Luis Carlos Cubillos: la voz de los que no pueden escuchar

Por HERMANN SÁENZ PRIETO

Cubillos es el personaje “mudo” -aunque no es sordo- que mediante señas interpreta para la población sorda lo que dice la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. ´´Él es el traductor de señas “a la colombiana”, así define su profesión.

Claudia siempre lo saluda con un “hola príncipe, ¿cómo estás?”. Esa amabilidad le infunde ánimo en su trabajo y le recuerda la gran responsabilidad que recae sobre sus manos, brazos y gestos: la de traducir los discursos de la mujer que ocupa el segundo cargo más importante del país. 

Cubillos acompaña a la alcaldesa desde junio del año pasado, cuando era candidata. Ahora que está al frente de los destinos de la capital de Colombia, reconoce que la cercanía con ella le ha ayudado mucho en su trabajo como intérprete. 

Luis Carlos Cubillos habló para El Unicornio y esto nos contó.

¿Cómo llegó a ser intérprete por señas?

El conocimiento de la lengua obedeció a que tuve un primo sordo y desde chicos nos comunicábamos con algunos códigos caseros. No era lengua de señas en ese tiempo, porque mi primo no estuvo en una institución educativa para sordos. Luego tuve una novia sorda y con ella perfeccioné el idioma. Y desde muy joven presté el servicio de interpretación voluntario para personas sordas. En ese tiempo, como era un niño, no sabía que esa iba a ser mi profesión. Tampoco pensaba en el dinero, sino más en ayudar a la comunidad para romper esa barrera de comunicación.

¿Qué pasó con su novia sorda?

Con ella terminé porque me contrató una empresa de traducción en Facatativá (Cundinamarca) y tenía que trabajar de lunes a sábado. Yo le dije que me iba a cumplir mi sueño y terminamos en esa época. Somos muy buenos amigos, luego ella se casó con otro intérprete.

En Faca empecé a ser traductor y empezamos a tener todos los cursos, diplomados, todo lo que es un traductor, un intérprete. Nos formaban en traducción simultánea consecutiva, en competencias lingüísticas. Luego empecé a trabajar en Fenascol (Federación Nacional de sordos de Colombia), donde amplié mi formación.

¿Por qué enfatiza que la lengua que usted interpreta es “a la colombiana”? ¿No es acaso igual en todos los países?  

Se le dice lengua porque es un idioma. No se le dice lenguaje porque se refiere es a la capacidad mental que tenemos los seres humanos de procesar la información, de pensarla y luego transmitirla por medio de una lengua. En cada país existe una comunidad sorda, son personas que han convivido con otras personas sordas o con ‘parlantes’ y necesitan comunicarse. Entonces, se crean unos códigos que se estandarizan a nivel local o nacional. Allí empieza a formarse la lengua de señas colombiana. Como cada país tiene costumbres y tradiciones diferentes, allí se crea la lengua de ese país. Incluso dentro del mismo país existen diferencias; por ejemplo, la lengua de señas de San Andrés difiere de la colombiana continental. 

“Yo trato de “ser” como Claudia, porque debo sentir lo que ella siente”.
Fotos, archivo particular.

En su carrera como traductor, ¿algún político al que usted haya tenido que acompañar y que recuerde en especial…?

He tenido la oportunidad de acompañar a muchos políticos. A nosotros nos rige el Código de ética, no apoyamos a ningún político en especial. He tenido la oportunidad de acompañar a otros políticos, pero con ninguno he tenido la cercanía que tengo con Claudia López.

¿Qué tan difícil es para una persona que nació sorda, aprender el español? 

La primera lengua, la lengua materna de la comunidad sorda es la de señas. No es difícil de aprender el español, es más como la disciplina que tenga la persona y también los medios que usa para formarse en esta lengua. En Colombia es muy difícil encontrar docentes que sepan enseñar el español a un sordo como segunda lengua. La mayoría de los seres humanos aprendemos nuestra primera lengua desde el vientre de nuestra madre, escuchamos sus palabras, aprendemos las tonalidades. Es diferente la mamá regañando, cuando nos consiente, y como suena fonéticamente cierto lenguaje visual. Luego viene en la práctica la parte escrita y la visual. A las personas sordas se les dificulta, porque nunca han escuchado el español. Entonces, buscan equivalencias lingüísticas. Empiezan a relacionar palabras del español con algunos significados. 

¿Las personas sordas pueden aprender a leer los labios?

Son muy pocas personas sordas las que pueden leer los labios. Cuando llegan a hacerlo, lo hacen con aquella persona con quien han convivido durante muchos años, que ha entendido que ciertos movimientos de los labios traducen determinadas palabras. Como no han escuchado el español, no les queda fácil leer los labios. Hay muchas palabras que vocalizamos, pero eso no indica que ellos vayan a leer los labios. Lo que hacemos es que nuestros labios, nuestros cachetes están en función de dar el significado de tamaño, proporción, intencionalidad, distancia, tono. Por eso en algún momento inflamos los labios, para decir por ejemplo que es cantidad. O cuando la alcaldesa habla fuerte, yo no uso mi parte manual del cuerpo, codos, hombros, muñecas: uso la cara, mis cejas van hacia abajo, de pronto mis cachetes se inflan cuando ella habla con firmeza.

Teniendo en cuenta la firmeza con la que habla la alcaldesa, sus cachetes deben permanecer inflados a toda hora…

(RÍE) Yo he tenido la oportunidad de decirles a ella y a su jefe de Prensa que me llena de seguridad interpretarla. Uno como intérprete en muchas ocasiones logra sentir lo que siente el emisor, es así. 

¿Cuál sería su mejor consejo o recomendación para otros intérpretes?

La mejor técnica que yo puedo recomendar es sentir lo que está sintiendo el emisor. Eso me da tranquilidad; si yo siento que ella se expresa con transparencia cuando habla con firmeza, es porque así lo está sintiendo. 

¿Claudia López siempre habla con la misma firmeza, como si estuviera brava?

No. Cuando ella quiere tranquilizar a los bogotanos es maternal, es suave. Por ejemplo con lo del coronavirus, que casi la hace llorar. Entonces yo trato de “ser” también así, porque debo sentir lo que ella siente. Eso me parece un ejercicio maravilloso. 

He escuchado de gente que dice que a veces se concentran más en sus movimientos que en lo que dice la alcaldesa. ¿Les pasa eso a sus colegas?

Nosotros debemos tratar de no distraer al público diferente al que ve nuestro trabajo, pero eso es poco a poco, mientras se van acostumbrando. De hecho, debido a la importancia que Claudia le ha dado al tema, ya otros alcaldes o gobernadores se están moviendo a contratar intérpretes, así como canales de TV que ya tienen su traductor permanente.

Claudia López habla muy rápido ¿a usted no se le dificulta interpretar todo lo que ella dice en tan poco tiempo?

Sí, habla muy rápido. Pero yo debo tener la habilidad para transformar esa información. Lo que más se me dificulta en ocasiones son las cifras, los números que da con tanta rapidez. En lengua de señas debe ser simultáneo y eso uno lo adquiere con la experiencia.    

¿Cuántos intérpretes hay en el país?

En Bogotá 160, en Colombia hay cerca de 700. 

¿Hay personas más fáciles de interpretar que otras?

Eso se llama registro. Hay registros más fáciles que otros, quizá por el léxico que usa.

¿Cómo interpretar metáforas…?

Fíjese usted, Claudia es muy recurrente a las metáforas. En sus discursos ella maneja un léxico muy abundante, entonces es muy rico interpretarla porque es muy fácil de explicar. Al sordo que ve la traducción le gusta ese tipo de discurso porque transmite información, pero también llega al corazón de las personas. Hay otros discursos que son muy técnicos, muy políticos; por ejemplo, los de muchos senadores en el Congreso.  

¿Cuántas personas sordas hay en Bogotá y en Colombia?  

Es difícil saberlo. Las personas que hacen esta clase de censo no tienen claros los conceptos o lo que es una persona sorda o con discapacidad. En Bogotá hay cerca de 55.000 y en Colombia 600.000, pero no hay una cifra exacta.

¿La alcaldesa es tan malgeniada como parece?

No, ella es muy amable. Es muy dulce, de hecho. Todo el tiempo es con una sonrisa en la cara, muy afectuosa. A mi modo de ver cuando se preocupa por algo, ahí es cuando habla con firmeza. De hecho, es una persona que trabaja día y noche, y le encanta que las cosas le salgan bien. No le gusta que ella ni nadie pueda cometer un error, sino que todo salga a la perfección. No es malgeniada, me parece que es firme en sus argumentos. Y detrás de cámara es muy dulce.

Cómo usted ahora aparece tanto en televisión, ¿ya tiene club de fans?

Sí, y ellos son muy lindos. El 27 de octubre del año pasado, el día en que ella ganó las elecciones, me escribieron muchos y muchas fans. Últimamente he recibido mensajes de familiares de personas sordas que dicen que sus hijos viven pendientes de cada vez que suena la campanita en Facebook o cuando ven la transmisión en pantalla. Están contentos porque es como que hubiera llegado la televisión con audio. 

¿No ha tenido problemas con los camarógrafos, porque de pronto “rompe el plano”?

Al principio cuando yo llegaba a los medios, decían “él no tiene que aparecer tan cerca, me daña el plano”. Pero Claudia respondía “no, aquí va mi intérprete; lo quiero aquí a mi lado”. A veces me piden que me le despegue, pero yo siempre estoy ahí, pegado. 

¿Se necesita buen estado físico para esta labor?

(RÍE) Así es, se requiere excelente estado físico. ¡Y más con Claudia!

@saenzph

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