Ahora vengo a saber,
volviendo a la extradición,
que el que haría la traducción,
era apenas bachiller.
Ya contó la Canciller
-ella no dice ni mu-
que no habla de tú a tú
con esos monos del norte
y de su inglés, el soporte,
¡solo dice yes I do!
Por eso, don Salvatore
a Italia se irá temprano,
tranquilo, Alvarito hermano,
que el gobierno colabore.
Muchos exigen que implore
la extradición del fulano,
siendo ese hombre tan cercano
a las masacres aquellas,
paren ya, que lo atropellan;
a éste hay que darle una mano.
Hay que sacar mil excusas:
que es viejo el computador,
que se enfermó el traductor,
que la letra está confusa.
Que no hay dirección en USA
que los viajes tienen veda
que el que está allá, allá se queda
que ese “mono” es buen muchacho
que aunque estaba ya de un cacho,
la culpa es de Iván Cepeda.
En fin, no molesten más
tuiteen “todo fue correcto”,
la exigencia es contumaz,
ese cuento tan falaz
lo inventaron los mamertos.
GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ