Aftersun: confesión silenciosa sobre la depresión

Por YESS TEHERÁN

En estos de días el director de El Unicornio, Jorge Gómez Pinilla, publicó una columna titulada “Confieso que he vivido… una depresión”. En ella, hace una radiografía íntima, muy humana, sobre ciertos episodios nefastos en su vida desde el comienzo de la pandemia hasta ahora, y cómo poco a poco lo fueron sumiendo en una depresión que provocó un impulso autodestructivo.

Al leerla, no pude evitar dos impresiones; la primera, de profunda admiración: hablar públicamente sobre la depresión y la eventualidad del suicidio es un acto de valentía, sobre todo en país que lo estigmatiza como señal de debilidad: la salud mental está asociada a la locura, en el sentido peyorativo de la palabra. La segunda fue de empatía: en los últimos meses he sido sacudida por emociones negativas que me han tenido al borde de la depresión, en una zona ídem oscura, pero de la que poco a poco he ido saliendo. Y, como al final del texto de Gómez Pinilla, yo también estoy viendo la luz.

Su columna me hizo pensar en la necesidad de una conversación pública y abierta sobre la depresión, además pertinente, más cuando el pasado 10 de septiembre se celebró el día mundial de la prevención del suicidio. Tan solo en Colombia este año se registró un aumento en el número de suicidios del 15.73% entre enero y julio, en comparación con el mismo periodo del 2022, sin mencionar las tentativas de suicidio.

Hablar de las emociones negativas que nos invaden no es fácil: no sólo porque nos vuelve vulnerables y expuestos, sino porque suele haber rechazo en los demás, dejándonos desolados. Recuerdo al respecto lo que citó Piedad Bonnett de su hijo Daniel (quien se quitó la vida) en el libro Lo que no tiene nombre: “La soledad que nos ataca nos mata, lleva a la gente a la desesperación, al suicidio”.

La sensación de soledad a veces suele ser sutil, casi imperceptible. En mi caso personal, terminé asociándola a una película que me recomendaron y vi para escribir esta columna: Aftersun (Atardecer). Es un largometraje de 2022, dirigido por la escocesa Charlotte Wells, que tuvo una efusiva acogida de la crítica.

Con una duración de hora y 42 minutos, la película cuenta la historia de padre e hija en un viaje de vacaciones por Turquía. Alternando con imágenes grabadas en una videocámara, va mostrando por un lado a la hija, a una edad en la que está dejando de ser una niña y descubre la vida adulta; y por otro a su padre, un hombre que intenta por todos los medios darle a Sophie las mejores vacaciones, pese a la desesperación que lo consume y que lo va apagando poco a poco.

En gran parte de la película se les ve sumergidos, a veces en las aguas pacíficas y cristalinas de una piscina o en las profundidades agitadas del mar, a modo de metáfora: hundidos en sí mismos, nadando para hallar la superficie. También se presenta cierto naufragio emocional, cuando en medio de las luces parpadeantes de una discoteca descubren el abismo que los separa, el tiempo que se fue para siempre con una hija ya adulta, incapaz de ver con ojos alegres a ese padre con el que una vez fue feliz en vacaciones. 

Aftersun habla de un amor paternal profundo, atravesado por el peso emocional de un hombre que trata de hacer feliz a su hija a pesar de sí mismo, porque se siente solo, aislado, incapaz de conectarse con la efusividad de los demás turistas, irremediablemente quebrado. Un ejemplo de esto, es cuando su hija le pide que la acompañe a cantar en el karaoke y él se niega rotundamente: ahí vemos a Sophie en la soledad de las letras de Losing my religion, la icónica canción de la banda estadounidense R.E.M.

Nos enseñan desde niños que no se habla públicamente de lo que nos aqueja, porque se ve muy feo, o porque algunos lo simplifican como un intento de llamar la atención; sin embargo, es el momento de dejar esos prejuicios sobre la salud mental. A veces sólo nos hace falta -como en el caso de Jorge- una “terapia de shock” que nos regrese al camino. O una conversación alrededor de una taza de café, alguien que nos escuche, que nos haga sentir acompañados, menos solos en este mundo.

@barcelonasilvo1

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