Vacuna contra el coronavirus: ¿quién ‘coronará’ primero?

La carrera por el hallazgo de la vacuna contra el coronavirus está en marcha. Laboratorios de varios países ya están en competencia, y no lo hacen por cuestiones humanitarias sino por los millones de dólares que están en juego. El que primero pegue, podrá cobrar lo que se le dé la gana por el fármaco.

Al parecer cualquier recurso es válido, como lo intentó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien mediante elevados incentivos económicos quiere que su país se quede con los derechos exclusivos de una potencial vacuna contra el coronavirus en la que trabajan los científicos de la biofarmacéutica alemana CureVac.

El proceso para comprobar la seguridad y la eficacia de la vacuna tomaría de 12 a 18 meses. Foto tomada de Marca.com. Foto de portada, de biologia.uc.cl

“Científicos alemanes son líderes en el desarrollo de medicamentos y vacunas en cooperaciones a nivel global. No podemos permitir que otros se quieran asegurar de manera exclusiva los resultados de sus investigaciones”, afirmó de manera categórica el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas.

Mientras Trump busca fuera de las fronteras una solución al coronavirus, la compañía Moderna de Massachusetts (EE.UU.) ya desarrolló una vacuna que envió al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, para comenzar las pruebas.

Sin embargo, el proceso para comprobar la seguridad y la eficacia de la vacuna tomaría de 12 a 18 meses, dicen las autoridades. Después, el producto enfrentará un nuevo obstáculo: fabricar y distribuir suficientes vacunas para satisfacer la demanda la pandemia global.

El problema es que esta empresa solo lleva 10 años en el mercado y nunca había desarrollado una vacuna. Si su producto prueba ser seguro y efectivo, la demanda global sería de miles de millones de vacunas y no se sabe cómo sería su capacidad para producir una cantidad tan elevada.

Por ahora, ante la urgencia la primera dosis para conocer los efectos de la vacuna se le aplicará a un voluntario, contraviniendo la tradición que indica que deben ser animales los sometidos a tales pruebas.

Por otro lado, Medicargo, un laboratorio canadiense, anunció que ya produjo con éxito una vacuna contra el coronavirus: la producción de la inoculación ya pasó la primera etapa y el producto se someterá a pruebas preclínicas para demostrar su seguridad y eficacia.

El representante legal de esta compañía, al contrario de la firma estadounidense, aseguró que pueden producir hasta 10 millones de dosis al mes, si pasan todas las pruebas.

Del mismo modo, el Instituto de Investigación Biológica de Israel, afirmó haber creado una vacuna. Según informaron, han tenido importantes avances en el entendimiento del mecanismo biológico y las cualidades del virus. Aunque el antiviral ya se encuentra avanzado, aún deben someterlo a ensayos preclínicos y clínicos.

Sumado a lo anterior, el laboratorio de vacunas del Instituto Pasteur (Francia) está trabajando a partir de la vacuna del sarampión a la que intenta añadirle los antígenos del SARS-Cov-2. Espera tenerla para septiembre.

¿Cuba también compite?

Mientras se desarrolla la vacuna, China, país donde se originó el coronavirus, trata a sus pacientes con Interferón Alfa 2B, un antiviral fabricado en Cuba. Según Eduardo Martínez, presidente del grupo industrial estatal BioCubaFarma, solo sirve como producto terapéutico, desmintiendo así publicaciones de redes sociales que informaban que en la isla se tenía la cura para esta pandemia.

Los interferones son moléculas que produce el propio organismo ante los ataques virales. “Es una primera defensa natural del sistema inmune para combatir la entrada del virus e inhibirlo”, aseguró Marta Ayala, vicepresidenta del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB).

Pero el coronavirus, en lugar de inducir la producción de interferones, la disminuye. “De alguna manera, administrar el Interferón desde fuera podría ser una aproximación correcta en medio de la gama de tratamientos que se están utilizando”, agregó.

La administración del medicamento se hace a través de inyectables, pero en China se ha aplicado por nebulización “porque es una vía rápida de llegada a los pulmones y actúa en la etapa temprana de la infección”, concluyó la funcionaria.

El CIGB asegura que hay 15 países interesados en adquirir el producto en América Latina, Europa, África y Asia. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se muestra reacia a adoptar una posición respecto a su uso mundial: “Es imposible comentar las posibilidades de tratamiento con interferón sin ensayos clínicos”, explicó a DW Dina Pfeifer, del cuerpo médico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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