Por GERMÁN AYALA OSORIO
Nuevamente expresiones racistas y clasistas afloran en reconocidos militantes de la derecha. Se trata ahora del periodista Luis Carlos Vélez y el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón. Estos dos alfiles del uribismo confundieron de manera consciente, adrede, los bastones de mando de la Guardia Indígena con armas de fuego. Además, calificaron la presencia de un grupo de indígenas en la Plaza de Bolívar como un acto de amedrentamiento de los congresistas que discutían el articulado del proyecto de Plan de Desarrollo del gobierno.
Pinzón Bueno es una especie de niño mimado de la derecha uribizada y del sector castrense amigo de la confrontación bélica y de la consolidación del Estado militarista. Esto dijo sobre la presencia de la Guardia Indígena: “Una organización armada con evidente entrenamiento y mando, toma el Capitolio en Bogotá. La gente en total indefensión ante la “guardia indígena”. Ninguna autoridad actúa. El poder Judicial debe ordenar proteger a los colombianos, ya que el Ejecutivo está a favor de los violentos”. Como estrategia discursiva, este filipichín apela al prejuicio “la gente en total indefensión”, como burda manera de sobredimensionar una situación que jamás alcanzó el nivel de tensión y de violencia que su ojeriza hacia los indígenas le permitió ver.
Estamos ante una clara estigmatización de los indígenas, que bien puede ser capitalizada por los sectores de la sociedad que durante el estallido social expresaron su clara animosidad hacia este pueblo ancestral, circunstancia que estimuló a que los “camisas blancas” de Ciudad Jardín en Cali salieran armados a darles plomo. Al decir que el Ejecutivo “está a favor de los violentos” Pinzón señala de manera temeraria al presidente de la República, al tiempo que aporta a la consolidación de la perversa y violenta narrativa que la derecha viene usando para descalificar el respaldo popular sobre el que el presidente Petro finca su gobernabilidad plebiscitaria.
Si lo expresado por Pinzón Bueno es grave, lo dicho por el periodista Luis Carlos Vélez es peor por tratarse de un periodista que está obligado a informar con veracidad y rigor. Este lector de noticias afirmó que “la Guardia Indígena ingresa armada al centro de Bogotá y protesta frente al Congreso. Las autoridades miran…”. El comunicador miente y tergiversa lo ocurrido. Además, descalifica a las autoridades por permitir el ingreso de una “organización armada” al corazón de la capital del país. La Mesa Permanente de Concertación Indígena le contestó así al estafeta del régimen anterior: “Señor @lcvelez desde el Movimiento Indígena lo invitamos a que nos demuestre qué armas estamos utilizando en la movilización. El bastón de mando, significa nuestra Madre Tierra (casa), por eso se sostiene con fuerza, porque lleva la dignidad de los Pueblos”.
Pinzón y Vélez son dos “blanquitos” que odian al pueblo indígena y en general a las clases populares. Los lugares privilegiados desde donde hablan y pontifican les impide expresar simpatía por el que sufre o por quien exige el cumplimiento de sus derechos. Los dos son figuras reconocidas del clasismo y el racismo sobre los que la élite tradicional interpreta los alcances del proyecto de la euromodernidad.
@germanayalaosor