El discurso de Petro y las réplicas de la oposición

El discurso que pronunció el presidente Gustavo Petro durante la instalación del nuevo periodo legislativo tuvo un talante académico, políticamente correcto, que le sirvió para hacer un balance de su gestión en este primer año gobierno.

Eso sí, solo la bancada gobiernista aplaudió su bien hilvanado discurso, que por momentos no parecía dirigido a un Congreso, sino a una comunidad académica. En el marco del Estatuto de la Oposición sus detractores tuvieron la oportunidad de confrontar lo dicho por el mandatario. En representación del sector que se opone a las ideas y al gobierno del presidente, aparecieron los congresistas María Fernanda Cabal, Erika Sánchez y Marelen Castillo (exfórmula vicepresidencial del entonces candidato presidencial Rodolfo Hernández), así como Daniel Carvalho y David Luna.

La señora Cabal, del Centro Democrático, les habló a los militares, sector que en el pasado le sirvió a esa colectividad para consolidar la política de seguridad democrática, la misma de la que emergió la más terrible práctica genocida: los ‘falsos positivos’. Criticó, con razón, las masacres y los asesinatos de líderes sociales que aún se presentan en el país, asunto que Cabal y sus colegas del CD asocian con una equivocada idea de la paz que tendría el presidente, en el sentido de que es permisivo con los grupos criminales al margen de la ley con los que plantea sentarse a negociar. Volvió la señora Cabal sobre el tema del “odio de clase” que el presidente insiste, según ella, en consolidar entre los colombianos.

Sobre el mismo tema del orden público, David Luna le pidió al presidente Petro que le quite las amarras a la fuerza pública y que no desmoralice a la tropa. Luna también se refirió al tema de “estatizar la salud” y de unos supuestos riesgos económicos advertidos por economistas independientes y por la gerencia del Banco de la República. Además, el político de Cambio Radical, partido de Vargas Lleras, le pidió al presidente Petro que no polarice más al país y que respete a los medios de comunicación y a la libertad de prensa. En este último punto, hay que decir que hay plenas garantías para el ejercicio periodístico, pero ante la evidente toma de partido por parte de periodistas y empresas mediáticas afectas al “viejo” régimen, lo que ha hecho el presidente es defenderse desde su cuenta de Twitter, desde donde los desmiente y confronta.

Erika Sánchez hizo referencia a la situación de abandono de la niñez, sin mayores cifras.  Marelen Castillo pidió transparencia y un manejo ético de lo público. Lo curioso es que Castillo fue fórmula vicepresidencial del ladino Rodolfo Hernández, sancionado por la Procuraduría, justamente por actos de corrupción. Entre tanto, Daniel Carvalho dedicó los pocos minutos de su intervención a hacer un balance de la gestión hecha por él y su compañero Humberto De la Calle.

De los intervinientes, el único que agradeció al presidente Petro por haberse quedado en el recinto a escuchar a sus detractores fue David Luna. Lo que sí compartieron todos los que opositores fue un rictus que indicaba molestia y hasta rabia por las ideas y el balance que de su gestión hizo el mandatario de los colombianos.

Al final, quedó claro que las réplicas de la oposición y de los independientes deben acercarse más al talante del discurso expresado por el presidente. Las cinco intervenciones de los detractores del gobierno y del presidente poco o nada confrontaron la esencia o el hilo conductor del discurso hilvanado que pronunció Petro. Haría bien la Oposición en consolidar una sola intervención, capaz de desmontar las ideas centrales del discurso presidencial. En eso, deben prepararse más y mejor.

Para destacar, que el presidente se quedó y escuchó los reclamos de sus detractores. De inmediato, los colombianos recordaron que el entonces presidente-títere, Iván Duque Márquez, una vez instaló el Congreso, salió corriendo del recinto para no escuchar a los congresistas que conformaban la entonces oposición. El país recuerda el insuceso como la última jugadita del nefasto, ignaro y pueril congresista del Centro Democrático, Ernesto Macías.

Lo que sí hay que lamentar es que no parece haber en la oposición un o una congresista con la capacidad oratoria y el dominio conceptual del presidente Gustavo Petro. Será por eso que, por momentos, pareció que Petro no les hablaba a los congresistas, sino a jóvenes que poco o nada saben de cambio climático, de lo planteado por los economistas clásicos y neoclásicos y de descarbonizar la economía.

@germanayalaosor

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