Reforma a la salud: el punto clave es quién maneja el dinero

Por DIEGO OTERO PRADA

El pasado 15 de febrero la ministra de Salud, Carolina Corcho, presentó al Congreso la tan anunciada reforma a la salud. Se esperaba que la tuviera lista hace tiempo, pero la sorpresa fue que no, al parecer la presentó presionada por el presidente Gustavo Petro.

En realidad, faltó más discusión con los diferentes afectados. Hay muchos puntos para analizar, pero el tema clave es quién va a manejar los enormes recursos de la salud y cómo se repartirán.

El otro punto es la organización que se prevé, es decir, toda la estructura institucional.

Hay que hacer cambios

Hay un apoyo general a la necesidad de hacer reformas al actual sistema de salud, aunque hay algunas diferencias con los que no quieren acabar las EPS y que los recursos los manejen estas entidades.

Yo estoy de acuerdo en general con las líneas de la ministra Corcho en cuanto a la atención preventiva, la formalización de los trabajadores del sector salud y que el manejo de los recursos lo haga una entidad estatal.

Pero un asunto es tener unas líneas que la mayoría de la gente aprueba, y otro es cómo concretar esas ideas en un proyecto de ley. En esto la ministra ha sido más bien desacertada, si nos fijamos en los monstruos burocráticos y politiqueros que se diseñan en el proyecto de ley.

¿Quién maneja los recursos?

Este es el punto importante de la pelea por la reforma. Si los recursos los maneja el sector privado, los políticos o el Estado.

La idea del gobierno es que los recursos los maneje el Estado. Sin embargo, del proyecto de ley quedan dudas, ya que hay el temor de que buena parte de ellos quede en manos de políticos a través de los hospitales públicos, locales, distritales y departamentales. Esto sería muy grave, pues implicaría continuación de la corrupción que hoy se da, la pérdida de recursos y pésima salud.

Una estructura institucional muy pesada

En primer lugar se crea la Comisión Intersectorial Nacional de Determinantes de la Salud, integrada por todos los ministros, que no hace falta porque para eso están el Consejo de  Ministros y el Consejo Nacional de Política Económica y Social-CONPES.

Paralelamente, se establecen en los territorios comisiones integradas por todos los gobernadores y alcaldes.

Se crea un Consejo Nacional de la Salud, un monstruo compuesto por 40 miembros, que será imposible de manejar. Ya es un primer error, cuando  debería ser un cuerpo más pequeño y técnico.

Igualmente, se replica este tipo de Consejo a nivel territorial mediante los llamados Consejos Territoriales de Salud.

Dentro del concepto de cultura woke, o de progres capitalistas, se incluyen representantes de mujeres, indígenas, afros, LGTB y de la cultura rom, que me sorprende porque no sabía que eran tan importantes los gitanos en Colombia.

Según datos, en Colombia hay cerca de 4.900 rom o gitanos, por lo que sorprende dar un asiento a este grupo minúsculo en el Consejo Nacional y en cada uno de los consejos territoriales. Este tipo de  Consejo se duplica a nivel territorial en los llamados Consejos Territoriales de Salud.

Es una estructura muy pesada, que dificulta la toma de decisiones correctas. Lo ideal son Consejos de máximo nueve miembros, que puedan tener agilidad y cuya operación no de lugar a erogaciones  excesivas.

Lo institucional debe ser lo mínimo posible  en burocracia, eficiente, apolítico, técnico, en que participen los especialistas en salud.

Manejo de las instituciones públicas

Además se constituyen Instituciones de Salud del Estado-ISE, que se agruparán por niveles de baja, mediana y alta complejidad.

Para manejar las ISE aparecen unas juntas directivas para manejarlas, integradas así:

1. El jefe de la administración departamental, distrital o municipal, o su delegado, quien la presidirá.

2. El secretario de Salud o director de Salud de la entidad territorial departamental, distrital o municipal o su delegado.

 3. Un (1) representante de las comunidades, designado por las alianzas o asociaciones legalmente establecidas, mediante convocatoria realizada por parte de la Dirección Departamental, Distrital o Municipal de Salud.

4. Dos (2) representantes profesionales de los trabajadores de la salud de la institución, uno administrativo y uno asistencial, elegidos por voto secreto.

Aquí está el principal temor, porque estas juntas directivas quedarían en manos de la clase política. Debería ser otro tipo de juntas directivas, eliminando a los políticos, siendo organismos más técnicos compuestos por personal médico y paramédico, economistas, porque los representantes de las comunidades y de los empleados van a ser manipulados por los políticos. Y como estos consejos directivos nombran a los directores de las ISE, la posibilidad de captura por la clase política es enorme.

La regla fiscal se impone

Grave el artículo 144, que limita la financiación del sector Salud a que se cumpla la regla fiscal. Esto es una monstruosidad neoliberal. O sea, es más importante cumplir una regla fiscal, definida arbitrariamente, que salvar millones de vidas.

El artículo 144 dice: “Sujeción a disponibilidades presupuestales y al Marco Fiscal de Mediano Plazo. Las normas de la presente ley que afecten recursos del Presupuesto General de la Nación deberán sujetarse a las disponibilidades presupuestales, al Marco de Gasto de Mediano Plazo y al Marco Fiscal de Mediano Plazo”.

Francamente, no puedo entender en un gobierno que se dice de cambio, que el presidente acepte esta limitación, que no conozco un país del mundo la haya decretado en una reforma a la salud.

Señor presidente, la vida vale más que cumplir una regla fiscal.

Otros puntos

Son muchos los puntos para analizar. En qué queda la medicina prepagada, cómo se va a implementar la reforma, porque son muchos los cambios propuestos que implica crear nuevos centros de atención primaria, fondos regionales. Entonces, ¿cómo se va a financiar la reforma, existe un periodo de transición?

Institucionalmente es muy engorroso lo que se plantea, se crea demasiada burocracia, de tipo financiero y de salud. Es una organización muy compleja, que puede reventar al sistema.

Realmente hay muchas  inquietudes para resolver, de un proyecto tan complejo que no se discutió, que por más que se esté de acuerdo en la filosofía general, sí deja muchas preocupaciones de que saltemos al vacío, y se dañe mucho de lo que hoy funciona.

La salud en Cuba

Se dice que se ha tomado como ejemplo a Cuba, pero hay que resaltar las grandes diferencias de Cuba con Colombia.

Cuba es un país pequeño en área y población.  Comprende 15 provincias, 168 municipios y 110.860 km2

Lo clave, la salud es totalmente estatizada en Cuba, mientras en Colombia es una mezcla de entidades privadas, las mayoritarias, públicas y mixtas, lo que hace todo muy difícil.

En Cuba no existen contradicciones ni intereses contrapuestos. La división es muy clara. Hay tres niveles de atención, que operan sin  ninguna contradicción y el Estado hace todos los pagos.

Conclusión

Es necesario mejorar la salud en Colombia, no hay la menor duda.

Las ideas de la ministra, infortunadamente, se van a dañar porque el proyecto de ley está muy mal diseñado en la parte institucional.

En este artículo hemos presentado algunos aspectos institucionales. Son innumerables los consejos, fondos, organismos, realmente es una burocratización impresionante. La ministra no tiene en cuenta una frase famosa que afirma que “la mejor manera de no decidir nada es crear un comité”.

Igualmente, hay un enfoque ‘democratero’, que confunde verdadera democracia participativa con crear comités y consejos de innumerables personas.  Es lo que se llama cultura woke, o progres capitalistas, que en nada afectan al capitalismo.

Hoy tenemos la politiquería y robo en los hospitales públicos y en las secretarias de Salud, por una parte, y por la otra, unas EPS comercializadas, que manejan recursos de los ciudadanos, sin control, para beneficio de unos dueños privados y parece que en ellas están involucrados personajes políticos.

En realidad, fue apresurado presentar este proyecto al que le faltaba conocer su articulado para mejorarlo, antes de llegar al Congreso para que se vuelva añicos y se pierda la gran oportunidad de una reforma necesaria.

En síntesis, queda uno con mucha inquietud, considerando lo engorroso de la reforma: burocrática, politizada, y con numerosos vacíos que hay sobre su implementación, cuando lo mejor habría sido ir por pasos, creando zonas de aplicación para ver cómo se comportan las ideas planteadas, antes de llegar a una aplicación global que quiebre todo el sistema de salud.

@DiegoOteroP

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