Por HORACIO DUQUE
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, no se fue por las ramas y puso en su sitio a ciertos gobernadores que están utilizando su cargo para sabotear la estrategia de Paz total del presidente Gustavo Petro, orientada a superar la violencia política estructural enraizada en los territorios y ejecutada por los ejércitos privados de poderosos gamonales con amplio dominio político, institucional y electoral.
Estos gobernadores, claramente vinculados a la derecha política, son una herencia del gobierno uribista de Iván Duque, y rápidamente se encuadraron en el esquema del “golpe blando” contra el gobierno, manipulado e instrumentalizado por el fiscal Francisco Barbosa, la procuradora Margarita Cabello y el bloque reaccionario que manipula la red mediática al servicio de poderosos banqueros y conglomerados financieros y militaristas.
En Colombia hay 32 gobernadores en los correspondientes departamentos, pero solo tres o cuatro de ellos se han dado licencia para desafiar abiertamente la autoridad nacional legítima.
Los más beligerantes son los gobernadores del Meta, Juan Guillermo Zuluaga; el de Antioquia, Aníbal Gaviria; el de Cundinamarca, Nicolás García Bustos; y el del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo, además presidente de la Federación de departamentos.
Zuluaga es un avatar de la más recalcitrante ultraderecha ganadera y cleptómana, que se hizo a la sombra de Carlos Nader, un poderoso narcotraficante que en la actualidad goza de especial protección en Villavicencio/Barrio Primavera (Ver noticia). Es es un actor político perfectamente alineado en la doctrina uribista, utilizando el tema de la inseguridad para tapar su corrupción con dineros públicos. Su reclamo y rabieta sus rabietas tienen que ver con el control que hacen las auditorias sociales sobre la bicoca de casi cuatro billones de pesos del Sistema General de Regalías que quiere utilizar en la compra de votos para elegir al nuevo gobernador del Meta. Se quedó sin plata para pagar voto a 50 mil pesos, que es el sistema con el que se perpetúan.
El gobernador del Quindío es una simple marioneta que viene de sonoros escándalos con el exsenador Mario Castaño, hoy recluido en La Picota.
Gaviria, de Antioquia, es un prospecto neouribista que pretende ganar puntos agitando el fantasma del comunismo.
Lo que ha hecho el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, es develar las verdaderas intenciones golpistas de estos caudillos regionales en plan de reelegirse mediante testaferros políticos.
@HoracioDuque8