Covid: ¿Habrá una tercera ola?

Por DIEGO OTERO PRADA

Repito lo que he venido manifestando desde que inicié mis análisis del Covid-19 en marzo de 2019. Las cifras son un desastre porque no reflejan la realidad diaria, debido a la demora en hacer las pruebas a los posibles contagiados y entregar los resultados. A menos que se acuda a especialistas privados, las pruebas y los resultados se demoran un mínimo de seis días y un máximo que puede ser hasta de treinta días, situación insostenible. Así no se puede combatir este virus.

Nadie, ni en el gobierno nacional ni en las alcaldías, ha hecho algo para remediar esta terrible situación.

Las cifras que reporta diariamente el ministerio de Salud se refieren a una mezcla de casos positivos que van desde los que se les ha detectado el virus el mismo día (muy pocos), hasta pacientes con casi un mes de retraso En cierta forma, las cifras reportadas deben referirse a un promedio que va de seis a quince días. Esto significa que los datos del 26 de enero, por ejemplo, se refieren a lo ocurrido del 11 al 20 de enero. Por supuesto, así es muy difícil saber qué está pasando y que medidas son las eficaces. Se está trabajando con el pasado, grave para la toma de decisiones.

¿Pasamos el pico de la segunda ola?

En cuanto a los casos diarios, en la gráfica 1 se presenta la evolución del Covid-19. Se ven claramente las dos olas: la primera, del 6 de marzo al 4 de octubre, y la segunda del 5 de octubre en adelante, con un máximo de 17 857 casos de promedio móvil el 20 de enero de 2021, en comparación con 11 549 del primer pico. Del 2 al 26 de enero van seis días de decrecimiento, llegando a 14 569 el 26 de enero.

Hay que ser prudentes por la volatilidad colombiana, pero la tendencia indica que ya superamos la segunda ola, dado que la época de conglomeraciones y fiestas de diciembre ya pasó.

Pero esta segunda ola fue más fuerte que la primera en su etapa de crecimiento exponencial.

Hay mucha especulación y terrorismo, que solo le sirve al poder y a Fecode para impedir que los muchachos vuelvan al colegio.

Gráfico 1 La dinámica de los casos diarios en Colombia

En cuanto a los muertos, han aumentado correlativamente el número de casos diarios. Hay un rezago entre el aumento de los casos y el de las muertes de cerca de una semana, por lo menos. Entonces, la disminución que se viene dando desde el 21 de enero -de infectados diarios- debe reflejarse con el tiempo en una disminución de las muertes.  Estas llegaron a un máximo de 391,9 los días 24 y 25 de enero (gráfico 2).

Gráfico 2 Dinámica de los muertos diarios

Tanto el pico de los casos diarios como el de los muertos de esta segunda ola superó los de la primera en 54,6% y 20,8%.

En la primera ola la parte creciente tuvo casi seis meses de duración, mientras para la segunda se tienen tres meses y medio, más corta pero más fuerte al final en la zona de crecimiento exponencial

Por regiones, ya hay una con la tercera ola

Hasta ahora nos hemos concentrado en Bogotá. Es tiempo de mirar a otras regiones para ver qué pasa con el Covid-19. Se cree que lo que sucede en la capital se replica en el resto, y esto es completamente falso. Todos los comentaristas de los medios nacionales de comunicación impresos, televisivos y radiales siempre hablan cómo si Bogotá fuera el país, y cometen muchos errores de juicio.

Lo que ocurre en Bogotá lo extrapolan al resto del país. Cometen el error que en lógica se llama la “falacia de la composición”, que consiste en inferir que algo es verdadero sobre un conjunto o grupo solo porque es verdadero sobre una o varias de sus partes o componentes.

En esta oportunidad presentamos la situación gráfica de ocho departamentos, que es la mejor forma de visualizar la propagación de este virus tan difícil de predecir y manejar, y para el resto hacemos unos comentarios. Para ello se utilizará el indicador de casos diarios, suavizados a través de un promedio móvil de siete días.

Hay variaciones fuertes por departamentos. Hay regiones que están todavía en la segunda ola, en la parte creciente; otros en la parte decreciente; un grupo sigue todavía en la primera ola y finalmente, se tiene un departamento en la tercera ola. Es decir, hay una gran variedad de situaciones, casi que cada departamento es un caso que merece un análisis particular.

Bogotá se aceleró desde noviembre, pero ya venía desde octubre en la segunda ola. Llegó al pico el 20 de enero con 5945 casos diarios de promedio semanal. Lleva seis días de reducción de los infectados hasta alcanzar 4674 casos el 26 de enero. Pareciera que superó la segunda ola (gráfico 3).

Figura 3 Evolución del Covid-19 en Bogotá según casos diarios

Antioquia va en la tercera ola

Antioquia es ejemplo de un departamento que está atravesando la tercera ola que comenzó el 13 de diciembre y llego al pico el 12 de enero (gráfico 4).

Gráfico 4 El Covid-19 en Antioquia

Valle del Cauca sigue creciendo

Mírese la situación del Valle del Cauca, pareciera como si no hubiera pasado la primera ola. Tuvo una primera caída de los contagiados en un período muy corto del 12 de agosto al 4 de septiembre y volvió a crecer continuamente hasta el 26 de enero (gráfico 5).

Gráfico 5 El Covid-19 en el Valle del Cauca

Atlántico no es problema

Atlántico es otro caso diferente, con una parte decreciente de la primera ola bastante larga y una segunda ola menos fuerte que la primera que comenzó a crecer en noviembre y que trata de estabilizarse (gráfico 6).

Gráfico 6 El Covid-19 en Atlántico

Meta es otro ejemplo de un departamento que parece seguir en la primera ola, en la parte decreciente, aunque con leves signos de aumentos a partir del 12 de diciembre (gráfico 7).

Gráfico 7 El Covid-19 en el Meta

Cesar sigue en la primera ola, y como el Meta, con un pequeño repunte en diciembre y enero (gráfico 8).  Santander continúa en la segunda ola, con fuertes variaciones, igualmente, con incrementos pequeños en diciembre y enero (gráfico 9).  Sucre claramente no ha salido de la primera ola (gráfico 10).

Gráfico 8 El Covid-19 en Cesar

 Gráfico 9 El Covid-19 en Santander

Gráfico 10 El Covid-19 en Sucre

La situación del resto de los departamentos se señala en el cuadro 1.  Es sorprendente, doce están aún en la primera ola, en la parte descendente.  Seis se mantienen en la segunda ola en la zona decreciente y siete en la etapa creciente.

Si consideramos las 33 regiones, se tiene lo siguiente: un departamento, Antioquia, en la tercera ola; doce en la primera ola; doce en la segunda ola aún creciente y ocho en la segunda ola ya decreciente.

En resumen, una gran variedad, con ciclos muy diferentes en cuanto a fechas de picos, intensidad, variabilidad, duración. Se observa, eso sí, en los departamentos con la segunda ola, una incidencia creciente en los meses de diciembre y enero, pero con diferencias muy notables en los incrementos, más fuertes en unos que en otros. Así, en Bogotá fue muy fuerte, seguido por Antioquia y Valle del Cauca.

En conclusión, una gran diversidad, que impide hacer juicios generales y, en consecuencia, medidas para amortiguar la propagación del virus igual en todas partes,

Cuadro 1 Situación del Covid-19 en 25 departamentos

Departamentos en primera ola
Quindío
Córdoba
San Andrés
Sucre
La Guajira
Amazonas
Caquetá
Arauca
Guanía
Vaupés
Vichada
Guaviare
Segunda ola parte decreciente
Bolívar
Huila
Norte de Santander
Nariño
Boyacá
Caldas
Segunda ola parte creciente
Tolima
Cauca
Casanare
Chocó
Magdalena
Cundinamarca
Putumayo

Predicciones

Con la observación de lo difícil que es hacer predicciones del Covid-19, es de esperar que continúen las reducciones en contagiados en los próximos días y concomitantemente las de los muertos, fundamentalmente por el efecto de Bogotá, Antioquia y el Valle del Cauca que explican el 53,0% de todos los casos.

En otras palabras, parece que se ha superado la segunda ola, o sea, estamos en la etapa decreciente de la misma, que debe durar por la experiencia entre uno y dos meses, para comenzar la tercera ola, probablemente en abril, a menos que se cambie la estrategia para combatir la pandemia, se acelere la vacunación y se ayude a los millones de colombianos sin empleo y sin ingresos para sobrevivir, lo que no parece probable con estos gobiernos nacionales, departamentales y locales.

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