vez que el presidente hablaba en un acto oficial. Aunque eso espantaba a la audiencia, no se podía hacer nada, porque las órdenes llegaban de arriba.

Habría podido seguir ahí, como sí lo hicieron los compañeros que se quedaron y terminaron felizmente jubilados por el Estado. Pero yo quería las emociones de un periodismo más vital, como el que ya había vivido en la revista Alternativa. Así que renuncié. Y no me arrepiento.

Cuando comenzó este gobierno -que espero se convierta en la era Petro- sentí una gran satisfacción, pues fue por fin se materializaba el cambio que había sido imposible en 200 años de vida republicana.

Por eso, cuando RTVC comenzó a operar dentro de los cánones de la nueva administración, vislumbré esperanzado que quizá podría contribuir desde lo profesional, como aliado de la misma causa. Supuse que habría una barrida de funcionarios del gobierno anterior, y en tal medida me ilusioné con regresar a la Radio Nacional, pero por la puerta grande: ya no como productor de noticias culturales, sino como director.

Yo era conocedor de los procesos de selección que se irían abriendo mediante convocatorias en la página de RTVC, con base en lo que supuse sería un proceso meritocrático de selección, por lo que procuré estar atento. Pero un buen día las noticias contaron que un azaroso martes 13 había sido escogida una tal Ana María Soto, sin ninguna experiencia en producción radial, y lamenté (o maldije) haberme distraído.

Ahora bien, por un informe de la W Radio se supo que “la publicación se hizo el 13 de febrero de 2024. Ese mismo día se abrió la recepción de hojas de vida de los candidatos y ese mismo día se cerró. Fueron menos de 12 horas para que los interesados se postularan”. (Ver noticia).  

Algo a todas luces inaudito, irregular, anómalo, impresentable. Y lo llamativo es que la noticia venía precedida de informes periodísticos que mostraban otras aparentes anomalías en contratación que se estarían cometiendo desde que el señor Jorge Luis Arzuaga fue nombrado por la gerente, Nórida Rodríguez, como subgerente de Soporte Corporativo.

Para la muestra, dos botones: en septiembre del año pasado RTVC omitió hacer una licitación pública en un contrato de casi 9.000 millones de pesos para la puesta en marcha de varias emisoras de paz, misión encargada desde la firma del acuerdo con las Farc en 2016. Arzuaga exigía que fuera con la Agencia Nacional Digital, sin experiencia en el ramo, pero el abogado Juan Pablo Estrada, asesor legal de RTVC, les hizo ver a Arzuaga y al jefe jurídico, Rubén Darío Dueñas, que ese contrato debía deshacerse antes de que alguien notara que era a todas luces ilegal, con consecuencias penales para ambos. El convenio se reversó, pero “los registros del capricho de Arzuaga reposan en los archivos de RTVC y la Agencia Digital”. (Ver informe).

Segundo botón, un contrato de RTVC con la Agencia Nacional de Tierras (ANT) por cerca de 15 mil millones de pesos, hoy objeto de investigación. Y como cereza del pastel la contratación al parecer irregular de dos hermanas de Édgar José Reina, el novio de Arzuaga. Y digo irregular porque al menos con la segunda, Jainís Reina (quien devenga desde Barranquilla) ocurrió algo idéntico a la búsqueda del director de Radio Nacional: “la vacante se abrió el 11 de septiembre de 2023 a las 8 de la mañana y se cerró a las 5:30 de la tarde del mismo día”. O sea que la convocatoria sólo recibió postulaciones durante 9 horas y media. (Ver noticia).

Son datos y hay que darlos. Además, es vox populi la relación laboral en extremo tirante que se presentaba entre Nórida Rodríguez y el subgerente de Medios Públicos, Hollman Morris. Y existe claridad en que Morris no tiene un centímetro de culpa en las anomalías reportadas. Es más, las denuncias de acoso laboral de dos funcionarias que vienen del gobierno anterior habrían sido parte de una tramoya para forzar su salida. Casi a empellones.

Si pidieran mi opinión, diría que nada tiene ningún colombiano contra una actriz tan querida y talentosa de la pantalla chica, pero a raíz de lo que en días recientes se ventiló en medios tomó fuerza la pregunta que se hacía Matador en trino reciente: “¿Quién estuvo detrás de los nombramientos de Nórida Rodríguez y Jorge Arzuaga?” (Ver trino).

Googleando en busca de eventual respuesta aparece un artículo de Cambio, que muestra cómo la contratación se concentró de manera exclusiva en Arzuaga. Y remata con esto: “todos los intentos de reconciliación entre Rodríguez y Morris han fracasado. Petro, que conoce en detalle la situación, se enfrenta a la disyuntiva de dirimir cuanto antes el conflicto, o escoger quién se queda en su cargo: su gran amigo Hollman Morris, o Nórida Rodríguez, la persona que su esposa Verónica Alcocer le recomendó para tomar las riendas de RTVC”.

Aquí entre nos, el sentido común parece advertir que Hollman Morris es la persona indicada para asumir las riendas de RTVC, y de modo plenipotenciario. A él se le reconoce por el periodismo valiente de investigación y denuncia que hizo desde Contravía contra el régimen uribista, y como director de Canal Capital fue valioso sitial de apoyo durante la alcaldía de Petro.

Así las cosas, nuestro presidente tiene la palabra: “Roma locuta, causa finita”.

DE REMATE: Frente a RTVC no se podía repetir una situación parecida a cuando los medios comenzaron a destapar la corrupción en la compra de los carrotanques para la Guajira y los ‘influencers’ del petrismo salieron en masa a defender la UNGRD de Olmedo López, solo por ser del gobierno. Todos estamos a la espera de la carpeta que anunció el secretario de Transparencia, Andrés Idárraga, en respuesta a las denuncias sobre RTVC. Según dicha dependencia “se podrían considerar acciones jurídicas, en caso de que se den”. (Ver noticia).

 @Jorgomezpinilla

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