¡Hay que sacar al demonio!

¿Qué le estará pasando no solo a nuestro país, sino a la humanidad entera? ¿Se enloqueció después de la pandemia? ¿O acaso era así, pero solo decidió salir del clóset?

Todo podría resumirse con este ejemplo: antes, se bajaba la cabeza frente a la autoridad y se corría al ver el peligro; se esquivaba el camión y no se transitaba en contravía ni se adelantaba en curva.

Pero hay muchos ejemplos: los congresistas no saben de leyes; son influenciadores, y solo insultan; no proponen nada. Los servidores públicos de alto perfil llegan al cargo cuando apenas han aprendido a pegar avisos. La Procuraduría y la Fiscalía sin recato alguno se convirtieron en fortines políticos de oposición, y la oposición se convirtió en una insultadera frente a lo que sea que se haga: hay que destruir, hay que odiar y hacer odiar, en vez de hacer control y proponer.

Sí, nuestro país está enfermo cuando la mayoría de los votantes quiere la guerra; cuando se aplaude al racista, al clasista, al recostado, al aprovechado, al ladrón, al delincuente, al corrupto; cuando se elige y se aplaude al que salió a echarle bala a la multitud. ¿O no es acaso síntoma de enfermedad quemar los bosques y sus animales por el propósito que sea?

La negligencia de la Corte Suprema de Justicia para elegir a la nueva fiscal es una muestra más de esa realidad en nuestro país. Como cuando había denuncias por presuntos crímenes de policías contra manifestantes, y salía el Duque disfrazado de patrullero a felicitarlos, mientras se tenía la ilusión de que cuando menos anunciara una investigación.

La corrupción se descaró, y nosotros no hemos querido aceptar esa verdad, tal vez porque aún tenemos la esperanza en las instituciones; pero la realidad es otra, y el choque contra esta realidad es muy duro para quienes todavía tenemos fe.

Mensæ tegumentum primus. Como dijo Eugenio Arellano, «solo el bambuco tiene permiso de hacer llorar el alma de la nación».

Mensæ tegumentum secundus. Espero estar equivocado (en lo de la Corte, porque lo demás, lamentablemente, es la pura verdad).

@PunoArdila

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