El presidente Petro y su única adicción conocida

Por JORGE GÓMEZ PINILLA

Esta columna trata en parte un asunto personal y en parte hace un análisis objetivo.

Conocí a Gustavo Petro en 2007, cuando en compañía de Carlos Vicente de Roux hacíamos campaña para que el Polo Democrático Independiente (PDI) escogiera a María Emma Mejía -quien se había afiliado a ese partido- como su candidata a la alcaldía de Bogotá. Si la memoria no me falla, en ese combo también estaban Angélica Lozano y María Fernanda Rojas (Mafe). Por esos días Petro ya tenía la costumbre de llegar tarde a las reuniones, pero no parecía importarnos: era algo usual de la izquierda, todos tan relajados…

A pesar de que María Emma lo aventajaba por mucho en las encuestas, la consulta la ganó Samuel Moreno gracias a una jugada maquiavélica de Jaime Dussán, entonces presidente del PDI: solicitó ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) definir la consulta como interna. Esto se tradujo en que solo podían votar los afiliados a ese partido, y así sacó corriendo a los que en los estratos altos habrían votado por María Emma, pero por nada del mundo se iban a matricular como militantes del Polo.

Muy buenos seres humanos los que acabo de mencionar, excepto Dussán, quien hace 16 años nos impuso a Samuel Moreno como alcalde de Bogotá contra el parecer de Petro. Y hoy, vaya paradoja, es el presidente de Colpensiones.

Volviendo al tema que nos ocupa, fui el primer sorprendido con la carta abierta que María Jimena Duzán le dirigió al presidente Petro. Al terminar la lectura, una pregunta me quedó rondando: ¿Qué es lo que sabe María Jimena que nosotros no sabemos, pero que no puede contar porque no tiene la prueba reina?

Ese mismo día, en lugar de confrontarla duramente, el presidente prefirió restarle importancia al tema afirmando que “mi única adicción es al café por las mañanas”. Pero el revuelo que armó esa publicación fue de padre y señor mío, y dio pie para que al domingo siguiente Daniel Samper Ospina publicara una columna titulada La adicción de Petro. Adicción a su cuenta de Twitter, según este.

Y la traigo a colación porque desde días atrás traía yo la idea de que la única adicción conocida del presidente es precisamente a su Twitter, así que hubo una coincidencia temática. Pero además porque creo que Samper Ospina es a su vez víctima, no sé si de una adicción, pero sí de algo que la misma María Jimena Duzán definió como La petrofobia: “ese miedo irracional que se ha desatado en el establecimiento colombiano contra todo lo que huela a Gustavo Petro”. Y se lo dije a Daniel en un trino, y la consecuencia fue que dejó de seguirme en X y me bloqueó en el Whatsapp.

Sea como fuere, esto me permite establecer un parangón: del mismo modo que al hijo del muy admirado Daniel Samper Pizano se le ve cada más obsesivo con su lluvia constante de ataques contra Petro en sus trinos y columnas semanales (y en su NotiDanny), hay en Colombia quienes también comienzan a ver al presidente quizás obsesionado con el uso reiterativo de su cuenta de X.

Llegado a este punto, quiero citar un trino que redacté pero que no publiqué, porque lo hice objeto de autocensura, para evitar malentendidos. Y dice así: “Si yo fuera Petro, instruiría a su oficina de Prensa para que emita un comunicado aclaratorio cada vez que un medio de comunicación pretenda desinformar a la opinión pública con un titular tendencioso. Y cuando se presenten diferencias de fondo con otro país, le transmitiría al canciller la posición oficial del gobierno, para que este la difunda. Y me pondría a gobernar”.

Lo que sí publiqué fue un trino en respuesta al presidente, cuando este dijo que “millones de personas creen que actuamos contra ellas, cuando actuamos a favor. Es lo mismo que hacen con la reforma a la salud, las pensiones y laboral” (Ver trino). Le manifesté estar por completo de acuerdo en que “millones de personas creen que actuamos contra ellas cuando actuamos a favor”, y agregué: “para contrarrestar tanta propaganda negra es necesaria una eficaz estrategia de Comunicaciones, que sepa divulgar las cosas buenas del gobierno”. (Ver trino).

 Y que conste, mi planteamiento coincide con algo que dijo Gustavo Bolívar hace unos días: “El país está bajo manipulación. Si @PetroGustavo no mejora las comunicaciones, lo van a ahogar”. (Ver trino). El mismo Bolívar, también desde una óptica autocrítica, semanas atrás había dicho que «estamos perdiendo la batalla de las comunicaciones. Hay que reconocerlo, ellos son más eficientes con las mentiras que nosotros con las verdades. Si se mejora este aspecto, lunar gigante de la gestión, pronto el país sabrá que vamos por buen camino». (Ver columna en Cuarto de Hora).

Para distanciarme de Samper Ospina y no volverme obsesivo-compulsivo con el tema, solo quisiera insistir en la necesidad de que nuestro presidente, a quien le deseamos lo mejor en la conducción del Estado, trate de morigerar su excesiva adicción o afición al Twitter y se concentre en los temas gubernamentales. Por el bien de la nación, lo queremos ver “más estadista, menos tuitero”.

De paso, no sobra recordar algo que dijo el talentoso escritor caleño Julio César Londoño en columna para El Espectador: “Sigo creyendo en los beneficios del proyecto de la Colombia Humana: a nadie, salvo a los buitres y a las funerarias, le conviene el fracaso de este Gobierno”.

Por último, puesto que ustedes ya habrán podido notar que soy adicto a las citas, va esta de Yezid Arteta en lúcida columna para El Comején: «Hay que aceptar que no está bien cazar peleas de salón con periodistas, aunque digan mentiras. El gobierno debe nombrar, como en la Casa Blanca, un vocero oficial sobre los temas trascendentales y reorganizar las comunicaciones, para evitar mensajes contradictorios».

Cierro comillas y fin del comunicado. Chao.

DE REMATE: Aquí entre nos, yo también soy adicto al café en las mañanas. Tres tazas abundantes, una en ayunas, otra después del desayuno, la tercera para bajar el almuerzo. Ni una más, porque soy insomne. Ya en la noche duermo con sueño profundo -y variada producción onírica- en brazos de un somnífero que le vi a Daniel Samper Ospina recomendar en su cuenta de X: Kannavi.

@Jorgomezpinilla

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