En defensa del paisaje cultural cafetero

Por HUMBERTO TOBÓN*

Cuando la UNESCO aprobó la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano, que incluyó 51 municipios de 4 departamentos, lo hizo con el propósito de evitar que se siguieran afectando los bienes culturales, ambientales y arquitectónicos del territorio, que evidentemente presentaban riesgo.

Regionalmente, en los últimos once años, se ha evidenciado la movilización y el interés ciudadano e institucional por darle viabilidad al plan de manejo del Paisaje Cultural Cafetero, que contiene acciones que propenden por defender los elementos sustanciales y diferenciales de un espacio con grandes potencialidades ambientales, gracias a su sistema de paramos y nevados y la diversidad biológica, donde las principales actividades rurales tienen que ver con la producción agrícola y el turismo, jalonado este último por la belleza paisajística y arquitectónica de los municipios.

En apoyo a los objetivos de la declaratoria de la UNESCO, se aprobó por parte del Congreso de la República la ley 1913 de 2018, por medio de la cual se creó la Comisión Intersectorial encargada de promover y coordinar programas y actividades que desarrollen el Paisaje Cultural Cafetero Colombiano.

La Comisión está integrada por los ministerios de Comercio, Industria y Turismo, Cultura, Agricultura, Planeación Nacional, Ambiente y Minas y Energía, cuyos informes anuales, que son obligatorios, son lánguidos, y demuestran el poco interés del gobierno nacional por aportar al Paisaje Cultural Cafetero.   

Es tal el desinterés por cumplir su misión, que al Ministerio de Minas y Energía no le importó que la Agencia Nacional Minera emitiera la Resolución 233 de 2021, en la que declara a Belén de Umbría, Mistrató, Guática y Santa Rosa de Cabal como reservas mineras, a pesar de que todos estos municipios hacen parte de la declaratoria de la UNESCO.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible no ha tenido la delicadeza de hacer un pronunciamiento para rechazar el atentado ambiental que se quiere cometer en estas localidades y se ha mantenido al margen de la discusión técnica y política que se ha dado, especialmente en Belén de Umbría, donde, según la Agencia Nacional Minera, el 97% del territorio es apto para minería y aceptó estudiar pedidos de multinacionales para obtener licencias de explotación.

Por fortuna el gobierno de Risaralda, la alcaldía de Belén de Umbría y todas las organizaciones sociales, económicas, políticas y académicas del municipio y el departamento, han unido sus voces para rechazar semejante atropello, propiciado por una empresa del gobierno nacional.

Defender el Paisaje Cultural Cafetero Colombiano debería ser una prioridad para el gobierno colombiano, pero no lo es. Ha dejado solos a los municipios en su esfuerzo por proteger una amplia zona, que la UNESCO elevó a la categoría de patrimonio mundial.

@humbertotobon

*Estos comentarios no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy Subgerente de Planeación Regional

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