Reflexiones para el cambio

—Qué corrupto es este gobierno —sentenció Catalina Arana—; se la pasan de escándalo en escándalo, y ni se sonrojan siquiera. ¡Qué descaro!

—¡Uy, sí! —apoyó Osquítar—. Ojalá pudiéramos tumbar a este gobierno y poner a gente que sirva, que gobierne para todos y no que ande rindiéndoles pleitesía a los delincuentes. Ojalá pudiéramos sacar a todos esos zurdos malolientes que no han hecho más que acabar con la patria. Hay que defender la democracia, o a este país se lo lleva el que sabemos.

—Cuánto me agrada que estemos de acuerdo —interrumpió el ilustre profesor Gregorio Montebell—. Que no solo sea un cuatrienio el que se llame “gobierno del cambio”, sino que haya un verdadero cambio, en todos y para siempre.

Comencemos por cambiar los conceptos de derecha y de izquierda. Si ustedes se detienen a ver, gente que no come entero y que protesta siempre hay en todos lados, en la izquierda y en la derecha; gente que vive de los subsidios, al amparo del Estado, ordeñando la teta gubernamental hay en la izquierda y en la derecha; creyentes en una religión, defensores de la familia y la sociedad y empresarios tesoneros hay en la derecha y en la izquierda; defensores de los derechos humanos, de los animales y con alma sensible hay en la izquierda y en la derecha; buenos y malos también.

Segundo. Hay que entender la incoherencia de buscar «defender la democracia, maestro» proponiendo tumbar un gobierno legítimo y democrático. Que no les guste a unos no significa que esté por fuera de la norma, así que toca actuar en derecho, y usted más que nadie lo sabe, Osquítar, porque es abogado.

Tercero. La izquierda gobierna este país hace dos años; no esperen que cambie lo que ha estado armado y entramado por dos siglos. No hay que culpar a este gobierno por hechos que tienen orígenes pretéritos; y con esta afirmación no busco defender a nadie; ni a este ni a ninguno; se trata de revisar con cuidado la información. Y, si miramos con atención, los hallazgos en este gobierno se atienden y se reconocen (no sabemos si todo, pero el tiempo lo dirá: «caras vemos…»). Quienes le metan mano al dinero público deben pagar por ello y devolver lo robado; y eso es para todos, izquierda y derecha.

Cuarto. La más importante: el problema no es este gobierno, ni los anteriores. La causa de nuestros males es la corrupción que llevamos en las venas; desde el más humilde hasta el más encumbrado. Y todo ayuda: la pésima educación, la “música”, los medios…; todo gira alrededor de ser vivos (léase “picaros”) y no bobos (léase “honrados”). ¿Así cómo carajos se puede cambiar?

@PunoArdila

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