Por PUNO ARDILA
Mi sorpresa fue enorme cuando recibí esta respuesta del profesor Gregorio Montebell frente a todo el movimiento social que está causando el anuncio del Gobierno de montar una nueva reforma tributaria, con el alias de “Ley de la Solidaridad Sostenible”.
—Profesor Montebell, ¿qué opina usted de una reforma tributaria en Colombia?
—Bienvenida una reforma tributaria.
—Disculpe, ¿pero a usted le parece bien que la gente pague tantos impuestos?
—Claro que sí. Son los impuestos los que sostienen el Estado. Fíjese que si no hay tributación el Gobierno vende sus activos para cubrir los costos de la administración, y ocurre como el que se queda sin propiedades en el juego del Monopolio, que solo cuenta con los doscientos de pasar por “salida”, y queda en manos de quienes tienen las propiedades, como sucede –precisamente– en Colombia, que las órdenes y las leyes provienen de quienes poseen las propiedades y el dinero.
—¿Usted está de acuerdo en que se pague 19 % de IVA? ¿No cree usted que esto puede hacer estallar una revolución y que nos convirtamos al socialismo?
—Ja ja ja; no me haga reír. Y ya que hace dos preguntas a la vez, sepa usted que en países socialistas, como Suecia, por ejemplo, el IVA alcanza en algunos productos el módico nivel del 50 %; así que los impuestos no tienen que ver con ser socialista o capitalista o lo que sea, sino con que son necesarios para la administración pública.
—¿Está bien, entonces, que se paguen tantos impuestos?
—Claro que sí. Pero los impuestos debe pagarlos todo el mundo, en la medida de sus condiciones económicas, no en la medida de su poder.
—¿Y entonces por qué la gente aquí se queja tanto?
—Por dos razones fundamentales: La una, porque los impuestos se los están cobrando a Juan Pueblo, nada más; pero a los poderosos de este país no solo no se les carga la tributación como al pueblo, sino que se convierte a esos poderosos en beneficiarios de los impuestos; y, si no, mire por qué fue que apareció el dos por mil, que ya va en cuatro por mil. Y, la otra, es que da rabia ver cómo los impuestos se los tragan estos gobernantes hambrientos, perpetuados en clanes de un gremio político que solo sabe robar. El Estado ideal es el que cobra impuestos (los que tenga que cobrar), pero ese dinero recaudado se gasta y se invierte en las necesidades del pueblo que tributa, no se reparte entre el manojo de ladrones que tenemos en el Gobierno.
—Perdone, profesor Montebell, pero no lo entiendo. Como sé que está enterado plenamente de los hechos en Colombia, ¿por qué, entonces, usted está de acuerdo en la tercera reforma tributaria del gobierno de Iván Duque?
—A ver, a ver; vamos por partes: Lo primero es que, si quiere, llame a esto “Gobierno Duque”, como para que tenga un nombre; pero debe entender que no es Duque el que gobierna este país; él tiene quién lo mande, y el que lo manda también tiene quien lo mande. El muchacho tiene varios jefes: uno político, que sabemos quién es; uno económico, cuyo dirigente también sabemos quién es; y uno armado, con varios tentáculos, que también sabemos cuáles son, pero que no diremos aquí.
—¿Y lo segundo?
—Lo segundo es que usted me pidió la opinión sobre “una” reforma tributaria; no me preguntó sobre “esta” reforma tributaria.
—Bueno, entonces ¿qué opina sobre “esta” reforma tributaria?
—Pues lo mismo que opina la gente decente de este país, la gente con algún nivel de consciencia y de racionalidad: es un atropello a la lógica; es lo más inconsciente e inconsecuente que ha podido pensar esta gente para poner al muchacho que tienen de “presidente” a hablar sandeces e incongruencias al respecto. Ahí, detrás de cualquier logro económico que alcancen para ellos, su búsqueda está relacionada con intenciones políticas.
—¿Políticas?
—Por supuesto; se aproximan las elecciones, y el partido de gobierno está creando un nuevo mesías, que vendrá a salvarnos de todo el chiquero que están dejando ellos mismos.
(Ampliado de Vanguardia)
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