A pocos meses de dejar su cargo Francisco Barbosa arremete contra el presidente Gustavo Petro, ahora por los cuestionamientos que este le hizo a la fiscalía debido a los vínculos que tendría con el narcotráfico Francisco Javier Martínez Ardila, director del Cuerpo Técnico de Investigaciones del CTI de Buenaventura.
Petro les da plena credibilidad a versiones que señalan que la Fiscalía está al servicio o permeada tanto por estructuras mafiosas como por miembros del Clan del Golfo, a quienes no se les persigue y por el contrario, al parecer se les protege. Sobre lo primero informó el incansable periodista Daniel Coronell. Sobre lo segundo, en su momento lo hizo Gonzalo Guillén, colega del anterior.
Barbosa dejó ver su talante rabioso y la animadversión que le produce Petro, a quien siempre le recuerda su pasado guerrillero, olvidando un hecho clave: su desmovilización y acogimiento a las normas de la democracia. Los frecuentes enfrentamientos entre Petro y Barbosa son, además de personales, institucionales, lo que hace pensar en que lo mejor que le puede pasar al país es que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) elija la nueva fiscal en los tiempos estipulados, para evitar la interinidad de Martha Mancera, quien, de acuerdo con versiones periodísticas, maneja los hilos más oscuros dentro de la fiscalía general de la Nación.
Barbosa aspira a que su mano derecha quede al frente de la Fiscalía, en una soñada dilatación del proceso de elección de la nueva fiscal.
Al verse confrontado por el presidente de la República y el periodista Daniel Coronell, Barbosa movió el aparato institucional para provocar resultados operacionales que en lugar de despejar las dudas que recaen sobre Martínez Ardila, terminaron por ensuciar aún más la imagen negativa que arrastra el ente investigador.
El traslado de Martínez Ardila no aclara lo que Coronell denunció en reciente columna y que compromete directamente a la vicefiscal Martha Mancera, quien estaría protegiendo al director del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la sede del puerto sobre el Pacífico.
En tono desobligante, el comunicado de la Fiscalía señala lo siguiente: “Con relación a las afirmaciones falsas y tendenciosas hechas por el Presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, en las que equivocadamente indica que la Fiscalía ha sido “utilizada para exportar cocaína” y proteger delincuentes en Buenaventura (Valle del Cauca); y con ocasión de una publicación que divulgó parcialmente unos audios, los cuales hacen parte de una investigación contra una red narcotraficante que tiene injerencia en Buenaventura…”
Nótese que, en el comunicado, muy seguramente escrito por indicación y aprobación de Barbosa, se fustiga en mayor grado lo dicho por el presidente, a quien lo trata de mentiroso y tendencioso, mientras que en referencia al periodista Coronell se deja entrever que a los audios que reveló el periodista, le faltarían partes que, de acuerdo con el sentido del comunicado, no darían para colegir que Martínez Ardila anda en “malos pasos” y que mucho menos, está siendo protegido por Martha Mancera.
Lo cierto es que la narrativa que indica que la Fiscalía, desde los tiempos de Luis Camilo Osorio, está permeada por estructuras criminales (narcotraficantes y paramilitares) que lograron capturar unidades de investigación, fiscales e investigadores, se consolida dentro y fuera del país. La embajada de Estados Unidos tiene los ojos puestos encima de lo que acontece la Fiscalía y sigue de cerca las reacciones temerarias de Barbosa.
Insisto: la nueva fiscal general de la Nación está en la obligación de recuperar la Fiscalía para el Estado y la sociedad. Y para lograrlo deberá pedir ayuda a las autoridades americanas, incluso al Scotland Yard.
@germanayalaosor