Castigo a la deforestación

Por HUMBERTO TOBÓN*

La Unión Europea aprobó la ley de deforestación, que les exige a los productores que quieran negociar con todos o algunos de los 27 países que hacen parte de esta organización, demostrar que su cadena de suministros está íntegramente libre de deforestación.

“Aunque no se vetará a ningún país ni materia prima, las empresas solo podrán vender productos en la UE si el proveedor de estos ha emitido una declaración de «diligencia debida». Esta deberá certificar que el producto no procede de tierras deforestadas ni ha provocado degradación forestal, tampoco de bosques primarios irremplazables, después del 31 de diciembre de 2020”, dice una declaración del Parlamento Europeo.

Esa ley se dirige específicamente a la producción de ganado, cacao, café, aceite de palma, soja, caucho, carbón vegetal, papel impreso y madera.

Para nadie es un secreto que miles y miles de hectáreas han sido deforestadas para la cría de ganado y para la siembra de productos agrícolas muy apetecidos en los mercados europeos. Incluso, muchas de esas tierras han sido despojadas por grupos al margen de la ley a grupos étnicos y familias campesinas.

Por esto, la Ley indica que también se debe demostrar por parte de las empresas “que se han respetado los derechos de los pueblos indígenas afectados”.

Los países europeos habían manifestado en ocasiones anteriores la necesidad de que los gobiernos tomaran acciones contundentes para frenar la deforestación y el despojo de tierras, pero en general las reacciones institucionales fueron lentas o inexistentes.

El parlamento europeo no se quedó con los brazos cruzados y empezó a impulsar una ley para castigar a aquellos sectores productivos que no acogieron sus recomendaciones de frenar la deforestación y en ese sentido impulsaron la ley, que entrará en vigencia en diciembre de 2024, tiempo durante el cual se deben hacer los ajustes por parte de los productores, las empresas y los gobiernos.

Ahora que la ley es una realidad, los gobiernos de los países más afectados, incluido Colombia, han suscrito cartas para evitar que la ley se ponga en marcha. Una acción diplomática con pocas expectativas de éxito y que demuestra que no se tomaron en serio las advertencias de uno de los mercados más importantes para las exportaciones de materias primas.

El 78% de los europeos están de acuerdo con esta Ley, que la resume su ponente Christopher Hansen, cuando dice que “me tranquiliza saber que los consumidores europeos ya no serán cómplices involuntarios de la deforestación cuando se coman una chocolatina o disfruten de un merecido café”.

Los ciudadanos de a pie, medianamente informados a través de la prensa, sabíamos que más temprano que tarde se iban a tomar medidas muy radicales frente al tema de la deforestación, cuyos efectos sobre el cambio climático son universales. La pregunta que surge es ¿por qué los gobiernos no actuaron?

Hoy que la ley es una realidad, ¿cómo se van a proteger a los pequeños y medianos productores que serán los más perjudicados con este tipo de decisiones?

* Subgerente de planeación regional de la RAP Eje Cafetero

Sobre el autor o autora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial