A propósito de la publicación exclusiva de El Unicornio, de un texto inédito de Nicolás Rodríguez Bautista que relata hechos desconocidos sobre el ingreso de Camilo Torres al ELN y cómo se produjo su muerte, conversamos con el exvicepresidente Humberto de la Calle en torno a sus impresiones acerca de este documento.
De la Calle recordó que Camilo Torres estaba muy influido por la teología de la liberación: “él había llegado de hacer estudios de sociología y era una propuesta de cambio en ese momento. Un cambio sin el uso de la fuerza ni de la violencia, sino una reflexión por fuera de los partidos, con una visión renovadora bajo la tesis según la cual la democracia colombiana era muy imperfecta y tenía que ser modificada a fondo. Manejaba un lenguaje social extraordinariamente poderoso. Y ese lenguaje hizo contacto con las fracciones guerrilleras del ELN que ya estaba en formación”.
De la Calle recordó que “en un principio no se sabía de la suerte de Camilo, y más tarde hace pública su incorporación a la guerrilla. Nosotros estábamos en las líneas rebeldes del Partido Liberal, pero siempre por fuera de la violencia. Por eso primero nos sorprendió la decisión de Camilo. Habló de la clandestinidad porque se sentía perseguido por el Gobierno, pero de acuerdo con el escrito publicado por ustedes El Unicornio, lo que se afirma es que hubo la amenaza concreta de muerte que le fue notificada, dieron la orden de eliminarlo”.
Según nuestro entrevistado, si el padre Camilo Torres no se hubiera metido a la guerrilla y se hubiera dedicado a una actividad política a fondo, habría llegado a ser presidente de la República. Por eso afirmó que “cuando tuvimos la noticia de la clandestinización de Camilo, fue una decepción, porque creíamos que era una decisión exagerada en ese momento. Hoy están las luces que aportó El Unicornio, pero el liderazgo creciente si era indiscutible. Yo creo que hubiera podido ser presidente de Colombia y en ese sentido reitero que quedamos un poco desconcertados, primero con su decisión de irse a la guerrilla y segundo esa muerte, que más allá de las explicaciones que da hoy Nicolás, creo que obedeció a un acto de una gran irresponsabilidad de la dirigencia”.
En cuanto a la pregunta de si creía que Camilo Torres en la vida civil hubiera podido superar al Partido Liberal, De la Calle afirmó: “es muy posible por lo siguiente, porque ya en ese momento el Partido Liberal se había movido al centro, ya estábamos en pleno Frente Nacional. Las voces de renovación se habían ido apagando y ese fue el terreno en el que Camilo fue generando un enorme liderazgo entre la juventud. En ese momento no había tomado la decisión de acudir a las armas, pero sin duda que era un movimiento con enorme futuro y un gran liderazgo entre la juventud”.
De la Calle siendo joven nunca recibió la invitación de meterse a la guerrilla, porque siempre se manifestó contrario a la violencia y porque Manizales era un remanso: “yo les cuento a mis amigos y a los jóvenes que a mi universidad no llegó la marihuana mientras yo fui estudiante. Años después, yo siendo profesor de la Universidad de Caldas si hubo un trasiego de estudiantes hacia el M-19, grupo que si logró captar jóvenes, incluso a alumnos míos”.
Al comparar la juventud de los años 60 con la de ahora, asegura que en la época de Alberto Lleras “los estudiantes se sintieron empoderados después de la caída de Rojas Pinilla, y siguió ese proceso que fue mirando hacia las ideas de izquierda y separándose del establecimiento. Pero más adelante esto declina, viene un momento casi de silenciamiento del movimiento estudiantil, los estudiantes entraron más bien en la idea de sacar su grado, de especializarse, de trabajar con una multinacional. Lo que yo veo hoy es un renacimiento, pero no veo la vocación de violencia. Yo veo jóvenes rebeldes, indignados, muy sensibles al tema de la inequidad y en particular con una agenda nueva sobre el cuidado del medio ambiente”.
Por último, recordó que uno de los invitados al aula máxima de la universidad de Caldas fue el escritor Mario Vargas Llosa, y cómo tuvo problemas para pronunciar su conferencia debido a las protestas de los sectores más agresivos de izquierda. Por eso le sorprende del escritor peruano su actual incoherencia: “Hace poco publicó el libro Tiempos recios, donde describe el gobierno de Jacobo Árbenz en Guatemala y la manera como los norteamericanos confabularon contra un gobierno progresista, renovador. Es un aplauso prolongado a Jacobo Árbenz, es una critica a Estados Unidos y tiene una frase determinante: “Si Estados Unidos no hubiera abortado el fenómeno de cambio que implicaba Árbenz, Latinoamérica sería distinta”. Lo que no entiendo es por qué el señor Vargas Llosa lleva varios años en una defensa acérrima de Álvaro Uribe. Eso es contradictorio, uno no puede ser admirador de Jacobo Árbenz y de Álvaro Uribe al mismo tiempo, ahí tiene que haber una disonancia cognitiva, está mal informado Vargas Llosa o no se quiere informar”.