La residencia en Bogotá de Hildebrando Vélez, padre de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, ha sido asaltada. El móvil de esta agresión es el robo de información para seguir montando nuevas agresiones.
El robo de información ha sido practicado en los últimos años contra periodistas, centros de pensamiento, líderes sociales y políticos. Es una forma de atacar a opositores, de intimidarlos. En algunos casos las personas optan por el silencio o el exilio, y los agresores logran su propósito de acallamiento.
No hay investigaciones penales con resultados a pesar de que los autores materiales están ligados a alguna forma de poder, no son simples delincuentes actuando por el robo de unos computadores. Muy por el contrario, son sin duda acciones ligadas a alguna agenda política de extrema derecha.
Que ocurra es grave, que no se sancione lo es más. Esa impunidad, como todas las impunidades, alienta a quienes violan la ley a persistir y permanecer en su lógica de actuación criminal.
En Colombia vivimos una época de cambio. El robo de información a Hildebrando Vélez está ligado a la actuación del gobierno del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, que lideran una agenda donde el tema energético y minero está a cargo del liderazgo de la ministra Irene Vélez Torres, quien se la juega todos los días como la responsable de primera línea de las importantes transformaciones que se requieren en estos sectores neurálgicos de la economía nacional.
Las agresiones delincuenciales y el saboteo a la acción de Gobierno deben ser respondidas con medidas judiciales y rechazo ciudadano.
Tantos años de atropellos y violencias, muchas de ellas dirigidas desde instancias de poder, deben quedar atrás. Se requiere de acción ciudadana y rigor desde el gobierno del presidente Petro, comprometido con una democracia de mayor calidad.
@luchoceliscnai