– Dos de los más temibles criminales que son jefes de gobierno de dos potencias mundiales, Rusia e Israel, deberán responder ante la Corte Penal Internacional.
Hay que creer en la justicia internacional. Por primera vez en la historia del Tribunal de La Haya, su Fiscalía pide permiso a los jueces para emitir una orden de captura para juzgar por crímenes contra la humanidad al principal aliado de Estados Unidos en el mundo: el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y su ministro de defensa Yoav Gallant.
Ante esta solicitud de la Fiscalía de la CPI, todos los que defendemos la existencia de una justicia internacional para juzgar a genocidas, criminales de guerra y criminales contra la humanidad estamos de plácemes porque con esta decisión se evidencia la independencia entre la CPI y la política internacional de Estados Unidos: ya no solo serán juzgados sátrapas como Vladimir Putin, enemigo declarado de Estados Unidos, sino también los criminales de guerra que son considerados amigos del país más poderosos del mundo y que mueve todos los hilos de la política mundial.
Con esta decisión de la fiscalía del CPI se marca un antes y un después. Netanyahu, el que ha asesinado en los últimos siete meses a más de 38.000 palestinos, derruido ciudades enteras, sepultado escuelas, hospitales, guarderías, miles de viviendas con las personas dentro de ellas, apoyado por potencias como Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido, ya no puede ir a ningún lugar fuera de Israel, excepto a los pocos países como Rusia, China y Estados Unidos que se han negado a ser miembros firmantes del CPI. De llegar a cualquiera de los 124 países miembros sería inmediatamente arrestado y conducido a La Haya.
Los dos criminales de guerra más poderosos de este momento en el mundo, Vladimir Putin y Benjamín Netanyahu, si se descuidan o si sus países deciden entregarlos al CPI, tendrán que responder por los crímenes contra la humanidad cometidos por ellos y sus tropas. sobre las indefensas poblaciones de Ucrania y Palestina. Por el bienestar de la humanidad, quienes defendemos que los criminales de guerra y contra la humanidad, independientemente de su ideología y a qué bando mundial ideologizado pertenezcan, deben de ser juzgados en el CPI, estamos satisfechos: es verdad que la justicia internacional es muy lenta, y puede que hasta ineficiente, pero, para los demócratas del mundo, la existencia de la CPI es la garantía de que los sátrapas, antes de cometer crímenes atroces deben saber que van a ser llevados a rendir cuentas ante la justicia internacional.
El mundo, con las guerras contra Ucrania y contra Palestina, y contra otros muchas poblaciones del planeta, va muy mal y más ahora que la ultraderecha, los neofascistas, se están tomando el poder en el planeta, incluida Europa. Sin embargo la que va bien, pero muy bien, es la Corte Penal Internacional (CPI), que en los dos últimos años ha reclamado a los dos criminales más tenebrosos del mundo actual para juzgarlos: Vladimir Putin y Benjamín Netanyahu. ¡HAY ESPERANZA!
Olga Gayón/Bruselas