“El reto de la izquierda es formar cuadros para gobernar”: Julio Acelas

El director de El Unicornio, Jorge Gómez Pinilla, habló con un reconocido analista político de Santander, Julio César Acelas, historiador y politólogo, en torno a los resultados electorales del 29 de octubre.

JORGE GÓMEZ: ¿Qué fue lo bueno, lo malo y lo feo de la anterior campaña electoral?
JULIO ACELAS: Lo bueno es que la campaña se desarrolló pacíficamente, hubo garantías para los candidatos de 36 partidos. Nunca antes se habían tenido tantas listas. Lo malo, la desorientación del votante con esa cantidad de candidatos; es cosa de locos. Lo feo, los malabares del gobierno nacional usando argumentos y falacias para hacer creer que ganó las elecciones, cuando es evidente que perdieron los candidatos del Pacto Histórico. Eso es ir en contravía del principio de realidad.

¿Cómo cree que le fue a la oposición?
Les fue bien en general a los candidatos que hicieron campaña contra el gobierno. Fue un plebiscito contra Petro por sus vacíos, sus desaciertos, la falta de erigirse como un verdadero estadista; quiere manejar la opinión pública vía Twitter. El mayor elector en concejos y asambleas fue el Partido Liberal, luego el Conservador y Cambio Radical. El Partido de La U, que había tenido un retroceso, avanzó. Y el Pacto Histórico, una amalgama de cinco o seis partidos sin identidad, avanzó un poco. Pero en general el gran perdedor fue el gobierno de Petro, la figura del presidente. Ganaron las fuerzas de oposición y hubo un repunte de la derecha, incluido el Centro Democrático.

¿Colombia es tal vez el país con más partidos políticos en el mundo?
Sobre todo partidos que no cumplen su rol como colectividades, con proyectos ideológicos, de sociedad, organizados estructuralmente. Son microempresas electorales de políticos reconocidos, partidos de garaje y de carpeta, a los que el CNE les ha devuelto la personería jurídica.

Cuando ganó Petro la presidencia, Claudia López se declaró ganadora. Ahora que ganó Carlos Fernando Galán la alcaldía, ella también se declara ganadora ¿Cómo se explica eso?
Hace cuatro años, cuando Claudia gana, venía de apoyar en segunda vuelta a Gustavo Petro en contra de un sector del Partido Verde que no quiso apoyarlo. Esta vez el Partido Verde, pese a que apoyó a Petro, se ha venido distanciando. Hay un sector petrista y uno antipetrista. En el caso de Bogotá, Petro pretendió reversar la construcción del metro elevado, cuando ya comenzó a marchar su construcción. Ese debate del metro le sumó votos a Galán, su decisión de continuarlo como está fue un puntal importante para que tuviera tan alta votación. Gustavo Bolívar fue muy contradictorio: quería primero reversarlo, después no.

¿Tal vez el más grande damnificado del desgaste del gobierno fue Bolívar?
Él al principio dijo que estaba de acuerdo con el metro subterráneo de Petro, pero ante la opinión pública contraria, terminó suscribiendo en notaría su continuación como metro elevado. Eso reflejó oportunismo, algo que en elecciones es anti-voto. El perfil de Gustavo Bolívar no es el de mandatario; un excelente escritor de novelas, pero a él no le cabe la ciudad en la cabeza, renunció al Senado y dijo que si quedaba de segundo no asumiría la curul del Concejo, en fin, tuvo muchos errores.

A mí me parece un tipo honesto y brillante, que quiso estar ahí para apoyar a Petro, porque no había otro que asumiera ese compromiso. ¿Usted veía alguien diferente a Bolívar como candidato a la alcaldía de Bogotá?
Es el drama actual de la izquierda, que no tiene un partido sólido ni construyó una escuela de formación de cuadros para gobernar, de modo que al momento de buscar candidatos empaten con la opinión. Se requieren personas que les quepa la ciudad o los departamentos en la cabeza, pero no los hay. Solo el que diga el caudillo. Primero en las listas al Congreso, y ahora en estas elecciones, tuvieron de candidatos al que dijera Petro, en contra de democracias internas del Pacto Histórico en muchas regiones. Eso fue antidemocrático, no hay cuadros. Si el mejor candidato para Bogotá era Gustavo Bolívar, imagínese lo complicado del partido en términos de renovación de cuadros.

¿Cómo ve usted la bancada parlamentaria del Pacto Histórico?
Solo mire su desempeño a nivel nacional, eso da vergüenza. En Santander por primera vez hay una bancada mayoritaria alternativa o independiente pro-Petro, pero nadie los conoce, siguen siendo activistas, con una total desconexión de la opinión y de los problemas de nuestro departamento. No se pusieron de acuerdo ni para elegir un diputado.

¿Para la elección presidencial de 2026 a quién ve como candidato del petrismo, del uribismo y del centro?
No es fácil profetizar, pero si los sectores alternativos o lo que llamo el petrismo-lenininismo quiere jugar fuerte, debe mostrar candidatos nuevos, más allá de las entrañas del M-19. Veo la figura de un Carlos Caicedo o un Camilo Romero, son jóvenes que refrescan, pero todo está ligado al desempeño del gobierno, que es negativo. Dependiendo de ello y si las dificultades persisten, una figura de centro como la de Alejandro Gaviria podría tomar vuelo. A la derecha se le abre un espacio valioso, aclarando que la derecha no es el uribismo, es solo un sector. De derecha es Germán Vargas Lleras, que no es uribista.

En Santander fueron elegidas dos personas de “mano dura”, Juvenal Díaz gobernador y el pastor Jaime Beltrán alcalde de Bucaramanga. Ambos de derecha. ¿La cosa aquí se pone ‘arrecha’?
Santander ha venido construyendo desde finales de los 90 una matriz político-electoral de centroderecha y de derecha. Rodolfo Hernández gana aquí con un 73% contra Petro, la mayoría de su electorado fue de centroderecha; la centroizquierda y los sectores que estuvieron con Petro son minoría, eso no es nuevo. Más que mano dura, lo que se cristalizó el domingo 29 fue la narrativa de la seguridad, la mayor angustia de los ciudadanos. No es un tema de derecha, esa es una premisa falsa. Se impuso el principio de realidad, la necesidad urgente de tranquilidad social y convivencia. Entonces, ganaron dos candidatos con marcadas diferencias entre ellos. Primero, un general de la República no manchado por los ‘falsos positivos’, a partir de un proceso de recolección de firmas. Tuvo el aval de sectores de algunos partidos tradicionales, pero logró movilizar un fenómeno de opinión que dobló en votos al segundo, el representante del clan Aguilar. Los clanes en Santander se volvieron indeseables. Triunfó la narrativa de la seguridad por encima de la anticorrupción, que se volvió politiquera, desgobernó en Bucaramanga y se desgastó. Por eso Ferley Sierra y Carlos Parra perdieron.

¿No será que el pastor Jaime Beltrán usó el ropaje de la religión para conquistar adeptos, en un departamento tan godo?
La religión era una limitante estructural, pero al final no operó así. En Bucaramanga hubo más bien un voto cínico, pues se sabía de ciertos cuestionamientos politiqueros y orígenes complicados, pero la ciudadanía privilegió el tema de la seguridad. Algunas propuestas de Beltrán son antitécnicas, como lo del Candado, pero él ha sido consistente, persistente y sistemático con su bandera de la seguridad. Por ello ganó de manera arrolladora.

Teniendo en cuenta que son dos militares, ¿no sería previsible una alianza ‘por debajo de la mesa’ entre el general Juvenal y el coronel Aguilar?
Usted y yo le hicimos una entrevista al general cuando comenzó la campaña y él puso unas líneas rojas, de las que no se movió hasta el final: no alianzas con los Aguilar, con Fredy Anaya ni con Didier Tavera. Le ganó al candidato de los Aguilar, es evidente. No es comparable Hugo Aguilar con Juvenal Díaz, porque Aguilar estuvo vinculado con grupos paramilitares como el Bloque Central Bolívar, y gracias a esa ayuda obtuvo la Gobernación. También hay una diferencia partidista, pues Aguilar se apoyó en un partido regional que tuvo alcance nacional, de origen de izquierda, Convergencia Ciudadana del ‘Tuerto’ Luis Alberto Gil. Juvenal Díaz, a pesar de que tiene familia política (sus hermanos Iván y Luis Eduardo), construyó un movimiento ciudadano independiente con firmas, que no se sustenta en estructuras clientelistas. Es cierto que recibió los apoyos del Centro Democrático, el Partido Conservador y el Partido Liberal, pero fue de gratis, pues no hubo grandes sumas de dinero ni promesas de repartición del poder. El reto del general es que mantenga su independencia en la gobernanza de Santander.

@JulioAcelas

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