Por GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ
Una Ingrid conmovida
habló desde el sentimiento,
en un profundo lamento
por la situación vivida.
Los dejó en la sinsalida
a los verdugos farianos
siempre fríos, nada cercanos,
ensayando mil disculpas,
de cliché sus mea culpas
frente a los seres humanos
Las víctimas doloridas
expresaron sus angustias,
por años de historias mustias
que destrozaron sus vidas.
Las excusas consabidas
parecen sin ton ni son;
por eso la gran razón
de esa la voz ciudadana,
es que así jamás se gana
el demandado perdón.
La crueldad y la sevicia
con víctimas del secuestro,
evidenció actuar siniestro
que exige pronta justicia.
Por fanatismo o codicia
la organización armada,
de poder obnubilada,
se ensañó en los atropellos;
solo pensó siempre en ellos
y se tornó desalmada.
Por eso, en la Comisión
de la Verdad que remedie,
se les exige que medie
la pronta reparación.
Sin ella no habrá perdón,
ni olvido, ni paz, ni calma,
ni florecerá la palma
del desgranar de emociones;
no es tan solo dar razones,
eso hay que hablar con el alma.
@pedrojdelvalle