Egan Bernal o el derecho a decidir

Por GERMÁN AYALA OSORIO

La polémica en redes sociales, recogida tímidamente por algunos medios masivos, que se desató en torno a la opinión política que expresó el ciclista Égan Arley Bernal Gómez, se explica no tanto por la discutible “polarización política” que la gran prensa dice que hay en Colombia, sino por las circunstancias y hechos que rodean al deportista y a quienes apelaron incluso al insulto para descalificar al destacado atleta.

Lo primero a señalar, Bernal es un ciudadano que tiene el derecho a expresar con total libertad sus preferencias políticas, a dejar saber cuál es su intención de voto. Bajo dicha premisa, el campeón del Tour de Francia públicamente señaló que va a votar por Federico Gutiérrez: “No se puede sembrar más odio entre clases sociales, entre empresa-trabajador, por tener diferente forma de pensar, Fico Gutiérrez tiene la virtud de unir… No soy de extrema derecha, ni de extrema izquierda. Soy una persona más que cree que nos merecemos un cambio, sí…

Lo dicho por Bernal Gómez expresa sin ambages el rechazo a la opción política que representa Gustavo Petro, sin mencionarlo. Ese elemento desató la ira en algunos fanáticos petristas. Además, Bernal confía en que Gutiérrez será el presidente que “unirá a los colombianos”. En esto último comparte con los amigos, seguidores, simpatizantes y fanáticos de la Colombia Humana y de su máximo líder, la confianza de que el país logrará un cambio y que cualquiera de los dos, terminará por “unirnos como sociedad”.

Creo que hay allí un equívoco en ambos bandos electorales… y en el propio ciclista: no se trata de “unir”, de lo que se trata es de construir un Estado, sociedad y mercado modernos y civilizados. Cuando ello se logre, quizás sea posible pensar en vivir unidos, a pesar de que siempre habrá diferencias. Vivir juntos siempre trae riesgos, cuando de por medio está la siempre compleja condición humana.

Volvamos al sentido de la decisión tomada por el corredor de la multinacional INEOS. Denigrar de él por esa decisión electoral y política es el reflejo de una sociedad intolerante. Lo curioso y quizás contradictorio es que de esa misma sociedad de la que brotó el talentoso ciclista salieron las personas que en el marco de la Seguridad Democrática, siguiendo instrucciones castrenses y de sectores políticos, han asesinado a cientos de miles de ciudadanos que han expresado unas preferencias políticas diferentes a las de Egan, o que simplemente defendían los derechos humanos, el ambiente o representaban a una comunidad.

Otra circunstancia que quizá juega en este caso tiene que ver con la empresa para la que corre Égan Bernal: la multinacional INEOS, de origen británico, que apoya el fracking. Imagino que el criticado ciclista colombiano conoce la historia de la multinacional y sus demandas por daños ambientales. También es posible que sobre este álgido asunto Egan evite opinar o saber, pues esa empresa le garantiza llevar hoy una vida cómoda, ganada a pulso por sus esfuerzos y logros deportivos.

Supongo además que Bernal Gómez sabe que su candidato presidencial es amigo del fracking, así como quienes están detrás de su campaña: Uribe, Duque y sus patrocinadores. Lo que le están exigiendo al ciclista sus críticos y detractores, quizás con algo de razón, es que sea consciente de los efectos negativos que genera tal práctica para extraer del subsuelo gas y petróleo. En este punto dicha exigencia está conectada con la ideal y el concepto de ciudadanía que cada uno de nosotros expone al momento de hacer público por quién va a votar. Le corresponde al propio Bernal juzgar su papel como ciudadano, ambientalmente consciente del daño que como especie dominante le venimos haciendo al planeta. No podemos esperar que el ciclista asuma comportamientos propios de  una ciudadanía que, con sentido sistémico, entienda los problemas y los conflictos socio ambientales y ecológicos que están detrás del fracking.

El otro elemento o circunstancia que aparece en este caso es la edificación de Bernal como Héroe. Y en ello, por supuesto, el ciclista no tiene ninguna responsabilidad. Esta recae exclusivamente en la sociedad y en los periodistas especialmente, que suelen elevar a esa condición o darle ese estatus a deportistas, que solo están cumpliendo con sus objetivos: ganar medallas, carreras o campeonatos.

También caen en un error los que se fueron lanza en ristre contra el ciclista internacional, al exigirle que revise el pasado del candidato cuando fungió como alcalde de Medellín y las relaciones que tuvo su secretario de seguridad, Gustavo Villegas, con la Oficina de Envigado. Como ciudadano, Bernal estaría “obligado” a conocer y comprender la historia política del país, pero también es plausible que desde ese mismo ámbito decida no hacerlo, para evitar precisamente confrontar su propia elección.

Cada quien es dueño de sus miedos y administrador de sus vacíos en la comprensión de su propia historia y la de su país. Los que están del lado de Federico Gutiérrez, por ejemplo, suelen creer que a pesar de todo Colombia es un buen vividero y una democracia fuerte. Y aquellos que están del lado de Petro, creen que es posible aspirar a vivir en una sociedad mejor, o que la mayoría de colombianos aún no entiende qué es eso de vivir en democracia. No pueden olvidar que unos y otros son responsables, por acción u omisión, de la violencia y los problemas que aún afrontamos como sociedad. Incluso, somos responsables de estar hoy desunidos y atacando a quien simplemente es un colombiano más.

@germanayalaosor

* Foto de portada, tomada de Pulzo.com

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