Barbosa y su ‘oposición’ a la Política de Drogas

La desaprobación o el rechazo que la Fiscalía acaba de hacer de la Política Nacional de Drogas (2022-2023) expresa el desinterés de Francisco Barbosa por las variables socioambientales y ecológicas que el gobierno del presidente Petro conecta con la fracasada lucha contra el narcotráfico.

Francisco Barbosa, en carta enviada al Consejo Nacional de Estupefacientes, expone su voto negativo a dicha política gubernamental y minimiza las intenciones de proteger la vida de los cultivadores, consumidores y al medio ambiente. Es apenas lógico que Barbosa defienda actividades como la aspersión con glifosato, peligroso defoliante potencialmente cancerígeno y la erradicación violenta de los sembrados de coca. Y es así, porque él sigue instrucciones del uribismo, las mismas que promovió su amigo el presidente títere Iván Duque Márquez (2018-2022).

Normalmente los caballistas, ganaderos, latifundistas y grandes cultivadores de aguacate Hass, caña de azúcar y palma africana, entre otros monocultivos, poco interés muestran por el cuidado de cuencas hidrográficas, cuerpos de agua como humedales, el paisaje y en general por el cuidado, preservación y aprovechamiento racional de los ecosistemas naturales. Así, con su voto negativo, Barbosa se pone a favor de actividades que resultan negativas para la vida de los ecosistemas naturales-históricos, sus servicios ecosistémicos y la misma vida de los cultivadores, vistos estos últimos como criminales, cuando realmente son víctimas de los mini carteles y de los mafiosos que insisten con el lucrativo negocio.

El discurso ambiental no ha llegado aún a la Fiscalía, tampoco el discurso con el que se busca defender a las mujeres de los acosadores y violadores. Mujeres y naturaleza, para muchas eco feministas, son dos caras de una misma moneda: la vida y su defensa. Al ver con malos ojos la defensa del ambiente, de los ecosistemas y de los cultivadores, Barbosa se pone del lado de esa visión del desarrollo a todas luces insostenible que a diario exponen los latifundistas, ganaderos y grandes cultivadores de monocultivos, que es la misma de los narcotraficantes: deforestar y sacar el mejor provecho de la tierra, vista esta como mero sustrato.

Al final de su misiva, el fiscal señala: “se desaprueba la política propuesta, en tanto el documento corresponde a un plan social y ambiental, pero que dista de ser un plan nacional…”. Queda claro que el fiscal Barbosa poco conoce del pensamiento sistémico o del enfoque de sistemas, con el que el gobierno de Petro está asumiendo los cambios en la lucha contra las drogas ilícitas. Y deja claro en el texto citado su desprecio por la vida de las comunidades que cultivan coca porque no tienen otras alternativas de subsistencia o por miedo a las amenazas de los narco-paramilitares y las guerrillas; igualmente, expone su nula conexión con el cuidado de los ecosistemas naturales históricos, afectados ya por la presencia hegemónica del monocultivo ilegal de la coca en varias regiones del país.

Definitivamente el fiscal Barbosa poco está familiarizado con temas claves para las actuaciones de una Fiscalía moderna: poco sabe del tema penal, del eco feminismo, de feminismo y de cuidar la naturaleza, evitando, por ejemplo, el uso del glifosato, peligroso defoliante cuyo uso en los Estados Unidos está prohibido.

Adenda: Olvida el fiscal general que el gobierno de Estados Unidos apoya las acciones de interdicción y persecución de los capitales de los narcotraficantes, y hace menos énfasis en continuar envenenando los ecosistemas y enfermando a las poblaciones de animales humanos y no humanos con las aspersión  del famoso Roundup.

@germanayalaosor

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