El comercio mundial enfrenta una tormenta perfecta

Por HUMBERTO TOBÓN*

El comercio mundial de suministros sigue en crisis. Y la posibilidad que haya una solución rápida, se está diluyendo. Gran parte del problema se origina en China, donde el gobierno tomó la decisión de cerrar todas aquellas provincias productoras y ciudades portuarias que presentan brotes de Covid 19.

Estas medidas, que son extremas, conllevan que no haya producción y que los puertos no estén funcionando. Las consecuencias se traducen en una baja oferta de materias primas con destino a la casi la totalidad de los países del mundo.

Naciones ricas y pobres están viendo afectada su economía, porque la cadena de suministros no anda normalmente, lo que hace que las fábricas trabajen a media marcha. El resultado es escasez en todos los eslabones del proceso productivo, mayores precios de los productos y una inflación que está galopando, por el momento de manera relativamente suave, pero que se podría acelerar si las circunstancias no cambian. La Reserva Federal de Estados Unidos, asegura que la inflación no será una situación transitoria, sino un incómodo compañero de viaje durante muchos meses.

Los problemas económicos se agravan por la ausencia de trabajadores, especialmente en las grandes potencias, quienes están inconformes con las remuneraciones que ofrecen los empleadores; por el freno a las expectativas de una reactivación económica constante y de largo plazo; y por la imposibilidad de reducir los altos porcentajes de pobreza y miseria.

Somos testigos del resquebrajamiento de las economías del mundo, que no tienen la capacidad de reaccionar ni de solucionar en el corto plazo los problemas que las afectan, y sobre los cuales se ha debatido de manera constante durante décadas.

Una de esas discusiones ha sido: ¿qué pasará cuando China enfrente una crisis? Y la crisis apareció y no hay un plan para contrarrestar las consecuencias. No instituyeron medidas preventivas ni Alemania ni Estados Unidos, ni nadie. Y como no hay plan, los efectos son aterradoramente graves.

Otra inquietud es: ¿Qué pasará con el transporte marítimo interoceánico frente a un bloqueo? Y los bloqueos se han presentado, bien por accidentes en el canal de Suez, o por huelgas de los trabajadores portuarios, o por el cierre de operaciones ordenado por los gobiernos, o por el atraso físico y tecnológico de los puertos. Y las medidas aprobadas hasta hoy son reactivas, insuficientes e ineficientes.

Países como Colombia, con altos niveles de dependencia de insumos y con reducidas posibilidades de incidir en las negociaciones del comercio mundial, están siendo perjudicados en su proceso de reactivación económica, especialmente en los sectores de la industria y la producción agropecuaria. Y, lo más frustrante, es que esta adversidad no cuenta con una fecha de expiración.

En los meses futuros seguirán las demoras en la provisión de materias primas e insumos, que perjudicarán las ensambladoras de automotores, los productores de fertilizantes, las empresas de tecnología, la industria alimenticia, el sector farmacéutico, el área de la construcción y el transporte de mercancías. Muy sombrío el panorama.

*Estos conceptos no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy Subgerente de Planeación Regional.

@humbertotobon

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