Por DIEGO OTERO PRADA
Toda la campaña presidencial se hizo bajo un supuesto antineoliberalismo de Gustavo Petro. Ganada la presidencia e iniciado el gobierno, el manejo económico quedó en manos de ortodoxos económicos. Es más, los que antes se decían heterodoxos comenzaron a adoptar el pensamiento ortodoxo, por razones que llaman de gobernabilidad, o en el lenguaje del Banco Mundial, gobernanza.
En Colombia, como en Chile, los ministros de Hacienda tenían relación con los bancos centrales. En Chile el ministro de Hacienda del wokeista (los que siguen una ideología identitaria) Gabriel Boric, era el presidente del Banco Central, un economista neoliberal. En Colombia, el ministro de Hacienda, el economista José Antonio Ocampo, había sido codirector del Banco de la República, nombrado por un presidente de derecha, economista que ya venía mostrando posiciones ortodoxas, y que sigue orientaciones similares a las del Fondo Monetario Internacional y los organismos internacionales.
En líneas generales, el equipo económico ha mostrado posiciones ortodoxas. Esto se aprecia por ejemplo en los precios de los combustibles, en la referencia reiterada a la famosa estabilidad macroeconómica, en el apego a la regla fiscal y a marcos de mediano plazo fiscal ortodoxos.
En la reforma a la salud y en el plan de desarrollo predominan las frases según las cuales todo gasto se somete al cumplimiento de la regla fiscal y al marco fiscal de mediano plazo. El cumplimiento a reglas fiscales y a la independencia de los bancos centrales son las claves más importantes del neoliberalismo.
En Colombia desde 2011 se creó la regla fiscal
En Colombia, en 2011 se aprobó por el congreso la ley 1473 que estableció la regla fiscal. Se definía en esta ley que el déficit estructural no podía ser mayor a 1,0% del PIB en 2022. En 2020 y 2021 el gobierno central suspendió la regla fiscal para atender la pandemia del Covid-19.
Esta ley fue modificada en 2021 por la ley 2155 de reforma tributaria que presentó Alberto Carrasquilla y se creó un Comité Autónomo de la Regla Fiscal integrada por los presidentes de las comisiones económicas del Congreso y por cinco expertos que Iván Duque nombró en diciembre de 2021 por un período de cuatro años, neoliberales todos, por supuesto, que son:
Fernando Jaramillo Mejía, egresado de la Universidad de los Andes; María Fernanda Suárez, del CESA; Silvia Escobar, de la Universidad de los Andes; Olga Lucía Acosta, egresa de la universidad de Cooperación Internacional-UCI, y Juan Pablo Córdoba, de la Universidad de los Andes.
La economista Olga Lucía Acosta, ortodoxa, fue nombra por el presidente Gustavo Petro como codirectora del Banco de la República en diciembre de 2022, supuestamente por sugerencia del ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, quien antes trabajaba en la oficina regional de la CEPAL en Bogotá.
El ministro de Hacienda asiste como invitado con voz, pero sin voto.
El Comité cuenta con un equipo técnico, integrado en el gobierno de Iván Duque por economistas ortodoxos y con un director técnico Andrés Velasco, también ortodoxo.
Este Comité tiene como función hacer un seguimiento a la regla fiscal y propender por la sostenibilidad de las finanzas públicos.
Condiciones de la nueva regla fiscal
En el parágrafo transitorio 1 del artículo 5 del capítulo quinto, de la ley tributaria de 2021 se dice:
El balance primario neto estructural del gobierno central no podrá ser inferior a -4,755 del PIB en 2022, -1,4% del PIB en 2023, -0,295 del PIB en 2024 y 0,55 del PIB en 2025.
Igualmente se introdujo un ancla del 55% del PIB a la deuda neta del gobierno nacional central y un límite del 71%.
Un gobierno restringido por los ortodoxos
O sea, que el gobierno de Gustavo Petro está restringido por la regla fiscal, los miembros del Comité de Seguimiento y por los codirectores del Banco de la República, todos ortodoxos, pero lo increíble es que este gobierno haya nombrado a una ortodoxa, la economista Olga Lucía Acosta, como codirectora del Banco de la República.
Se puede afirmar que el gobierno de Gustavo Petro está dominado por la ortodoxia económica, por lo dejado por el gobierno de Duque, y por los nombramientos qué él mismo ha realizado de ministros, codirectores del Banco de la República y de miembros de la Junta Directiva de Ecopetrol.
Es igual en esto al wokeista Gabriel Boric en Chile, y por supuesto no podrán hacer mucho por las limitaciones fiscales que le imponen los ortodoxos económicos. Y todo en un gobierno que en las elecciones se consideraba anti–neoliberal, pero que en la práctica es lo contrario.
El déficit fiscal ha evolucionado hacia arriba
En el gráfico 1 se presenta la evolución del déficit del gobierno central como proporción del PIB de 2010 a 2021 y una proyección para 2022.
Hasta 2019 el déficit estuvo por debajo de 4,0 por ciento, pero en 2020 y 2021 creció aceleradamente a 7,8% y 7,42% como consecuencia de la pandemia del Covid-19. Para 2022 se proyecta un déficit de 5,6% o 7,6% si incluye las deudas al Fondo de Estabilización de los Combustibles como quieren los neoliberales.
Gráfico 1 Déficit fiscal del gobierno central como proporción del PIB
Fuente: cálculos con base en información del Banco de la República
EL endeudamiento externo es creciente
En el período 2010 a 2022 el endeudamiento total del sector central ha aumentado de 34,9% a 65% como proporción del PIB. La deuda creció de 190 billones de pesos en 2010 a 701 billones en 2021 y se estima terminará en 2022 en 872 billones de pesos.
Gráfico 2 Tasa de endeudamiento del gobierno central como proporción del PIB
Los déficits fiscales y las tasas de endeudamiento en el mundo aumentan
La discusión que se da en el mundo por los críticos a las reglas fiscales y de endeudamiento público son que esas metas son sacadas del sombrero, que no hay ninguna lógica ni razones que expliquen por qué se colocan.
Por ejemplo, en Europa la regla para el déficit fiscal (3,0%) y la tasa de endeudamiento (60,0%) como proporción del PIB que se definieron en el tratado de Maastricht en 1992 entre François Mitterrand de Francia y el canciller Helmut Kohl de Alemania no obedecieron a ningún estudio. Fue una idea de Mitterrand para atraer a Alemania a la Unión Monetaria. Pero, esas normas casi nunca se han cumplido. Hoy casi todos los países de Europa tienen déficits fiscales por encima de 3,0 % y tasas de endeudamiento superiores a 100% y nadie ha vuelto a recordarlas. Aún más, se habla de flexibilizarlas y para unos de eliminarlas.
En 2020 y 2021, por el Covid-19, y en 2022 por la guerra en Ucrania, una proporción alta de los países del mundo tuvieron déficit por encima de 3,0%, la mayoría de los europeos superiores a 6,0 %, Estados Unidos 10,91% en 2021. Y nadie ha protestado ni puesto en el grito en el cielo.
Lo mismo pasa con las tasas de endeudamiento externo que en los países desarrollados están por encima de 100%. Por ejemplo, en 2021, fue de 128,0% en los Estados Unidos, 96,3% en Inglaterra, 118,3% en España, 69,3 % en Alemania, 258,43% en Japón y así sucesivamente. Y en Colombia fue de 62,7%, se coloca en la mitad entre 176 países. entre las bajas del mundo. Y aquí los economistas ortodoxos se dedican a asustar y a hacer predicciones apocalípticas.
La discusión en Colombia
En Colombia la regla fiscal no se ha cumplido, pero la tasa del endeudamiento como proporción del PIB ha estado por debajo de 71%.
Lo economistas conservadores siguen presionado para que se cumplan estas normas. Estos se encuentran en todas partes, en la academia, en los gremios, en el gobierno y, por supuesto, en el Banco de la República, el centro neoliberal en Colombia.
Con motivo de la propuesta de comprar 3 millones de hectáreas a los ganaderos, con un costo superior a 60 billones de pesos, se planteó endeudarse en esa cantidad para hacer los pagos correspondientes.
Infortunadamente, desde el ministerio de Hacienda, se contradijo al presidente de la República y a la ministra de agricultura, basado, supuestamente, en un documento elaborado por la Dirección de Crédito Público, que apelaba al argumento de que se incrementaría la tasa de endeudamiento, acercándose a la meta de 71%.
Hay que dejar el conservadurismo económico
Para los economistas antineoliberales, el gobierno puede apelar a la emisión de bonos, o a la emisión monetaria, que hoy es imposible llevar a cabo por la orientación neoliberal de todos los miembros de la junta del Banco de la República. Esto lo hacen todos los días en Estados Unidos y en el Banco Central Europeo, pero en un país tan imbuido por las ideas neoliberales desde los ochenta es muy difícil.
Estas idas neoliberales, si no se derrotan, van a llevar a que el gobierno no pueda cumplir sus promesas. Hay que revocar la regla fiscal que impide a los gobiernos actuar.
O, quedarse callados, como ha sido lo normal en los gobiernos anteriores y dejar de predicar en todas partes y documentos que se va a cumplir la regla fiscal y el ortodoxo Marco Fiscal de Mediano Plazo.
Como dicen muchas corrientes keynesianas y post keynesianas, el gobierno no es un hogar. Se puede endeudar y emitir dinero con objetivos claros de fomentar la producción y el empleo, que, al crecer la economía, el déficit fiscal bajará, así como la tasa de endeudamiento.
Así, la corriente post keynesiana de la Teoría Monetaria Moderna -MMT afirma que los gobiernos con soberanía monetaria, es decir, que emiten su propia moneda, como el dólar, la libra, el rublo, el yuan, no tienen problema en endeudarse.
Un país como Colombia tiene su propia moneda que es el peso, pero digamos que es una soberanía monetaria limitada porque el mercado interno de capitales es muy débil y debe acudir a endeudamiento externo, con todos los problemas que esto implica.
El Banco de la República podría prestarle plata al gobierno, o comprarle TES a períodos de muy largo plazo y con tasas de interés cercanas a cero. Esto lo hace todos los días la Reserva Federal en los Estados Unidos que le compra bonos al tesoro. Y en Europa, el Banco Central Europeo emite bonos y con estos recursos se los presta a los países y les regala parte de los recursos obtenidos.
Pero en Colombia es tan fuerte el pensamiento económico conservador que esto se considera un crimen, y mucho menos hablar de emisión monetaria.
Conclusión
Es necesario realizar en Colombia este debate sobre las reglas fiscal y de endeudamiento del sector central del gobierno, un país que, como Chile, es muy conservador en política económica, que no permite crecer más rápido.
Lo irónico está en el hecho que ha llegado un gobierno con un programa que se decía antineoliberal y que está sufriendo está ideología tan enraizada en el sistema. La burocracia es muy fuerte y el presidente ha nombrado equivocadamente a muchos neoliberales que vienen de gobiernos anteriores o que permanecen en sus cargos, son tecnocracia ortodoxa.
Son muchos los ejemplos: los miembros de la junta del Banco de la República, de todas las comisiones de regulación, de las superintendencias, de los ministerios.
No importa ganar el gobierno si sigue la misma tecnocracia que siempre ha respondido a los intereses del sistema, o nueva que adopta la misma ideología como parece. Ella sabotea a los gobiernos en Colombia y en todas partes.
El mundo está cambiando, los mitos están cayendo y el neoliberalismo ha mostrado sus flaquezas.
Seguir las ideas ortodoxas no permitirá un país más sólido, con un mayor crecimiento y reducción del desempleo, sino continuaremos con tasas de crecimiento raquíticas alrededor de 3 por ciento, alto desempleo, informalidad, pobreza y desigualdad.
@DiegoOteroP