¿Crear medios gobiernistas? Lo que falta es estrategia

Por JORGE GÓMEZ PINILLA

No dejó de causar preocupación ver el 4 de octubre pasado al presidente de la República defendiéndose en las redes sociales de los ataques recibidos por la calidad de las sábanas y los edredones que adquirió el Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE) para las habitaciones del Palacio de Nariño. Esto muestra que no hay equipo ni estrategia para salirles al paso a esos ataques, y es reflejo del descuido que la izquierda siempre ha mostrado en el manejo de las Comunicaciones.

Algo que les habría servido como oportunidad dorada para sacar pecho (las pésimas condiciones en que recibieron esas habitaciones y lo que hicieron para dotarlas como corresponde), terminó convertido en crisis contra el mismo gobierno. Lo que habrían podido presentar como remedio se les volvió enfermedad, y le tocó al mismísimo presidente salir a dar explicaciones.

Dentro de un espíritu propositivo, creemos que en lugar de amainar una tormenta súbita que les estalla en la cara, se trata es de preverla y estar preparados para actuar. O sea, prevenir en lugar de curar. Esto pasa por no contar con planeación estratégica.

El análisis DOFA habla de debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas. Lo que tenían a la mano como una Fortaleza (las imágenes de unas cortinas rotas y hasta las camas sin sábanas, en fin) terminó siendo captado por el grueso público como Debilidad. Despreciaron la Oportunidad, y la falta de previsión se les transformó en Amenaza.

Antes que crear medios propios, la estrategia de comunicaciones debe apuntar a dos aspectos estratégicos claves: fortalecer los medios aliados y tener inserción dentro de los medios tradicionales para la divulgación de sus mensajes.

Tener una estrategia propia pasa además por no convertirse en caja de resonancia de medios como Semana, dedicados a crear escándalos ficticios con titulares amarillistas, cuyo objetivo es provocar la reacción de sus contendores para crecerse en la atención de tirios y troyanos.

Nos referimos en particular a la edición que titularon “Pánico en la salud”, en cuya trampa cayó el petrismo cuando se dedicaron a enfrentarla, comenzando por el presidente del Senado, Roy Barreras, quien respondió diciendo que “esa carátula perversa para generar pánico social y pánico económico puede ser delito (art 302 cp)”. (Ver trino) Es cierto, ese titular configura el delito de pánico económico, pero a esta modalidad acude la directora de ese medio porque sabe que está protegida por una Fiscalía cómplice, uribista hasta los tuétanos. O sea que responder a semejante libelo es ayudar a encender la mecha de la bomba que la hace estallar. ¿Qué se debe hacer, entonces? En la medida de lo posible, ignorarlos.

Antes que crear medios propios, la estrategia de comunicaciones debería apuntar a dos aspectos claves: uno, fortalecer los medios aliados; dos, tener inserción dentro de los medios tradicionales para la divulgación de sus mensajes.

En cuanto a lo primero, se trata de revertir la torta y enfocar la pauta hacia los medios que han apoyado o contribuyeron a hacer posible el triunfo del Pacto Histórico. Ahora bien, no se trata de voltearles la espalda a los medios tradicionales, pues siguen contando con grandes audiencias, que no se deben dejar en manos de quienes son expertos en el arte de la manipulación ideológica.

Este es un punto clave, quizás se requiere contratar la divulgación de mensajes que muestren el punto de vista del gobierno en ejercicio. Esto en últimas era lo que hacía el gobierno anterior con medios como RCN, Red + Noticias o Caracol, mediante una verdadera avalancha de pauta oficial de las más variadas entidades, para así ocultar las falencias del régimen y hacer ver como que todo marchaba a pedir de boca.

Pero no se trata de actuar como con Noticias Caracol, que durante el gobierno anterior estuvo dedicado a presentar informes que destacaban el optimismo empresarial y mostraban un supuesto crecimiento constante de la economía, mientras aparentaban objetividad con sesudas investigaciones que denunciaban casos de corrupción, sobre todo entre las filas del Ejército y la Policía, pero nunca tocaron la figura del presidente Duque. ¿Por qué? Porque la mayor parte de la contratación era ordenada por la Presidencia. 

Ahora, aplicando un criterio de austeridad en el gasto pero a la vez de eficacia en el manejo de las Comunicaciones, se podría pensar en contratar a esos mismos medios para la divulgación diaria de mensajes o videos cortos en un formato atractivo, con contenidos de fácil comprensión, que den cuenta de los verdaderos alcances y realizaciones del gobierno del Pacto Histórico.

Aquí entre nos, el propósito ulterior de una estrategia de Comunicaciones coherente por parte del gobierno del Pacto Histórico debería ser la de no permitir que la verdad de las cosas se vea tergiversada por quienes desde los medios de comunicación tradicionales siempre han tenido la sartén por el mango.

@Jorgomezpinilla

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