Jorge Luis Villada López (Q.E.P.D.)

Por MARCO ANTONIO MANZANO VÁSQUEZ

Jorge Luis Villada López se vinculó al Sindicalismo a inicios de los años 70 como dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional de Colombia y luego, de la Asociación de Empleados de la misma. Se desempeñó como dirigente de ASICUN – CGT, por designación del Sindicato de la Universidad Nacional el cual había participado en la fundación de estos organismos de 2o. y 3er grado.

Por aquellos años inicio su militancia política de izquierda participando en la fundación de la Unión Revolucionaria Socialista (URS), con su periódico el “Manifiesto” y posteriormente, en el Movimiento Firmes del cual fue miembro de su Dirección Nacional. Participó activamente, al lado de los trabajadores y sectores populares, en el Paro Cívico Nacional del 14 de Septiembre de 1977, contra el “Mandato Caro” del Presidente Alfonso López Michelsen.

Cabe mencionar que fue fundador y director durante 12 años, de la Escuela Nacional Sindical (ENS), cargo que compartió con su responsabilidad como dirigente de FENALTRASE entre los años 1982 a 1995, así como miembro de la Junta Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de 1986 a 1995.

Durante su paso por la universidad fue invitado en múltiples ocasiones por profesores y estudiantes de las Facultades de Derecho, Economía y Ciencias Humanas a dictar conferencias sobre principios y derechos fundamentales en el trabajo, y sobre la historia del movimiento obrero en Colombia en el marco del capitalismo.

No fue ajeno a participar en los medios radiales desde comienzo de los años 80 en el programa “Panorama Laboral”, en la emisora la VOZ DE LA VÍCTOR, y últimamente, en el programa “Entre Líneas” de la emisora la VOZ DE BOGOTÁ, desde donde impartió su conocimiento en diferentes temas sindicales y políticos

Jorge Luis persistió tozudamente en la defensa de los derechos y principios ligados al Derecho del Trabajo, sin concesión alguna a todas las formas de precarización laboral, que las reformas regresivas han venido institucionalizando a sangre y fuego. Su labor sindical y pedagógica en varias Federaciones, en las escuelas sindicales (ENS y de FECODE) y en la CUT, desarrollada durante casi 50 años, incluso durante los períodos que estuvo vinculado al Ministerio de Trabajo como asesor externo, se caracterizaron por su lealtad a estos principios y derechos.

Su actividad política fue permanente y constante y estuvo en los procesos de formación y desarrollo del Polo Democrático Independiente (PDI), del Polo Democrático Alternativo y del Pacto Histórico.

Jorgito, como lo llamábamos cariñosamente, compartió en los últimos días del mes de junio en su lecho de enfermo, con sus camaradas de la Universidad Nacional y otros compañeros, los tiempos de sus luchas sindicales y políticas. Las recordaba con el orgullo del deber cumplido, pero al tiempo se le reconoció el esfuerzo sobrehumano que hizo para, en silla de ruedas, ir a votar el 19 de junio, por Gustavo Francisco Petro Urrego a la presidencia de Colombia. Se le había convertido en una obsesión, como a muchos de nosotros, tener la posibilidad de ver, por primera vez, el triunfo de la izquierda sobre aquellos partidos políticos tradicionales y de castas, representados en la mayoría de las veces por la derecha, que por más de 200 años han gobernado nuestro País. En esa reunión de finales de junio se le vio reflejada en su rostro la felicidad del triunfo del pueblo colombiano, felicidad que lo acompaño hasta sus últimos días, hasta que se fue apagando lentamente su existencia terrenal.

Cómo pasar por alto las palabras profundas de Jorge Luis, en la introducción a su libro “Pasado, presente y futuro de las relaciones laborales y del régimen de prestaciones sociales en Colombia”, el cual no lo alcanzo a publicar, cuando expresó:

“Advertir que este ensayo no pretende sujetarse a los cánones o al rigor de la investigación histórica, son simples notas sueltas rescatadas de las lecturas y de la memoria de un experimentado sindicalista, confinado de manera extrema en su casa por más de diez meses, durante los cuales opté por la escritura, ese espejo que capta el instante y lo vuelve a reproducir cuando se lo contempla de nuevo, para lo cual debí resignarme al encierro forzoso en procura de encontrar en la soledad un instante precioso que es el del pensamiento.”

Te recordaremos por siempre, camarada.

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