Las basuras del mundo civilizado confirman la sentencia de Seattle

Por PUNO ARDILA AMAYA

Parece que ya “termina la vida y comienza la supervivencia”, como sentenció el gran jefe Seattle. El hombre no ha sido capaz de aprender, y el mundo está irremediablemente condenado. Los líderes son incapaces de entender que el agua vale más que el oro y que el aire de la selva vale más que las vacas.

Pero es difícil hacer entrar en razón a miles de millones de personas, si han sido incapaces de ver más allá de sus narices frente al desastre ambiental, y nada fueron capaces de aprender en casi dos años de confinamiento y pandemia.

Sin embargo, hay quienes aparecen, de pronto, y ofrecen alternativas: en México, por ejemplo, producen gasolina con el plástico; una gasolina barata y no contaminante; un hombre inventó un motor que funciona con agua, y los fabricantes de vehículos inventaron motores eléctricos, hace rato… Las propuestas existen, pero los líderes en el mundo solo son brutos cuya única motivación es el dinero y su poder; el negocio para los grandes es que el motor consuma lo que ellos tienen para la venta; el negocio no es que las cosas funcionen con lo que venden los demás.

En fin: el fin es el negocio, así nos conduzca al fin.

Y volviendo al jefe Seattle, para el manejo de basuras ha habido en Colombia propuestas extranjeras de procesamiento de toda una ciudad, pero siempre se ha opuesto resistencia; ¿por qué?, porque el negocio es otro. En Bucaramanga y el área metropolitana, por ejemplo, se ha visto la pelea constante por el “manejo” de la basura, pero no se ha visto verdadero interés alguno por sacarle provecho ecológico, y económico también (¿por qué no, si la basura es dinero?). Pero todo el proceso —en vez de terminar en reciclaje y compostaje— se queda en el cobro a cada usuario y en cosechar el subsidio oficial.

¿Por qué no se recurre a tantas alternativas tecnológicas para procesar basuras, tanto en reciclaje como en compostaje, y se aprovecha El Carrasco, en vez de contaminar tierras ajenas? Foto de Eltiempo.com

Precisamente, en días pasados —como ocurrió contra la tribu duwamish, la del jefe indígena— se reunieron los cuatro alcaldes sabios del área metropolitana de Bucaramanga a decidir por la suerte de ellos, y de paso joder a los demás. Tal como lo plantea el gran jefe.

Estos cuatro jinetes, a cuenta de sus propios beneficios, tomaron la “decisión” de convertir en su basurero a Lebrija, que no forma siquiera parte del área metropolitana.

Quedan muchas inquietudes y muchas preguntas: Como nadie quiere meter su basura bajo su alfombra, ¿por qué deciden joder a su vecino?; ¿por qué no se convoca a Lebrija, como quinto, a tomar esta decisión, y —de paso— se tiene en cuenta la férrea oposición del pueblo lebrijense?

Dice la información que “hay compromiso de los cuatro alcaldes para diseñar una hoja de ruta concreta, con acciones claramente definidas”, y se nota su preocupación por los habitantes de sus municipios: ¿pensaron también en los habitantes de Lebrija? ¿Pensaron los cuatro sabios en que la fortaleza turística del Topocoro se viene abajo con el basurero? ¿Les importa?

Como no saben aún si el manejo de las basuras será oficial o privado (seguramente lo segundo, de acuerdo con la lógica de la “política”), ¿quién será el beneficiario?; ¿de quién es el terreno?; ¿cuánto vale esa compra? ¿La decisión del terreno tendrá algo que ver con el cambio inesperado de la nueva vía, que, a pesar de estudios y trazos previos, se está abriendo por terrenos inadecuados, pero beneficia a ciertos personajes?

¿Por qué no se recurre a tantas alternativas tecnológicas para procesar basuras, tanto en reciclaje como en compostaje, y se aprovecha El Carrasco, en vez de contaminar tierras ajenas?

¿Cómo es posible que la salud y la vida de poblaciones enteras queden en manos de irresponsables como estos? ¿Qué futuro le espera a la humanidad con líderes como Trump (que bien ido es) y Bolsonaro? ¿Qué futuro vendrá para Colombia con líderes como Lafaurie y presidentes como el Duque? ¿Qué será del futuro de nuestras regiones con alcaldes como estos?

Como dijo el jefe Seattle, “el hombre terminará ahogado en su propia basura”. Ahóguense en la suya; no jodan al vecino.

Mensæ tegumentum. El “debate” de Semana deja entrever varias cosas: que ese es un medio de propaganda del establecimiento, aunque eso ya lo sabíamos; que esos precandidatos están lejos de conocer el país (que ni el Himno nacional, siquiera); que su referencia suma es Petro (que si dijo, que si no dijo); y que la “periodista” Dávila se armó con preguntas heredadas de su “odiado” Nassar, compañero laboral (preguntas de la altura de que si se pinta el pelo, que si le gusta la sopa o el seco), que demuestran que ella está peor cada vez, aunque eso también ya lo sabíamos.

@PunoArdila

(Ampliado de Vanguardia)

* Foto de Seattle, de Estaeslahistoria.com/

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