Colombia y la recesión económica mundial

Por HUMBERTO TOBÓN

Lo que pase en el mundo económico en 2023 afectará directamente a Colombia. Ningún hecho es tan lejano como para no tener incidencia en esta región del mundo. Ya lo hemos comprobado con creces en los últimos años. La globalización es una buena amiga, pero también una enemiga furiosa y despiadada.

El primer hecho que tiene la capacidad de seguir impactando negativamente la economía, es la guerra entre Rusia y Ucrania, que parece se profundizará en intensidad, dada la decisión de algunos gobiernos de entrar a respaldar o de continuar apoyando el esfuerzo de Volodímir Zelenski por frenar el avance de las agresiones de Putin.

El segundo hecho con efectos en el desempeño económico, es la caída de la producción China por un pésimo manejo de la pandemia de Covid 19, que está generando millones de contagiados y miles de muertes diarias, lo que se convierte también en una amenaza sanitaria mundial. China tiene un desempleo en aumento, crisis en la manufacturera, caída del sector inmobiliario, bajas ganancias de las corporaciones y pérdida de mercados en Europa y Estados Unidos.

Un tercer acontecimiento que empieza a asomarse, es la posibilidad de que haya una nueva crisis financiera en Estados Unidos, debido a las deudas asumidas por el tesoro norteamericano, el aumento significativo del precio de los bienes raíces, que estarían configurando una nueva burbuja inmobiliaria, el aumento de los créditos del sector privado, la sobrevaloración de la moneda, las crecientes tasas de interés, la desbordada inflación y el bajo crecimiento del PIB.

La cuarta circunstancia, que suena tenebrosa, es el anunció de las autoridades monetarias internacionales de que en 2023 habrá recesión en las tres economías más grandes del mundo: Estados Unidos, China y Unión Europea. Si resultan ciertas estas predicciones, la situación de países tan subordinados como el nuestro, será francamente preocupante, no sólo en términos económicos, sino también sociales.

Todos estos hechos están ocurriendo de manera simultánea, con consecuencias ya conocidas como la escasez de alimentos, materias primas e insumos, originada por unas cadenas de distribución rotas o muy deterioradas, lo que se traduce en una inflación acelerada, que conlleva a un problema adicional, la rápida contracción de la demanda y, por tanto, la ralentización del crecimiento económico a niveles críticos.

Para Colombia las perspectivas para 2023 se ensombrecen, luego de dos años iluminados por un crecimiento alto, impulsado especialmente por los excelentes precios del petróleo y el café en los mercados externos y por un alto consumo interno.

El panorama gris que ya han empezado a pintar los especialistas para Colombia, se traduce en un crecimiento cercano al 1% del PIB. Ellos abordan variables esenciales como, por ejemplo, el riesgo de una disminución sustancial de la cotización internacional del petróleo, la persistencia de la inflación, la devaluación de la moneda, tasas de interés que frenarán la producción y el consumo, decrecimiento de las exportaciones y la imposibilidad de incrementar el gasto público.

@humbertotobon

*Conceptos que no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy Subgerente de Planeación Regional.

Sobre el autor o autora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial