¿Vacío… o disponible?

Hay días como ayer y no hoy, en los que me he preguntado si ese desasosiego que siento ante tanta sinrazón, es el resultado de enfrentar un mundo extraño y que para mí ya quedó vacío o, si por el contrario, es la gran oportunidad que tengo para buscar y encontrar otro planeta para instalar en un mapamundi exclusivo para los sensatos.

En esos días como ayer y no hoy, intento ser esa optimista a quien el hegemónico pesimismo expulsó del globo terráqueo y que busca, por supuesto, llenar el gran hueco con un mundo, muy pequeño, un mundito, en el que la razón prime sobre la vacuidad. Pero inmediatamente me arrepiento de tener esos pensamientos aparentemente cuerdos porque recuerdo que en los últimos cien años y quizás durante la mayor parte de las civilizaciones conocidas, fueron precisamente los más razonables quienes condujeron a sus pueblos a los grandes abismos de la historia. Esos, los más listos de su mundo, los más informados, y los que querían salvar a sus gentes, se convirtieron en sátrapas que lo destruyeron todo mientras ellos solos se henchían de una gloria miserable.

Y en esos días como ayer y no hoy, siempre termino por preguntarme si este mundo vacío, sin planeta en el que habitaba ayer y no hoy, merece estar disponible para que se instalen en él, esos cuya única pasión es demoler todos los sueños de los seres humanos hasta conseguir que todo se convierta en un territorio devastado. Entonces, siento que es mejor dejar el vacío vacío antes que volver a ver cómo sufren quienes son arrastrados por grandes salvadores hacia su inexorable desgracia. 

Ilustración de Javier Jaén V.

Sobre el autor o autora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial