El nuevo periodismo frente a los medios hegemónicos

Por LUIS ALFONSO MENA S.

En desarrollo del foro Nuevo Poder, Periodismo Alternativo y Democratización de la Información, que se desarrolló en Cali entre el 3 y 4 de noviembre, el periodista Luis Alfonso Mena, columnista de El Unicornio, presentó una ponencia con valiosas propuestas para el Gobierno, que aquí resumimos para nuestros lectores.

Con la llegada de Gustavo Petro a la presidencia el nuevo poder apenas empieza a construirse, pero ya está siendo obstaculizado por la extrema derecha. Los medios de comunicación de las oligarquías desarrollan una ofensiva descomunal de manipulación y mentiras, hacia el objetivo de desmotivar a quienes se echaron al hombro su elección, convencidos de que es la hora de los pobres y los excluidos.

Esta ofensiva de desinformación contra las esperanzas de cambio irriga las mentes de los colombianos todos los días por radio, televisión y redes online, y es una trampa para domesticar la voluntad popular, para conspirar con el arma de la manipulación y dar al traste con los anhelos de cambios.

De otro lado, los poderes municipales y departamentales en su inmensa mayoría siguen en manos de mafias, de piratas de la Administración Pública, de corruptos y de politiqueros que durante más de 200 años han usufructuado alcaldías y gobernaciones en representación del poder bicéfalo feudo-financiero. Y esos alcaldes y gobernadores no dependen del presidente.

En este contexto, el ejercicio de la comunicación y del periodismo alternativo es un acto político, en ejercicio de los derechos humanos fundamentales.

La prensa del sistema, como la llamaron los fundadores de la histórica revista Alternativa de los años 70, se encarga de torcer, desvirtuar, tergiversar la realidad todos los días, desde las tres de la madrugada, cuando la radio comercial inicia sus numerosos noticieros, hasta la medianoche, cuando cierran su vocinglería contra el nuevo gobierno.

Emporios industriales y financieros, así como grandes poseedores de tierras, expresan su hegemonía mediante su influencia o su presencia publicitaria en medios como RCN, Caracol, Blu Radio, La W, El Tiempo, El Colombiano, El País, El Heraldo, Semana. Cuando emerge la alternatividad popular o progresista, aúllan diciendo que viene la “censura”, crean el fantasma de la mordaza. No quieren ceder ni un ápice de su inmenso poder en el imaginario social.

Todo lo anterior configura una dictadura mediática, que esconde los intereses de monopolios extranjeros como el Grupo Prisa de España, de pulpos industriales como el Grupo Ardila Lulle o el Grupo Santo Domingo, de especuladores financieros como el Grupo Aval de Sarmiento Angulo o el Grupo Gilinski, sostén este último de un libelo conocido como Semana, desprestigiado medio de la caverna colombiana.

Todos a una buscan generar un clima de pánico económico contra el gobierno del presidente Gustavo Petro, y lo vienen haciendo desde la misma noche del 19 de junio, la de la victoria, con sus anuncios de incremento automático del dólar y la supuesta salida de capitales del país. Pretenden además horadar la base social del nuevo gobierno, la de esas 11.300.000 personas que lo eligieron. Es la política del terror económico y el caos inducidos contra los cambios sociales.

MAGNITUD DE LOS DESAFÍOS

El panorama trazado muestra la magnitud de los desafíos que en materia comunicacional tenemos todos, no solo los elegidos por el Pacto Histórico, y frente a los cuales parece no haber plena determinación de respuesta por parte del nuevo gobierno.

Evidencias de lo anterior existen bastantes, pero solo mencionemos un caso reciente. El sábado 29 de octubre, cuando se producía el acto de entrega por parte del presidente Petro de 150 hectáreas de tierras incautadas al clan de los Castaño en Montería, rescatadas además de las garras de la corrupción de la otrora corrupta SAE, no hubo canal nacional que lo transmitiera, ni siquiera del Estado, alguno de los del Sistema de Medios Públicos. Un hecho histórico, como era el inicio real y concreto de la reforma rural integral, componente primigenio del Acuerdo de Paz de 2016 y pilar del nuevo gobierno, fue silenciado no solo por los medios comerciales, sino por los públicos.

Mientras tanto, el canal en YouTube de la Presidencia de la República, por el que se transmiten los actos en que interviene el mandatario, funge ahora como el único espacio oficial, dejando de lado los canales de señal abierta del Estado.

Así las cosas, no solo los medios hegemónicos silencian la verdad sobre el proceso de cambios en marcha, sino que los canales del Estado hacen lo propio. Y el gobierno, como si no tuviera derecho a ellos, se refugia en un canal de YouTube.

El gobierno del Pacto Histórico no puede permanecer renuente a los desafíos y los cambios comunicacionales que tiene por delante, si no quiere que sus importantes propuestas y ejecutorias sigan siendo tergiversadas, torcidas, desfiguradas por los medios hegemónicos. Peor aún si se desechan las infraestructuras a las que tiene derecho en el Sistema de Medios Públicos y los canales regionales.

ALGUNAS PROPUESTAS

Por eso, desde este foro y desde Cali, capital de la resistencia y del levantamiento popular, nos atrevemos a:

1.- Hacer un llamamiento al gobierno del presidente Gustavo Petro para que defina una urgente y sólida estrategia comunicacional que permita, primero, mantener informado al pueblo colombiano de manera veraz, masiva y eficaz, sobre sus importantes propuestas y realizaciones, y, segundo desarrollar una permanente pedagogía que contrarreste la manipulación y la desinformación en que están empeñados los medios de comunicación corporativos hegemónicos.

2.- Proponer que se asuma, como es su derecho, la gerencia y dirección de RTVC Sistema de Medios Públicos y que se lleve a cabo su rediseño para que cumpla los fines arriba planteados, en el entendido de que sus dos canales de televisión nacionales (Señal Colombia y Señal Institucional), las 64 emisoras de Radio Nacional, más Radiónica y las emisoras online Señal Clásica, Señal Digital, Radiónica 2 y Radiónica 3, Señal Memoria y Rtvc Play, que lo integran, tengan enfoques que visibilicen las propuestas y acciones del cambio en marcha, y, de igual forma, se conviertan en espacios de participación ciudadana amplia, culturalmente diversa y políticamente democrática, con la solvencia conceptual y difusión de la verdad que no tienen los medios de comunicación del viejo régimen político derrotado.

3.- Solicitar que se definan políticas públicas desde el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, además de los fondos y comisiones existentes, en relación con la democratización del espectro electromagnético, las emisoras comunitarias, los canales regionales de televisión y el acceso masivo en la geografía nacional a los servicios de conexión a Internet, única forma responder a la exclusión de amplios conglomerados y al monopolio de la comunicación digital, hoy en manos de poderosas corporaciones dedicadas, día y noche, a la generación de contenidos falaces y de desinformación contra el proceso político y social de cambio en marcha. Es decir, única forma de democratizar la información.

4.- Invitar a los y las periodistas y ciudadanos interesados en el campo comunicacional a nuclearse en el Colectivo Periodismo por la Verdad, para el impulso del debate y la integración conceptual sobre el ejercicio del nuevo periodismo, contrahegemónico y realmente alternativo, alejado de prácticas clientelares y orientado a la divulgación de los hechos con el norte de la veracidad y el compromiso con las transformaciones en beneficio de los pueblos y de la justicia social.

5.- Anunciar la realización de un taller de periodismo contrahegemónico durante los sábados 4, 11, 18 y 25 de febrero de 2023, con contenidos sobre los que informaremos de manera oportuna, como paso fundamental en el proceso de formación para hacer un nuevo periodismo, en el que sistematicemos las experiencias de resistencia comunicacional vividas y, al mismo tiempo, practiquemos herramientas propias de la investigación, la producción y la diversidad de géneros pertinentes en el ejercicio del oficio periodístico.

Sólo con una política comunicacional que ponga al gobierno a la ofensiva, que no solo informe, sino que también haga pedagogía popular y formación de masas desde los medios públicos y los alternativos, independientes y contrahegemónicos, se podrá cumplirle a tantos miles de colombianos y colombianas, como Martha Yesenia Tascón o la madre preocupada de Medellín, protagonistas sencillas y casi anónimas de la historia del presente con cuyos testimonios les empecé a hablar en la tarde de hoy.

@LuisMena7

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