Se cumplen once meses del paso arrasador del huracán Iota por el archipiélago de San Andrés y Providencia, pero aún no se ve la mano del Gobierno, pese a que el mismo presidente -así lo haya negado después- prometió que en 100 días estará reconstruido.
Un vocero del ministerio de Vivienda afirmó que habían entregado 50 casas en Providencia. En EL UNICORNIO nos comunicamos con Jennifer Bowig, vicepresidenta de la comunidad raizal, para que nos contara su punto de vista de esta ‘reconstrucción’.
Según Bowig, en efecto “se han construido 50 viviendas, pero ninguna está terminada, ni siquiera la casa modelo, a todas les falta algo”.
“Son habitables porque tienen un techo, tienen los cuartos, pero no les han hecho ni siquiera el pozo séptico o cisterna. De 330 viviendas proyectadas, entregaron 50 en ese estado de habitabilidad”, expresó.
“La estrategia que usan es adelantar primero las fachadas de las viviendas y dejar los detalles internos de último. Entonces tú pasas, ves la vivienda y dices está bien, ya la terminaron. Pero entras y descubren no han terminado las puertas, no han puesto las baldosas, el baño tampoco está terminado. Dejan la obra así y se van, y regresan hasta dos meses después. Todas las viviendas están así, sin terminar”.
Jennifer Bowig recuerda además que, cuando terminaron las negociaciones con la comunidad raizal, ella le mandó un derecho de petición al presidente Duque donde decía: “Se supone que las casas metálicas que ustedes trajeron son casas técnicamente certificadas como sismorresistentes, que aguantaban 270 nudos de viento. Pero estas casas, tal cómo hoy se encuentran, ¿quién garantiza que van a aguantar un huracán”.
“Lo que nosotros habíamos propuesto era que se hiciera un búnker dentro de las casas. Yo les dije: ya que no van a hacer las casas prefabricadas, mucho más costosas que las que están reparando, háganle a cada una un búnker de protección. Y el viceministro de Vivienda me respondió que el búnker era el baño. O sea, que si viene otro huracán, toca meternos 7 o 15 personas en un baño para protegernos. Podrían hacer un cuarto fortificado, para que la gente se resguarde mejor. Después de esa reunión están haciendo los baños con placa y mampostería, para que la gente se resguarde ahí”, manifestó.
Un año después en Providencia no han empezado el hospital, ni siquiera han demolido la estructura que quedó. “Se supone que ese hospital debían entregarlo desde junio y han improvisado uno en un lugar donde ni siquiera hay baldosas, no hay como mantenerlo en condiciones higiénicas”.
Señaló Bowig que los albergues aún no están listos. “Ayer hicieron un simulacro, yo no alcancé a ir, pero me cuentan que en uno de los albergues que supuestamente es para 300 personas, había 175 y solo cabían de pie, no se podía circular en el espacio”.
Como si fuera poco, hay adultos mayores que no han sido priorizados para recibir sus casas, siguen hacinados en carpas.
Según Jennifer Bowig, en el proceso de reconstrucción ya van seis personas muertas. Dos de ellos el fin de semana pasado. “Al que no alcanzaron a llevar a San Andrés, no le llevaron el cuerpo a su familia. Algo muy inhumano, quedó como un NN en un cementerio de Providencia”.
Dice además que las condiciones de las personas que van a trabajar a la isla no son las mejores: “los trabajadores deben caminar desde su sitio de hospedaje hasta la obra. Con sus herramientas a la espalda. ¿Cómo es posible que ni siquiera les den transporte? Trabajan desde las 7 a.m., a veces hasta las 8 o 10 de la noche. La alimentación tampoco es la mejor”.
“Nosotros le habíamos pedido a la procuradora que el ministerio de Trabajo que viniera a evaluar las condiciones en que estas personas están acá, porque su dignidad está siendo sido violada. Que se tengan en cuenta las condiciones en las que ellos trabajan acá”, finalizó Bowie.