Un informe publicado por Global Witness este 13 de septiembre revela que 227 activistas ambientales fueron asesinados en 2020 por defender el planeta. Esto constituye el número más alto jamás registrado… y por segundo año consecutivo.
Según el informe citado Colombia registró el mayor número de víctimas en 2020, con 65 defensores de la tierra y el medio ambiente asesinados. Estos tuvieron lugar en un contexto de ataques generalizados contra defensores de derechos humanos y líderes comunitarios en todo el país, a pesar de las esperanzas del acuerdo de paz firmado en 2016. Los pueblos indígenas se vieron particularmente afectados y la pandemia del Covid solo sirvió para empeorar la situación. Los cierres oficiales llevaron a que los defensores fueran atacados en sus hogares y se recortaron las medidas de protección del gobierno.
En 2019 fueron 64 y en 2018 24 casos. El incremento entre esos dos años se justificó por la deficiente implementación del Acuerdo de Paz con las Farc y a la falta de protección de campesinos en su lucha por la restitución de las tierras de las que fueron despojados.
El informe concluye que el año pasado, más de la mitad de los ataques tuvieron lugar en tres países: Colombia, México y Filipinas. En el 2019, más de la mitad de todos los asesinatos reportados ocurrieron en solo dos países: Colombia y Filipinas.
En México durante 2020 se documentaron 30 ataques letales contra defensores de la tierra y el medio ambiente, un aumento del 67% respecto a 2019. La tala estuvo vinculada a casi un tercio de esos ataques, y la mitad de todos los ataques fueron dirigidos contra comunidades indígenas. La impunidad de los delitos contra los defensores sigue siendo sorprendentemente alta: hasta el 95% de los asesinatos no dan lugar a un enjuiciamiento.
En ese país se recuerda el asesinato de Óscar Eyraud Adams, defensor del agua de Kumiai, luego de oponerse a las industrias extractivas que contribuyen a la escasez de agua en Baja California. Óscar fue uno de los muchos indígenas asesinados en 2020, afirmando su derecho a la autodeterminación y protegiendo las tierras ancestrales de quienes buscan explotar sus recursos naturales.
Después de Colombia y México, los países del continente con más activistas ambientales asesinados son Brasil (20), Honduras (17), Guatemala (13), Nicaragua (12) y Perú (6).
Como ha sido el caso en años anteriores, en 2020 casi 9 de cada 10 de las víctimas de ataques letales eran hombres. Al mismo tiempo, las mujeres que actúan y alzan la voz también se enfrentan a formas de violencia específicas de género, incluida la violencia sexual. Las mujeres a menudo tienen un desafío doble: la lucha pública para proteger su tierra y la lucha menos visible para defender su derecho a hablar dentro de sus comunidades y familias.
El informe señala que los gobiernos han estado demasiado dispuestos a hacer la vista gorda y no han cumplido su mandato básico de defender y proteger los derechos humanos. No protegen a los defensores de la tierra y el medio ambiente, en muchos casos perpetran directamente la violencia contra ellos y en otros son cómplices de las empresas. Peor aún, estados de todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Brasil, Colombia y Filipinas, utilizaron la pandemia de COVID para fortalecer medidas draconianas para controlar a los ciudadanos y cerrar el espacio cívico.
Existe un vínculo claro entre la disponibilidad de espacio cívico y los ataques contra los defensores: las sociedades más abiertas y tolerantes sufren muy pocos ataques, mientras que en las sociedades restringidas, los ataques son mucho más frecuentes.
Chris Madden, activista principal de Global Witness dijo: “Algún día, esperamos informar el fin de la violencia contra quienes defienden nuestro planeta y su tierra, pero hasta que los gobiernos no se tomen en serio la protección de los defensores y las empresas comiencen a anteponer a las personas y el planeta a las ganancias, tanto el colapso climático como los asesinatos continuarán. Este conjunto de datos es otro claro recordatorio de que luchar contra la crisis climática conlleva una carga insoportablemente pesada para algunos, que arriesgan sus vidas para salvar los bosques, ríos y biosferas que son esenciales para contrarrestar el calentamiento global insostenible. Esto debe terminar”.
Global Witness es una ONG internacional establecida en 1993 que trabaja para romper los vínculos entre la explotación de recursos naturales, los conflictos, la pobreza, la corrupción y los abusos de los derechos humanos en todo el mundo. La organización tiene oficinas en Londres y Washington, D.C.