Juan David Ochoa en columna para El Espectador plantea que con su renuncia a la curul de senador, Álvaro Uribe intenta eludir a la Corte Suprema en su proceso por fraude procesal y soborno, para dirigirlo hacia la Fiscalía General de la Nación, donde encontraría el respaldo reverencial del fiscal Francisco Barbosa.
Ochoa dice que Jaime Granados, quien lidera el grupo de abogados de Uribe, lleva la tensión judicial a un terreno donde impera la bajeza cuando en velada amenaza afirma que si la Corte no pasa el proceso a la Fiscalía, deberá asumir las consecuencias.
Según el columnista, la defensa de Uribe acude a los recursos que le ofrece Semana, revista que ahora funge “como último espadachín a ultranza del gobierno, sin importar las consecuencias de su desfachatez”.
Y agrega: “Vicky Dávila y María Isabel Rueda sostuvieron la autodefensa del reo en una alocución de dos horas, sin interrupciones y con todas las preguntas complacientes para que el prohombre pudiera denigrar del Estado de derecho, escupir a las cortes, insultar a los sospechosos de su derrumbe…”.
Juan David Ochoa concluye que “la evidente desaparición de Uribe en la historia también se lleva la dignidad de los que intentan ahora defender a una figura política sobre los mismos propios del Estado de derecho, contra todos los fundamentos obvios de la ley y sobre toda la lógica”. Lea la columna completa aquí.