“Soy liberal, pero el aval me lo dieron mi esposa y mi hija”: Ramón Ramírez

En entrevista con El Unicornio, Ramón Andrés Ramírez Uribe cuenta que quiere llegar a la Asamblea de Santander sembrando confianza y convencido de que “la unión es la mejor arma contra los bandidos”. Su experiencia como militar, profesional, funcionario y amante del arte es solo una muestra de que puede llegar a ser un diputado que deje huella.

Ramón Ramírez creció sus primeros años en Girón (Santander). Hoy es un militar retirado que apoya el arte. Al igual que otros miembros de su familia, estudió música, teoría y solfeo en la Casa de la Cultura de ese municipio. Mientras hacía su bachillerato aprendió a tocar clarinete, y luego estudió ingeniería civil.

Gracias a sus estudios de Historia del Arte comprendió que el artista es testigo del momento que está viviendo, y que quiere dejar su testimonio hacia las futuras generaciones plasmadas en una piedra, lienzo o escultura. Por eso el arte llegó a hacer parte de su vida.

El candidato recuerda que “en mi formación militar tuve la oportunidad de ser amigo de pintores interesados en conocer más sobre la vida de un soldado, para plasmarlo en un lienzo. Así llegué a grandes artistas, como Jorge Mantilla Caballero o Guillermo Espinosa. Este último me decía “bueno Ramoncito, necesito que se enfrente a un lienzo a ver cómo le va, porque el talento lo puede tener y de pronto le ayudo a dar unas pinceladas”. Con él teníamos unas tertulias increíbles en su taller, y me atreví a dar los primeros trazos y pinceladas”.

A los 16 años sacó la balota para prestar servicio: “mi padre era ingeniero en la Electrificadora de Santander y yo me fui a ser soldado, como lo indicó la balota. En esa época, 1993, se podía ser soldado a los 16 años y me quedó gustando el Ejército. Me ofrecieron ser oficial en la Escuela Oficial de Cadetes General José María Córdoba, allí tuve la oportunidad de tener formación castrense por cuatro años, donde fui cadete. Me desempeñé como tal y ejercí la carrera de Ingeniería Civil como carrera complementaria y las Ciencias Militares, y escogí el arma de Infantería”.

Ramón Ramírez tuvo la oportunidad de escalafonar como el primer puesto del curso, ser condecorado y luego destinado a West Point en Estados Unidos, para representar a su escuela de cadetes. “Aprendí la misión del Ejército en tiempos de paz, en temas humanitarios. Un soldado no solo es un hombre que carga un fusil, no. El soldado es ese integrante de un país que decide servir de muchas maneras y para mí fue una grata experiencia. Infortunadamente, ser cadete no me permitió ver morir a mi papá de un cáncer terminal que tenía, pero esos son gajes del oficio que vive un soldado”.

“Al ocupar el primer puesto de mi curso en la Escuela Militar, adquirí el derecho de tomar una carrera complementaria. Decidí casarme y tener a mi familia en Bucaramanga, y entré a estudiar ingeniería financiera en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB). Luego monté la galería Ramírez Sánchez, que inauguré con una exposición del maestro Armando Villegas”.

“En 2016 el gobernador de Santander era Didier Tavera, se estaba presentando muy duro el fenómeno ambiental del Niño y le dijeron “la Dirección de Riesgos y Desastres necesita alguien que haya sido oficial, y ojalá alguien bien berraco para trabajar”. El gobernador me ofreció ese puesto y comencé a servir a mi departamento en la tarea de llevar agua y apagar incendios, contando con la colaboración de helicópteros del Ejército, con autonomía incluso para vuelos nocturnos. Lo asumí con mucha pasión, recuerdo que alguna vez se atendieron tres incendios en el páramo de Santurbán. Cuando uno como parte de la función pública entra a trabajar los temas humanitarios y de atención inmediata, eso enamora”.

Sobre el eslogan de su campaña “Seguridad, capacidad y liderazgo”, sostiene que es un hombre convencido de que en todo trabajo debe haber un valor agregado.  “Yo le decía al gobernador que apagar incendios o llevar agua o atender una emergencia de deslizamiento, eso lo hubiera hecho cualquier otro director de Gestión de Riesgo. Pero nuestro valor agregado fue construir el Centro Departamental de Emergencias en Floridablanca, demolimos la antigua licorera de Santander y dejamos ese gran legado para Santander”.

“Desde ahí entendí que yo tenía la capacidad de identificar los problemas, de poder decir en el Valle de San José el acueducto está obsoleto, vamos a repotenciarlo y hacer la inversión requerida. Y me di cuenta de que a veces construían una biblioteca o un patinódromo, cuando la prioridad era tener acueducto y alcantarillado. Así que yo dije que iba a dejar de quejarme de las cosas mal hechas, y entrar a formar parte de la solución. Yo vi que tenía la capacidad de identificar los problemas. Por eso renuncié a ser subgerente de la Empresa de Alcantarillado, donde llevaba dos años y medio y estaban contentísimos conmigo, incluso hasta el sindicato. Y tomé la decisión de retirarme para no inhabilitarme, y poder ser candidato”.

Su incursión en la política

“Luego era decir ¿a qué voy a ser candidato? Vi que mi experiencia en la Dirección de Riesgos me permitía abarcar un tema departamental, y entonces quise ser parte de esa junta directiva de Santander que es la Asamblea, donde se define el Plan de Desarrollo, el presupuesto, las vigencias futuras, la elección del contralor, etc.”.

Ramírez hace énfasis en que trabajó con un gobernador liberal, donde le permitieron participar pese a ser oficial del Ejército: “yo sabía que los militares no podemos participar en política, por eso mi primer voto fue en 2010. Antes no había podido votar, pero soy un convencido de que hay que participar en política, porque esta define dónde nacen los hijos, en qué colegio, quién dicta las clases, si sube o no el salario. La política lo define todo y para participar hay que estar en un partido. A mí el Partido Liberal me dio la oportunidad de mostrar mis capacidades y mi amor por este departamento siendo director de Gestión de Riesgo, pero el primer aval me lo dieron mi esposa y mi hija”.

“La filosofía griega plantea que los políticos deben estar académicamente preparados y haber resuelto su vida económica, para representar a la sociedad en cargos públicos. Yo me considero académicamente preparado, con especializaciones y grados, pero más que todo con experiencia administrativa para ejercer en lo público. En lo económico he trabajado desde los 16 años, cuando me fui de la casa a ser soldado. Hoy tengo 46 años, 30 de ellos haciendo un capital. Somos transportadores de Copetrán, generamos empleo en nuestra finca, y a los artistas los vemos como una fuente de ingresos mutua, para ellos y para nosotros.

“Arte hay para todos los gustos y todos los bolsillos. Yo a mis amigos les digo que las obras de arte tienen que valer más que la casa, es lo que ordenan los filántropos y los grandes capitalistas. Entonces inviertan en los artistas, es una manera de devolverles a los que mantienen el tema cultural”.

La confianza, carta principal

Ramón Ramírez indica con convicción que “hoy la confianza es el principal motor para que los santandereanos marquen en el tarjetón por la Asamblea el L55. Yo tengo el compromiso férreo de la seguridad, de la gestión del riesgo y del medio ambiente, del arte, de la cultura, del conocimiento de la infraestructura educativa. Además soy consciente de que debemos defender a los niños campesinos, devolverles la grandeza: hoy los jóvenes no se quieren quedar en el campo, por eso vamos a tener un problema alimentario en el futuro, de tal manera que tendremos que remplazar alimentos por cosas preparadas químicamente, a pesar de que en Santander cultivamos el mejor cacao del mundo y las mayores variedades de café, a la vez que exportamos muchos alimentos, como el limón Tahití”.    

Sobre el candidato que apoyará a la gobernación, aclaró que “el Partido Liberal tomó la decisión de coavalar al general Juvenal Díaz. Él fue mi comandante cuando yo era subteniente en la Escuela de Lanceros, santandereanos los dos, él ocupó el primer puesto de su curso, yo el primero del mío. Tenemos muchas cosas en común”.    

“Para la alcaldía de Bucaramanga el Partido Liberal avala a Horacio José Serpa, y en Girón está el médico William Mantilla”.

“Cuando la gente vota por Ramón, pone un voto de confianza. Lo más importante en la vida es preservar y proteger ese cofre que se deposita en la confianza mutua. Hoy la fortaleza de mi campaña es la cantidad de amigos que confían en mí, porque en la vida no solo se trata de ser capaz. Yo le digo a la gente que nosotros no hemos usado el arma más contundente que tenemos contra los bandidos, que es la unión entre todos. Si estamos unidos, los bandidos no podrán contra nosotros. No existe arma mortífera que sea capaz de derrotar a una sociedad unida”, concluyó. 

@raramirezuribe

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