Desde hace varias semanas los presos del patio 1 de la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (Boyacá) vienen denunciando la deficiente prestación del servicio de alimentación por parte de la empresa encargada de hacerlo.
La información la suministró a El Unicornio un representante del movimiento nacional carcelario de alta y mediana seguridad de la cárcel de La Dorada (Caldas), mediante un comunicado que se expresa en estos términos:
“Dado que las denuncias y reclamos formales por la pésima prestación del servicio de alimentación no han surtido efecto, los reclusos de la cárcel de Cómbita decidieron entrar en desobediencia pacífica, negándose a recibir los alimentos por razones que han expuesto en múltiples escritos, sin que esto tampoco haya conducido a una solución del problema, puesto que las instancias estatales encargadas de la vigilancia de estos aspectos no han tomado cartas en el asunto.
“Muy por el contrario, tanto la dirección del establecimiento como el consorcio contratista han expresado que las denuncias y reclamos no tienen ninguna validez, puesto que los siete patios restantes de la sección de alta seguridad, y toda la sección de mediana no han manifestado inconformismo alguno.
“Lo anterior obedece a que la mayoría de los internos les temen a las represalias que se puedan tomar contra ellos, en caso de levantar su voz de inconformidad, pues ellos les acarrearía traslados que desestabilizaría situaciones familiares y podría provocar traumatismos en procesos disciplinarios o en las correspondientes redenciones de penas, aplazando con ello beneficios administrativos y jurídicos.
“La situación de la cárcel de Cómbita no es exclusiva de este establecimiento. Al parecer los consorcios prestadores del servicio de alimentación son los mismos en otras cárceles, o pertenecen a los mismos propietarios, y no se descarta otro “cartel de la comida” que se ha puesto de acuerdo para ganar licitaciones, presentando increíbles y exquisitos menús, que luego no se cumplen y que solo sirven para eso: para ganar licitaciones.
Así las cosas, lo que se viene presentando en el patio 1 de Cómbita es apenas la cola de una hidra (monstruo de varias cabezas) que como tal hace presencia en casi todas las cárceles del país y puede causar la misma reacción en cadena, puesto que hasta ahora el INPEC, La USPEC, los organismos de control y los mismos consorcios apenas si responden ante la presión de la vía de los hechos, para luego retomar la práctica del flagrante incumplimiento con lo establecido en el epígrafe que aparece el final de este comunicado.
“Es por ello que desde la cárcel y penitenciaría de alta y mediana seguridad de La Dorada hacemos llegar nuestro saludo solidario y nuestra voz de apoyo a los compañeros del patio 1 de Cómbita, e invitamos a la población de los demás patios a sumarse a su justo reclamo.
Así mismo, invitamos al Congreso de la República y al ministerio de Justicia a que le presten atención a esta situación, visitando y escuchando a nuestros compañeros, verificando la seriedad y pertinencia de sus reclamos, como medida urgente, que luego debe llevar a la revisión de la política Criminal y Penitenciaría del País, puesto que la existente ha tenido como fin implícito, “que el infractor de la ley se pudra en la cárcel” y que “las cárceles de Colombia sean una vergüenza”, según lo manifestó Néstor Osuna, ministro de justicia de la Colombia Humana, en la cual tenemos fincadas nuestras esperanzas de redención. Como bien lo dijera el prisionero político Nelson Mandela, “suele decirse que nadie conoce realmente cómo es una nación hasta haber estado en una de sus cárceles”.
“En conclusión, una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por la forma como trata a los que tienen poco o nada”.
“Lo cierto es que si el problema no se soluciona de fondo, la protesta se va a tornar nacional”.
EPÍGRAFE: “La Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) fijará las políticas y planes de provisión alimentaria que podrá ser por administración directa o por contratos con particulares. Los alimentos deben ser de tal calidad y cantidad que aseguren la suficiente y balanceada nutrición de las personas privadas de la libertad. La alimentación será suministrada en buenas condiciones de higiene y presentación. Los internos comerán sentados en mesas decentemente dispuestas”. Artículo 68, ley 65 de 1993 (Código penitenciario y carcelario)
* Foto de portada, tomada de Infobae