A Fondo con María Jimena Duzán sobre Arauca

Por LEONEL PÉREZ BAREÑO *

Mediante un podcast de Spotify con Lucho Celis, de la academia, y Elsa Rojas, de la entraña territorial, la reconocida periodista María Jimena Duzán presenta una visión de “Arauca, el departamento olvidado que controla el ELN”. Excelente trabajo, sustentado en dos fuentes magnificas sobre el acontecer araucano.

Este es tal vez el mejor trabajo periodístico en 36 años sobre la bonanza petrolera araucana y el conflicto que esta contribuyó a agudizar. Revela verdades fuertes, unas conocidas, otras no tanto, sobre el origen del ELN y de los paras en dicho territorio, sobre la sustancia sociológica del piedemonte araucano, la crisis de la colonización agraria, la relación guerrillas-partidos tradicionales, las respuestas del Estado al malestar campesino, la violencia y el control estricto de la vida araucana sobre Arauca, no tanto en lo militar sino en lo político, lo institucional, lo económico, lo cultural.

 El ELN desbordó al Estado legal e instauró el Estado legítimo, con base en la administración de la violencia.

Importa mucho comprender qué pasó en Arauca para que la sociedad civil, con base en la sociedad política (el Estado) pueda derrotar el crimen y la pobreza. Habida cuenta lo avanzado de la crisis estatal allí, el país debe prepararse para que surjan propuestas audaces, tipo cogobierno o cohabitación (a lo francés), que pasan por reconocer el fracaso de la vía tradicional y la conveniencia de permitir y promover nuevas salidas, concordantes con lo mandado por la inteligencia, la racionalidad, la RealPolítik.

 El trabajo de MJD deja aflorar hechos históricos innegables y también errores e imprecisiones dignas de exponerse.

Es apropiado que la Universidad contribuya a pensar Arauca: su pasado y su presente, y sobre todo su futuro.

Allí 300 mil personas gritan: no solo somos petróleo y guerrillas, ante todo somos cien mil familias esforzadas, trabajadoras, honradas, golpeadas por la violencia y por el abandono del Estado.

Varias afirmaciones del audio de 75 minutos elaborado por MJ Duzán, en su interesante crónica sobre Arauca, pueden resaltarse a manera de correcciones o imprecisiones.

Uno, Tame nunca perteneció ni pertenece al llamado “Sarare”, el cual cobijaba y cobija a los actuales municipios de Fortul, Saravena, Arauquita y Cubará, además de Gibraltar (Toledo, NS).

El actual departamento de Arauca, no obstante su pequeña área, de solo 22 mil km2, se caracteriza por la existencia de tres subregiones de características sociológicas  diferentes: el Sarare, conformado ante todo por migrantes recientes de Santander y Norte de Santander de los años 50 y 60; Tame de influencia muy antigua de  Boyacá, desde fines del siglo XIX, y Arauca, ligada a Venezuela desde su fundación en el siglo XVIII y al Norte de Santander desde los años 70 del siglo XX, como lo describió acertadamente Cornelio Reyes, quien fuera ministro de Gobierno de la administración López Michelsen (El Tiempo, feb 22, 1982, p. 5A).

El llanero siempre asoció el concepto “campesino” a agricultor y este correspondía a una categoría social de nivel más bajo que el de ganadero, así que el término Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), nunca le sonó bien.

En la cultura llanera antigua el trabajo de Llano se asocia a las faenas del ganado, en tanto que al conuquero o agricultor se le miraba casi como incapacitado o afeminado.

 Decirle “topocherito” o conuquero a alguien constituía una acepción de minusvaloración, por tanto su reticencia al movimiento campesino del Sarare, este si orgullosamente objeto de la reforma agraria que involucraría el norte del piedemonte araucano a la economía nacional.

La dirección de la ANUC Arauca, que fuera la base fundacional del ELN allí destacaba cuatro líderes, todos de Saravena, ninguno de Tame, a saber: Raimundo Cruz Modesto, muerto en 2023, Efraín Pabón Pabón, Pablo Mateus y el médico William Ospina, todos fallecidos muchos años antes.

 Dos, el contingente semilla del ELN que estuvo con Fabio Vásquez entrenando en Cuba en 1963, al regresar a Colombia destacó a Raymundo a la zona del Sarare, justo alrededor de 1965. Allí este líder consideraba que la guerrilla con uniforme debería aparecer solo cuando sus líderes hubieran desarrollado un muy intenso trabajo de base dentro del campesinado, por lo que su destape ocurrió en 1980 con la toma de Betoyes, que dio a conocer el Frente  Domingo Laín.

Tres, al producirse el Paro cívico del Sarare, en febrero de 1972, el ELN era hegemónico en Arauca; las Farc solo llegaron a este Depto a fines de los 70, tipo 1978. Enrique Santos Calderón escribió sobre este renombrado Paro Cívico dos muy lúcidas columnas en El Tiempo, en febrero 6 y 11 de 1972, así como Germán Castro Caicedo en febrero 22.

Cuatro, el ELN no llegó a Arauca atraido por los descubrimientos petrolíferos, su llegada es de 1965 y Caño Limón es hallado 18 años después, en 1983.

 Cinco, la intención inicial del ELN era potenciar y elevar a la categoría de Comisaría la subregión del Sarare, lo cual cambia bruscamente en 1983 tras los hallazgos de petróleo en Caño Limon; en adelante, la organización abandonó el concepto Sarare y se atrincheró en uno nuevo: Arauca, con resultados políticos exitosísimos.

El ELN tenía (tiene) una estrategia de largo plazo para Arauca, mientras que el Establishment no la tenía ni la tiene.

 La política del Estado en Arauca ha sido: “cada cual haga lo que quiera, nosotros tenemos una única misión: rodear de soldados el oleoducto”.

Los resultados de las dos visiones están a la vista: el territorio ha venido estando progresiva y constantemente controlado por quien pensó y actuó a largo plazo, con base en comprender que más importante que lo militar es lo económico, lo institucional, lo político y lo cultural.

 Seis, en 2000-2005 las AUC hicieron presencia en el Depto, no para controlar la renta de la coca (que nunca fue tan grande en Arauca) ni para enfrentar militarmente al ELN y las Farc. Quinientos hombres sin conocimiento del terreno, escondidos en las riberas del río Casanare no podían hacer cosquillas a dos mil elenos y faruchos instalados allí treinta y cinco años atrás.

El Bloque Vencedores de Arauca, comprado por los Mellizos, narcotraficantes, a los Hermanos Castaño fue a Arauca no a combatir la guerrilla, sino a graduarse de paracos, lo cual les permitiría disfrutar de los beneficios de la ley de justicia y paz que por entonces se discutía y que los libraría de la extradición.

Para justificar su discurso antiguerrilla cometieron centenares de asesinatos selectivos, como los de los congresistas Sarmiento y Colmenares, de periodistas y de empresarios del campo.

Al final, el repudio de la población y las políticas del presidente Uribe los condujeron al desmantelamiento de su intentona subversiva.

Siete, no solo sobrevive doña Elsa Rojas como ex congresista de la UP; está viva y muy activa en el Centro Democrático la doctora Sirenia Saray viuda de Ataya.

Ocho, la mayoría de los alcaldes y gobernadores de Arauca desde 1986 han pactado su ascenso, pero no todos; algunos, como Julio Acosta y Alfredo Guzmán, han estado en el bando contrario.

Nueve, se dice que el gobierno “corrió la línea limítrofe entre los municipios de Arauquita y Arauca para controlar con mayor facilidad las regalías sin tanta influencia guerrillera, habida cuenta que Arauca, capital, fue el último bastión conquistado por los elenos.

Diez, se dice que el énfasis del presidente Uribe contra las Farc, facilitó aproximaciones tácticas entre el Ejército y el ELN, lo cual es harto posible.

La Revista Semana, en su momento, profundizó sobre este insistente rumor.

Once, la mayor fuerza del ELN cabalga sobre el abandono estatal.

Ha habido una sistemática incapacidad del gobierno central para ofrecer a Arauca un Plan Integral de Acción, una Agenda Arauca, que contemple una visión de plazo mediano y largo. Esta debe incluir las vías principales, secundarias y terciarias; la salud y la educación; la agro industrialización; la institucionalidad; la protección ambiental; la seguridad.

Doce, la ausencia de orientación política firme y clara desde Bogotá ha generado una dirigencia política araucana inepta y corrupta en grado sumo. Asociada a las fuerzas del campo, está muy ocupada contando fajos de billetes sucios.

De vez en cuando son atrapados por los organismos de control, pero sus sagas y epígonos se reproducen con impresionante facilidad.

Debe decirse que el audio de MJ Duzán contribuye en rango alto a comprender qué pasó en Arauca, que ocurre hoy y qué podría suceder frente a las conversaciones de paz con la administración Petro.

No hay muchos elementos para alimentar el optimismo. Errores del gobierno y arrogancia de la insurgencia, dificultan un proceso deseable de estabilización, orden, reconciliación.

Desde luego, lo mejor para Arauca y el anhelo de paz de toda la nación, descansan sobre la materialización de acuerdos audaces y cumplibles entre el gobierno nacional y la insurgencia.

* Leonel Pérez Bareño nació en Tame (Arauca). Es sociólogo y fue director del Corpes de la Orinoquia en los años 90.

Sobre el autor o autora

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