Carta de un economista colombiano a Gabriel Boric

Por DIEGO OTERO PRADA

Ahora que la coalición Apruebo Dignidad -una alianza del Frente Amplio- y el Partido Comunista de Chile ganaron las elecciones presidenciales con su candidato Gabriel Boric, el establecimiento trata de influir en el nuevo presidente con los mitos de la responsabilidad fiscal y de la estabilidad macroeconómica. Parece que el nuevo presidente está cayendo en la trampa neoliberal, como también ocurre con candidatos progresistas en Colombia.

Los jóvenes acaban de llegar al poder en Chile. Sus luchas, que comenzaron en 2006, no fueron en vano.

Querido presidente Boric, tu triunfo es un ejemplo para Colombia y todo el mundo, en especial porque mostraste que el tal milagro chileno neoliberal escondía muchas inequidades.

Al final, fueron los jóvenes y los que se movilizaron en las calles los que te dieron el triunfo, no como tratan de hacer creer los moderados: en realidad gente de derecha: que fue la moderación, el irse hacia el centro lo que te dio la presidencia. 

El establecimiento no acepta perder. El argumento es claro: Boric debes moderarte, olvidarte del verdadero cambio, en especial de los coqueteos de izquierda, para que el establecimiento que perdió te acepte, y tengas un buen gobierno, como en los gobiernos pasados de la Concertación, que son el ejemplo para el llamado centro neoliberal y social liberalismo.

Aquí en Colombia hasta el presente los jóvenes no se han organizado políticamente, ya que no los dejaron o impulsaron las burocracias sindicales y los partidos que se consideran de izquierda.

Ha ocurrido una forma de cooptación que no les ha servido para nada porque en las listas para el congreso no aparecen los jóvenes, ni los obreros, ni los intelectuales ni los profesionales que se las jugaron todo en las movilizaciones desde el 2019. Siguen los mismos de hace 30 años, en todas partes.

Sí, hay un impulso a las mujeres, las escogidas a dedo sin ningún proceso democrático, pero no a las jóvenes, ni a las trabajadoras. Aquí todo se hace a dedo y predomina el nepotismo, incluso en los llamados grupos alternativos.

En Colombia no existen partidos institucionalizados, sino masas informes dirigidas por caudillos regionales o nacionales.

Hay que derrotar tres mitos propios del neoliberalismo, muy importantes. El primero es el mito del Banco Central independiente, que únicamente se dedica a combatir la inflación. Todo gobierno de cambio debe tener dos objetivos: el pleno empleo y una baja inflación.

Los otros dos mitos son los del déficit fiscal y el del endeudamiento público. Estos dos mitos, muy queridos por los economistas ortodoxos, significan que hay tener reglas fiscales. Es decir, que el déficit fiscal no puede pasar de cierta proporción del PIB, e igual un límite al endeudamiento público como proporción del PIB. Estos dos mitos tienen como objetivo limitar la capacidad del Estado para intervenir en la economía con un gasto público importante.

La idea de los mitos fiscal y del endeudamiento, es colocar unos valores limitantes. Así, por ejemplo, en Europa se dice por la Comisión Europea, que el déficit fiscal no puede ser superior a 3% del PIB y el endeudamiento externo no puede sobrepasar el 60% del PIB. Estas cifras no fueron objeto de ningún estudio serio, se fijaron arbitrariamente. Fueron resultado de cifras escogidas sin ningún análisis -porque sí- que dio el presidente francés Francois Mitterrand para lograr el apoyo de Alemania a la Comunidad Europea.

¿Por qué 3% o 4% o 5%? No hay ningún estudio que lo pueda fijar que no sea objeto de duras críticas teóricas y empíricas.

Con la pandemia todas se incumplieron y no ocurrió nada, al contrario, se pudieron resolver muchos problemas sociales.  Igualmente, con el cuento de la no emisión monetaria y de que el Banco Central no le puede prestar al gobierno.

El Establecimiento, cuando no puede ganar, se dedica a chantajear a los gobiernos progresistas.

Dicen que el mercado está muy preocupado por quien será el ministro de Hacienda de Chile, que se requiere alguien moderado, es decir, alguien que siga los mitos neoliberales. Hablan de mercado como algo abstracto, como de una persona que representa a millones de consumidores, cuando en realidad se trata de los grandes empresarios y financieros nacionales e internacionales, que se dicen representan al mercado. El mercado son las clases dominantes explotadoras.

Es igual cuando en la micro y macroeconomía neoclásica se habla del agente representativo, que representa a todos los consumidores y productores, una ficción que esconde a consumidores ricos y pobres y a empresarios pequeños, medios y grandes. Que esconde que hay clases explotadas y explotadoras.

Hay que derrotarlos, no hay que ceder, porque esto significa que los gobiernos se inmovilizan, no pueden realizar sus programas. La derecha pierde elecciones, pero gana imponiendo ministros y políticas derrotadas en las urnas. Esa es la revancha de los capitalistas.

Es entendible la presión en Chile, ya que 48 años de neoliberalismo con el modelo Pinochet y los gobiernos neoliberales de la concertación, se creó una ideología neoliberal muy fuerte y mitos como los que he mencionado son pan común. Es que la ideología neoliberal forma parte del gen chileno.

Entonces, entran en juego para presionar las ONG supuestamente independientes, los llamados expertos ortodoxos, los analistas, el empresariado, las multinacionales y el sector financiero internacional. Y dentro de los partidos de la Concertación que aplicaron el neoliberalismo, aparecen expresidentes y exministros llamando a la moderación, o sea, a seguir con el neoliberalismo. Nada de gastar en exceso, dicen. Hay que evitar endeudarse, y hablan de las famosas reglas fiscales que hay que cumplir, o si no el mercado -es decir, ellos- castigarán al nuevo gobierno.

Los paradigmas heterodoxos no aceptan estas falacias. Está hoy la llamada Teoría Monetaria, Moderna que se opone a estos mitos, a la idea que para gastar hay que tener recursos, a confundir el gobierno con un hogar.

Yo le recomendaría, estimado presidente, consultar a economistas heterodoxos, postkeynesianos, keynesianos y marxistas. Nada con los neoliberales, ya llevan mucho tiempo gobernando a Chile.

Y esto que lo estoy afirmando para Chile, se aplica también para Colombia. Ya oigo a los candidatos alternativos con el mismo cuento de la responsabilidad fiscal y de la estabilidad macroeconómica. Esto es puro neoliberalismo, que tenemos que derrotar y desechar para siempre.

Le deseo muchos éxitos, señor Presidente, y esperamos que su gobierno sea de profundo cambio para beneficio de las clases explotadas chilenas y para ejemplo de Latinoamérica y el mundo.

De mi consideración,

Diego Otero Prada

diegooterop@hotmail.com

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