“¡A Colombia lo que le falta es juete!”

Por NANY PARDO

Hablemos de la estrecha relación entre la frase trillada “por eso estamos como estamos”, y el anhelo de muchos colombianos por vivir en un Estado aún más autoritario.

¿Por qué ante un abuso de autoridad que terminó en masacre piden MUCHO MÁS poder para el abusador?

Basta ver el ejemplo del padre que azotó a su hija en plena marcha para entender el talante de nuestra sociedad, lo que nos define. (Ver video). ¿En qué país del primer mundo alguien se atrevería a sacar una gruesa correa de cuero para azotar a su hija en público por ejercer el derecho constitucional y democrático a la protesta?

Este salvaje estaría preso en Francia, pero aquí lo aplauden.

En otros lares el padre estaría preso y habría perdido la patria potestad de su hija. Foto tomada de lafm.com.co

No hubo sanción social para el padre abusador que desató su ira de macho sobre su hija frente a todos. Mucho menos sanción jurídica. Al contrario, lo único que hubo fueron vítores para él y señalamiento y revictimización para su hija. “Así se educa”, le dijeron. Y lo aplaudieron.

En otros lares estaría preso y habría perdido la patria potestad de su hija, pero en Colombia se cree todavía que el juete educa y que quien te aporrea lo hace porque te ama. ¿Por qué pensamos así?

1. Porque somos una sociedad atrasada y tercermundista con ideas cavernarias aún gobernando nuestro día a día. Mucha telaraña en la cabeza por limpiar aún.

2. Porque nuestro estado de Derecho agoniza gracias a un gobierno que se ha dedicado a concentrar el poder de manera descarada en el ejecutivo y que ha mostrado claros tintes fascistas durante esta pandemia.

¿Cómo es posible que por protestar porque la Policía de Colombia mató vilmente a un ser humano, la respuesta de la institución sea dispararles a los jóvenes que tenían todo el derecho a estar indignados por ese atropello?

¿Cómo es posible que ante semejante masacre, que dejó 13 muertos y 72 heridos por balas, la respuesta del partido de gobierno y de sus funcionarios haya sido aplaudir a los policías “héroes”, celebrar su actitud gallarda y mostrar cero empatía con los muertos y sus familias?

¿Cuál sociedad se aguanta eso? ¿Cuál sociedad se resigna a eso? ¿Cuál sociedad pide ante eso más armas y más militares en las calles de su capital y más restricción a las libertades individuales? ¿Cuál sociedad admite que sus jóvenes más valientes sean acribillados de esa manera?

Pues la misma sociedad que asegura que estamos como estamos porque a los pelaos les faltó juete. La misma sociedad que justificó miles de falsos positivos en el gobierno de la “seguridad democrática”. La misma sociedad que no ve que estamos como estamos porque la concentración del poder de este gobierno es peligrosamente fascista, sino que cree que faltan más cabezas rotas.

Lo curioso es que tanto Iván Duque como Marta Lucía Ramírez sabían bien, antes de llegar al poder, que un país democrático jamás acribilla a manifestantes, que eso solo lo hacen dictaduras como la de Maduro. Criticaron hasta el cansancio esas masacres en las calles de Caracas. Y llegaron, además, prometiendo que no nos convertiríamos en Venezuela, que eso no pasaría acá.

¿Por qué cuando protestan en Venezuela el uribismo habla de patriotas, pero cuando son nuestros jóvenes los que salen a las calles no los bajan de vándalos y guerrilleros? ¿Hassan Nassar, el flamante asesor de Duque, sigue pensando que no se logran revoluciones con arengas y sonrisas… o ya cambió de opinión?

Las genuinas lágrimas de Claudia López y el temple que ha mostrado los últimos días no nos van a salvar. La Policía no la ve como su jefe. El Centro Democrático nos quiere militarizar. Papá Álvaro Uribe cree que nos falta correa y sus secuaces nos quieren coger a tranca. ¿Qué haremos?

¿Esperaremos sentados a que nos perfilen a todos y que, si nos matan por ir a comprar leche a la tienda, luego afirmen que seguro no estábamos recogiendo café? Usted, que está leyendo esto ahora mismo, sepa que cualquier día se le meten a su casa y deciden bautizarlo, sin ton ni son, como integrante de las “Nuevas Farc” bajo el mando de Iván Cepeda y de Juan Manuel Santos. O lo que es peor, a sus hijos.

Y luego dirán que NADIE dio la orden.

@NanyPardo

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